Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El Gobierno español ha dado un paso significativo este jueves al aprobar un tercer paquete de ayudas para los afectados por la DANA, que ha devastado varias regiones del país. Este decreto, que se presenta como un salvavidas para quienes han sufrido pérdidas, está dotado con 2.300 millones de euros en ayudas y préstamos a bajo interés, dirigidos a mitigar las secuelas de la catástrofe natural. Con un enfoque claro en la movilidad, el programa incluye un plan de ayudas para la compra de vehículos que hayan sido dañados durante el desastre. El Ministro de Economía, Carlos Cuerpo, ha revelado que el plan renove destinará 485 millones de euros en ayudas directas, que no deberán ser devueltas, para facilitar la compra de vehículos. Este esfuerzo tiene como objetivo primordial reemplazar los automóviles que quedaron inservibles tras el impacto de la DANA. La cuantía de las ayudas varía según el tipo de vehículo adquirido, diferenciando entre eléctricos, híbridos y de combustión, así como si se trata de nuevos o de segunda mano. Las ayudas más sustanciales, de hasta 10.000 euros, se reservan para aquellos que opten por un coche eléctrico nuevo. En contraste, los compradores de vehículos híbridos o de combustión nuevos recibirán una subvención de 5.000 euros. Para los interesados en adquirir coches de segunda mano, la situación es ligeramente menos favorable, con ayudas que van desde 4.000 euros para eléctricos hasta 2.000 para los de combustión o híbridos. Esto refleja una clara intención del Gobierno de incentivar la transición hacia una movilidad más sostenible y menos contaminante. Además de los coches, el plan también se extiende a las motos, con ayudas de hasta 2.000 euros para modelos eléctricos nuevos y 1.000 euros para los de combustión. Este enfoque integral busca no solo restaurar la movilidad de los afectados, sino también fomentar la adopción de tecnologías más limpias en el transporte. Sin embargo, el perfil de consumo de los españoles podría influir en cómo se distribuyen estas ayudas, ya que históricamente, el mercado de coches de segunda mano y de combustión ha predominado. Es relevante mencionar que estas subvenciones no excluyen a quienes ya han adquirido un vehículo para reemplazar uno dañado; podrán acogerse a estas ayudas de forma retroactiva, lo que amplía la efectividad de la medida. Además, se establecen compatibilidades con las indemnizaciones del Consorcio de Compensación de Seguros (CCS), que, según el ministro, otorga una indemnización media de alrededor de 7.810 euros por vehículo. Hasta ahora, se han registrado más de 128.000 solicitudes por daños vehiculares. El paquete de medidas no solo contempla ayudas para la movilidad. También se han anunciado cambios en el ámbito laboral, incluyendo un nuevo permiso remunerado de cuatro días para trabajadores que no puedan acudir a su trabajo tras una catástrofe, siempre que no sea posible el teletrabajo. Esta medida se presenta como una respuesta efectiva a situaciones de emergencia, facilitando que los trabajadores puedan atender sus necesidades tras un evento devastador. En el ámbito empresarial, el Gobierno ha desplegado 1.200 millones de euros en líneas de financiación para ayudar a las pymes, autónomos e industrias a reparar daños en sus instalaciones e impulsar nuevas inversiones. Esto se complementa con 240 millones gestionados por el ICO para reactivar la actividad económica y 300 millones adicionales destinados a la adquisición de maquinaria y tecnología avanzada. El conjunto de estas iniciativas busca no solo aliviar las pérdidas inmediatas, sino también fomentar la recuperación económica a largo plazo de las áreas más afectadas. En total, los decretos aprobados por el Gobierno han movilizado más de 16.600 millones de euros, reflejando un compromiso profundo con la recuperación y el bienestar de los ciudadanos. Las opiniones sobre estas medidas son diversas, y mientras algunos celebran la rapidez del Gobierno en la respuesta a la DANA, otros cuestionan si las ayudas serán suficientes para cubrir las necesidades reales de los afectados. En un contexto donde el cambio climático sigue generando situaciones extremas, la necesidad de políticas que contemplen la resiliencia ante catástrofes se vuelve más apremiante que nunca. La implementación de estos recursos será clave en los próximos meses, y los ciudadanos estarán atentos a cómo se desarrollan las gestiones y si estas ayudas logran efectivamente restaurar tanto la movilidad como la estabilidad económica de las regiones golpeadas por la DANA. En un país donde el clima está cambiando, la planificación y la inversión en infraestructura resiliente se vuelven esenciales para afrontar futuros desafíos.