Trump genera controversia al vincular criminalidad con "malos genes" de inmigrantes

Trump genera controversia al vincular criminalidad con "malos genes" de inmigrantes

"Tenemos un montón de malos genes en nuestro país en este momento. Han entrado en nuestro país 425.000 personas que no deberían estar aquí, que son criminales", afirmó

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 08.10.2024

En una reciente entrevista con el presentador de radio Hugh Hewitt, el ex presidente Donald Trump ha hecho una controvertida afirmación en relación a los inmigrantes indocumentados, sugiriendo que la violencia y el crimen entre estas personas se deben a lo que él denomina “malos genes”. Este comentario, que se suma a un patrón de retórica despectiva hacia los inmigrantes, ha generado una considerable indignación y críticas tanto a nivel político como social.


Durante la conversación, Trump criticó a la vicepresidenta Kamala Harris por su gestión de la seguridad fronteriza, acusándola de permitir la entrada de individuos peligrosos al país. Según Trump, de las más de 425,000 personas indocumentadas que han entrado a Estados Unidos, hay un número significativo que son criminales. Sin embargo, es importante notar que sus afirmaciones se basan en datos que se remontan a años anteriores a la administración actual, lo que plantea serias dudas sobre la veracidad y el contexto de sus declaraciones.


La declaración de Trump sobre los “malos genes” refleja una tendencia más amplia en su discurso, el cual ha utilizado a lo largo de su carrera política para deshumanizar y estigmatizar a los inmigrantes. Este tipo de retórica, que evoca nociones raciales y biológicas para argumentar sobre la criminalidad, no solo es alarmante, sino que también resuena con ideologías históricas que han sido desaprobadas por sus implicaciones racistas y xenofóbicas.


Los críticos, incluidos miembros del propio partido Demócrata, han denunciado estas afirmaciones como peligrosas y divisorias. La vicepresidenta Harris ha respondido con vehemencia a tales comentarios, subrayando cómo Trump ha utilizado su plataforma para avivar el odio y el racismo como un medio para obtener beneficios políticos. Harris ha señalado que este tipo de lenguaje no solo es ofensivo, sino que también tiene un potencial destructivo para la cohesión social de la nación.


Trump no es ajeno a la controversia por sus comentarios sobre la inmigración. Desde que inició su campaña presidencial en 2015, ha sido criticado por su uso de un lenguaje que muchos consideran racista y despectivo. En campañas anteriores, ya había insinuado que ciertos grupos de inmigrantes eran responsables de problemas sociales, una narrativa que ha sido ampliamente debatida y refutada por estudios y datos que indican que los inmigrantes, en general, no son más propensos a cometer delitos que los ciudadanos nativos.


Además, su referencia a la “teoría del caballo de carreras”, donde sugiere que las características genéticas determinan la calidad de las personas, añade una capa de complejidad a su discurso. Esta teoría, que tiene raíces problemáticas en el eugenismo, plantea preguntas inquietantes sobre cómo Trump ve a los diversos grupos de personas en el país y su valor inherente.


Es esencial que la sociedad responda a estos comentarios con una visión crítica y fundamentada. La idea de que el crimen puede ser atribuido a “malos genes” no solo es científicamente infundada, sino que también perpetúa el estigma y la desconfianza hacia comunidades enteras que, en su mayoría, son trabajadoras y contribuyen positivamente a la sociedad.


El impacto de las palabras de líderes políticos es significativo. En un momento en que la polarización social y política está en aumento, la responsabilidad de utilizar un lenguaje que fomente la inclusión y la comprensión es mayor que nunca. La retórica que divide y dehumaniza no solo afecta a aquellos a quienes se dirige, sino que también erosiona el tejido social y cultural de la nación.


A medida que se aproxima la próxima elección, es probable que estos temas continúen en el centro del debate político. Los votantes deberán considerar cuidadosamente el impacto de las palabras y acciones de los candidatos, especialmente en asuntos tan sensibles como la inmigración. El futuro de la cohesión social en Estados Unidos podría depender de ello.

Ver todo Lo último en El mundo