Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El café, una de las bebidas más consumidas a nivel global, ha recorrido un largo camino en términos de percepción y salud. Durante décadas, se ha debatido sobre sus efectos, a menudo resaltando sus posibles riesgos. Sin embargo, un nuevo estudio ha aportado un rayo de esperanza al encontrar que el consumo de café sin azúcar podría reducir el riesgo de desarrollar Alzheimer y otras demencias en personas mayores. Este hallazgo, publicado en el American Journal of Clinical Nutrition, ofrece una nueva perspectiva sobre cómo esta popular infusión puede beneficiar la salud cerebral. En la investigación realizada, se analizó un amplio conjunto de datos de 204,847 personas en el Reino Unido, quienes tenían entre 40 y 69 años al inicio del estudio. Durante un promedio de nueve años, se registraron tanto los hábitos de consumo de café como los diagnósticos de demencia. Los resultados fueron contundentes: aquellos que consumían café con cafeína y sin azúcar presentaban un menor riesgo de padecer Alzheimer y enfermedades relacionadas, así como de desarrollar Parkinson. En contraste, no se encontraron asociaciones significativas en aquellos que consumían café endulzado, ya sea con azúcar o con edulcorantes artificiales. El estudio no solo destacó la diferencia entre el café endulzado y el no endulzado, sino que también se centró en la importancia del contenido de cafeína. Los investigadores observaron que los beneficios se mantenían únicamente cuando el café se consumía en su forma natural, es decir, sin azúcares. Esto sugiere que la cafeína podría tener propiedades neuroprotectoras que ayudan a resguardar el cerebro de deterioros cognitivos, mientras que el azúcar podría estar interfiriendo con esos efectos beneficiosos. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la enfermedad de Alzheimer representa entre el 60% y el 70% de todos los casos de demencia, mientras que el Parkinson afecta el sistema nervioso y sus manifestaciones son progresivas. La importancia de la investigación radica en que las enfermedades neurodegenerativas están en aumento, y cualquier hallazgo que pueda contribuir a su prevención es de gran relevancia social y médica. Los autores del estudio dividieron a los participantes en cinco grupos según su consumo de café, desde no bebedores hasta aquellos que consumían más de tres tazas diarias. Curiosamente, fue en el grupo con mayor consumo donde se encontraron los beneficios más notables. Los bebedores de café presentaron un 34% menos de probabilidades de desarrollar Alzheimer, un 37% menos de riesgo de padecer Parkinson, y un notable 47% menos de probabilidades de morir por enfermedades neurodegenerativas durante el periodo de estudio en comparación con quienes no consumían esta bebida. Sin embargo, es importante destacar que no todos los tipos de café ofrecen los mismos beneficios. Los investigadores subrayan que el azúcar y los edulcorantes artificiales pueden tener efectos adversos, lo que invita a los consumidores a reconsiderar sus hábitos de endulzado. “La recomendación se inclina por el consumo de café sin azúcar y con cafeína”, afirman los científicos, sugiriendo que esta podría ser la clave para maximizar los beneficios del café en relación a la salud cerebral. Este estudio se suma a un creciente cuerpo de evidencia que resalta las propiedades protectoras del café. Investigaciones anteriores han sugerido que el café puede prevenir el empeoramiento de la demencia y que incluso aquellos que padecen hipertensión pueden beneficiarse de su consumo regular. Un estudio de la Universidad Médica de Ningxia en China encontró que los bebedores habituales de café con presión arterial alta presentaban un menor riesgo de desarrollar demencia en comparación con quienes no bebían café. No obstante, los investigadores advierten que se requiere realizar más estudios para establecer de manera concluyente los mecanismos detrás de estas asociaciones y para entender mejor cómo se pueden manejar los diversos factores que contribuyen a la salud del cerebro. Es un recordatorio de que la investigación sobre la salud es un campo en constante evolución, en el que cada nuevo descubrimiento puede cambiar nuestra comprensión de lo que es saludable. Por lo tanto, mientras que el café se presenta como una opción prometedora para aquellos que buscan cuidar de su salud cognitiva, es prudente considerar no solo cómo se consume, sino también en qué cantidades. La moderación y la elección correcta en el tipo de café se vuelven cruciales para promover un envejecimiento saludable y potencialmente prevenir enfermedades neurodegenerativas. Así, el café, en su forma más pura y sin aditivos, puede convertirse en un aliado en la lucha contra el deterioro cognitivo, ofreciendo un nuevo motivo para disfrutar de esta popular bebida.