Tensión entre Venezuela y Guyana se intensifica por movilización militar en disputa

Tensión entre Venezuela y Guyana se intensifica por movilización militar en disputa

Venezuela reclama la explotación petrolera en un la frontera marítima que está en disputa. Ambos países llaman a retomar las mediaciones iniciadas en 2023 en San Vicente y Granadinas

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 03.03.2025

La reciente movilización de un barco militar venezolano en aguas aún por delimitar con Guyana ha reavivado las tensiones que han existido entre ambos países desde hace siglos. Este sábado, el gobierno de Guyana denunció la presencia de esta embarcación cercana a una plataforma de Exxon Mobile, una acción que su presidente, Irfaan Alí, ha calificado de una clara amenaza a la integridad territorial de su nación. Alí ha afirmado que su país no tolerará tales provocaciones y ha tomado medidas adicionales, como movilizar fuerzas aéreas y navales para proteger sus intereses.


Desde Caracas, el presidente Nicolás Maduro ha respondido a las acusaciones de Alí de manera contundente, utilizando el término “Zelensky del Caribe” para referirse a su homólogo guyanés. En un comunicado, el gobierno venezolano argumenta que la plataforma en cuestión se encuentra en un área en disputa y que su explotación por parte de Guyana, con la colaboración de Exxon, es una violación del derecho internacional. La retórica de Maduro parece buscar una descalificación de las acciones de Alí, a quien acusan de fomentar una escalada de hostilidades en la región.


Este episodio no es simplemente un conflicto territorial; es un reflejo de los intereses geopolíticos más amplios que están en juego. La tensión entre Venezuela y Guyana ha encontrado eco en actores internacionales, y el gobierno de Estados Unidos ha expresado su apoyo a Guyana, denunciando la acción venezolana como una clara violación de su territorio marítimo. La Oficina para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado estadounidense ha advertido que cualquier provocación adicional podría tener consecuencias para el régimen de Maduro, dejando claro que la cuestión territorial no solo involucra a los dos países, sino que tiene implicaciones más amplias en el escenario internacional.


El conflicto entre Venezuela y Guyana no es un fenómeno nuevo; sus raíces se remontan a más de dos siglos. Durante el periodo colonial, las fronteras de Venezuela incluían el territorio disputado, pero tras el Laudo Arbitral de 1899, que Venezuela considera injusto, la situación ha permanecido en una especie de limbo. Desde 1966, los Acuerdos de Ginebra parecían ofrecer una vía de mediación, pero la decisión de Guyana de llevar el caso a la Corte Internacional de Justicia en 2018 ha complicado aún más el asunto.


A pesar de que la Corte Internacional de Justicia ha instado a ambos países a evitar acciones que alteren el estado actual de la frontera, pequeñas escaramuzas y actos de hostilidad han persistido. En este contexto, Maduro ha intensificado su retórica y acciones, creando un estado o provincia de Guayana Esequibo y nombrando autoridades en la zona, lo que ha sido visto como un intento de reafirmar la presencia venezolana en un territorio que considera suyo.


La próxima elección de gobernadores y diputados para el consejo legislativo de este territorio en disputa podría ser un punto de inflexión. La Caricom ha expresado su preocupación en un comunicado, instando a Venezuela a no realizar estas elecciones y a no intervenir en el territorio que consideran soberano. Este llamado es un claro reflejo de la inquietud que existe en la región ante la posibilidad de una escalada de tensiones.


El conflicto no solo tiene repercusiones locales, sino que también está ligado a las dinámicas de poder en el Caribe y América del Sur. Las inversiones de empresas extranjeras como Exxon Mobil han complicado aún más la situación, convirtiendo el Esequibo en un punto caliente no solo por su valor territorial, sino también por sus potenciales recursos energéticos. Esto ha atraído la atención de potencias como Estados Unidos y el Reino Unido, que han reafirmado su apoyo a Guyana en este embrollo.


Mientras tanto, la retórica de ambos lados continúa intensificándose. La acusación de Maduro contra Alí y su conexión con intereses extranjeros sugiere que el conflicto puede evolucionar hacia una confrontación más abierta si no se toman medidas diplomáticas efectivas. Venezuela, por su parte, busca mantener su posición en la discusión internacional y reafirmar su reclamación histórica sobre el Esequibo.


La comunidad internacional observa con atención estos acontecimientos, ya que la situación podría transformarse en un nuevo punto de fricción en un contexto geopolítico ya cargado de tensiones. La historia del conflicto territorial entre Venezuela y Guyana es larga y compleja, y con el reciente incidente marítimo, parece que se abre un nuevo capítulo que podría tener consecuencias profundas para la estabilidad de la región. La búsqueda de una solución pacífica es más urgente que nunca, y ambos países deberán evaluar detenidamente sus próximos pasos para evitar una escalada que podría resultar perjudicial para todos los involucrados.

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