Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El acto de presentación del presupuesto 2025 por parte del presidente Javier Milei se convirtió en un reflejo de la creciente desconexión entre el Gobierno y la ciudadanía. A pesar de sus intentos de dotar al evento de un carácter épico, el resultado fue un Congreso semivacío, una audiencia televisiva desoladora y una notable falta de entusiasmo tanto de los legisladores como del público en general. Este panorama deja entrever una preocupante tendencia que podría afectar gravemente la legitimidad de su gestión. El procedimiento habitual, que cada año consiste en la presentación del presupuesto, se transformó en esta ocasión en un intento por parte de Milei de acaparar los reflectores. Sin embargo, al llegar al Congreso, se encontró con un ambiente desalentador: de los 328 legisladores nacionales, apenas 130 se dieron cita, lo que representa alrededor de un tercio del total. Esta escasa representación incluyó una ausencia notable de legisladores aliados, así como de ministros clave, lo que evidenció una debilidad en las filas del oficialismo. El intento de Milei de captar la atención del público a través de una cadena nacional también resultó fallido. La audiencia, que en un principio alcanzaba 3,8 puntos, se desplomó a niveles alarmantes al inicio de su discurso, llegando a mínimos históricos para luego escalar a 15,9 puntos tras su finalización. Este descenso abrupto sugiere que el interés del público por las actividades del presidente está en declive, lo que plantea preguntas sobre su capacidad de conectar con la ciudadanía. En contraste, los mercados financieros reaccionaron de manera más positiva, con una caída en el riesgo país y un repunte en los bonos soberanos. Esta discrepancia entre la percepción pública y la respuesta del mercado refleja un fenómeno intrigante: mientras que los inversores parecen confiar en la dirección económica propuesta por Milei, la población general se siente cada vez más desilusionada. La controversia no solo se limitó al escaso apoyo legislativo y a la fría recepción del público. Por primera vez en la historia, se negó el acceso a los palcos de prensa, lo que generó un aluvión de críticas entre los periodistas que cubren la actividad parlamentaria. La medida se interpretó como un intento del presidente por controlar su imagen y evitar situaciones embarazosas, lo cual podría alimentar aún más la percepción de un Gobierno que teme la crítica. Durante el evento, Milei enfrentó una serie de comentarios y burlas por su forma de presentar el discurso, lo que incluyó un cruce notable con Germán Martínez, líder de la oposición. La dificultad del presidente para articular sus ideas generó risas entre los asistentes, en especial desde la banca de la vicepresidenta Victoria Villarruel, quien fue captada en videos que rápidamente se volvieron virales en redes sociales. Además, la presentación del presupuesto coincidió con la publicación de una encuesta que reflejó una alarmante desaprobación del Gobierno: un 57,3% de la población desaprueba su gestión. Este dato, que se hizo público mientras Milei realizaba su discurso, revela un creciente descontento que podría tener repercusiones serias en su capacidad para gobernar. La percepción de que el país avanza en la "dirección incorrecta" es compartida por el 55,1% de los encuestados, y la desconfianza en la capacidad del presidente para mejorar la economía es igualmente preocupante, con un 56,4% de la población expresando escepticismo. Este contexto de incertidumbre resalta un desajuste entre las promesas de Milei y la cruda realidad que enfrenta la ciudadanía. El impacto de la crisis económica sobre la vida cotidiana de los argentinos es palpable. La mayoría de la población siente que su situación ha empeorado desde que Milei asumió el cargo, con un 73,9% de personas afirmando que su economía personal ha sufrido un deterioro. Este panorama sugiere que, a pesar de las maniobras políticas y comunicativas del presidente, la realidad económica sigue siendo el principal enemigo de su gestión. En conclusión, la presentación del presupuesto 2025 por parte de Javier Milei fue un evento que no logró resonar ni en el Congreso ni en la ciudadanía. La conjunción de un Congreso vacío, una audiencia televisiva desinteresada y una creciente desconfianza en su gestión marcan un punto de inflexión que podría dificultar el camino del presidente en los próximos meses. La desconexión entre la política y la población es cada vez más evidente, y los desafíos que enfrenta Milei son mayores que nunca.