Tensión en Perú: Transportistas levantan paro pero continúan sus demandas de seguridad

Tensión en Perú: Transportistas levantan paro pero continúan sus demandas de seguridad

Líderes gremiales anuncian que, tras suspender el paro, convocarán a manifestación nacional para exigir la renuncia de Dina Boluarte y el cierre del Congreso.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 13.10.2024

El clima de tensión y descontento social en Perú se ha intensificado, especialmente en el sector del transporte, que ha sido uno de los más afectados por la creciente inseguridad y las extorsiones a manos de bandas criminales. Este sábado 12 de octubre, tras días de protestas y un paro que paralizó varias regiones del país, los gremios de transportistas anunciaron la suspensión temporal de la medida de fuerza, aunque no sin antes dejar claro que sus demandas aún no han sido atendidas.


Julio Campos, vicepresidente de la Alianza Nacional de Transportistas, comunicó que la decisión de levantar el paro se tomó a la luz de los acontecimientos recientes en el Congreso de la República. Sin embargo, dejó entrever que la lucha por la seguridad y la dignidad del sector no ha terminado, convocando a una manifestación nacional para exigir el cierre del Congreso y la renuncia de la presidenta Dina Boluarte. "Esperamos que se vayan todos, son incapaces de resolver un petitorio de lucha", afirmó con vehemencia.


El trasfondo de estas protestas no es trivial. Los transportistas han sido víctimas de constantes extorsiones, siendo obligados a pagar montos exorbitantes a bandas criminales a cambio de "protección". Esta realidad ha llevado a muchos en el sector a sentir que sus vidas y la de sus familias están en riesgo, lo que ha motivado la exigencia de medidas más efectivas por parte del gobierno para abordar la delincuencia.


Los días previos al anuncio de este sábado estuvieron marcados por una intensa movilización, que incluyó una huelga de hambre por parte de los transportistas en las afueras del Congreso. Walter Cabrera, un dirigente del sector, manifestó que no se detendrían hasta que sus demandas fueran escuchadas y atendidas. A pesar de la postura del Congreso de discutir el tema de terrorismo urbano, la falta de debate sobre la Ley Nº 32108, que aborda el crimen organizado, fue vista como un desaire y una falta de compromiso por parte de los legisladores.


La situación se volvió crítica para los transportistas, quienes decidieron llevar su lucha al siguiente nivel al romper el diálogo con los parlamentarios. La falta de consenso y el aplazamiento del debate sobre la derogatoria de la ley pro crimen organizado fueron catalizadores para que los gremios decidieran convocar a un paro indefinido, sumándose así a otros sectores que enfrentan problemas similares.


La Coordinadora Nacional de Lucha, una nueva organización que se está formando, tiene como propósito articular las demandas de múltiples gremios, no solo de transportistas, sino también de pescadores, trabajadoras sexuales, trabajadores de construcción civil y comerciantes. Esta unión busca no solo la derogatoria de leyes que consideran nocivas, sino también acabar con la incertidumbre política que se vive en el país.


La situación actual refleja un clamor popular por cambios estructurales y respuestas efectivas ante la delincuencia desbordante que no solo afecta a los transportistas, sino a ciudadanía en general. La indignación se ha convertido en una herramienta poderosa que podría movilizar a diversos sectores de la población hacia una lucha común.


La protesta del sector transporte es un indicador de la insatisfacción generalizada con un sistema que muchos perciben como incapaz de brindarles seguridad y protección. Los transportistas, al levantar el paro provisionalmente, han dejado claro que su lucha está lejos de terminar. "No podemos seguir esperando que hayan más muertos", enfatizó Campos, reflejando la desesperación que sienten aquellos que se ven obligados a trabajar en un ambiente de constante amenaza.


Mientras tanto, el gobierno y el Congreso enfrentan un desafío monumental: es fundamental que escuchen las demandas de los sectores que han salido a las calles a protestar y que implementen medidas concretas que garanticen la seguridad y el bienestar de todos los peruanos. La historia reciente ha demostrado que la falta de diálogo y la indiferencia ante las necesidades de la población solo llevan a una escalada de tensiones que puede resultar en consecuencias catastróficas para la estabilidad del país.


Así, el futuro de Perú está en una encrucijada, y la manera en que se aborden estas demandas podría determinar no solo la seguridad del sector transporte sino también el rumbo del país en su conjunto. La voluntad de cambio es palpable y el tiempo para actuar es ahora.

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