Temporada de huracanes 2025 en el Atlántico será más activa de lo habitual

Temporada de huracanes 2025 en el Atlántico será más activa de lo habitual

Investigadores de una universidad estadounidense estiman que se formarán más sistemas ciclónicos que en años anteriores, debido a factores oceánicos y atmosféricos observados en el primer trimestre

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Desastres Naturales HACE 11 HORAS

La temporada de huracanes en el Atlántico de 2025 promete ser significativamente más activa que el promedio histórico, según un pronóstico reciente del Tropical Meteorology Project de la Universidad Estatal de Colorado (CSU). Este informe, que fue dado a conocer el jueves, anticipa la formación de hasta 17 tormentas con nombre, así como nueve huracanes, cuatro de los cuales podrían alcanzar las categorías 3, 4 o 5 en la escala Saffir-Simpson. Esta proyección se sitúa en un 125% sobre el promedio histórico de la temporada, que abarca el periodo de 1991 a 2020.


Los datos reflejan un aumento en la actividad ciclónica en comparación con el promedio de 14 tormentas con nombre y siete huracanes por temporada. Aunque se espera una ligera disminución en comparación con la temporada de 2024, que se estimó en un 130% por encima del promedio, los expertos son claros en señalar que la actividad continuará siendo elevada. Esta situación plantea serias preocupaciones para las comunidades costeras y los sistemas de emergencia que deben estar preparados para hacer frente a posibles desastres naturales.


Las proyecciones se basan en una serie de modelos estadísticos y dinámicos que analizan diferentes variables, como la temperatura superficial del océano y la presión atmosférica. Con temperaturas del mar en el Atlántico tropical y el mar Caribe por encima del promedio, los investigadores han identificado que estas condiciones son fundamentales para el desarrollo de ciclones tropicales. El agua caliente sirve como combustible para estos fenómenos, y la atmósfera inestable generada por la alta temperatura propicia la formación de tormentas.


Además de las condiciones oceánicas, el impacto del fenómeno climático El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) también se ha considerado en este análisis. Actualmente, se observan condiciones débiles de La Niña en el Pacífico ecuatorial, aunque se espera que se produzca una transición hacia condiciones neutrales en los meses venideros. Esta variabilidad climática introduce un nivel de incertidumbre en los pronósticos, algo que los expertos reconocen como una dificultad adicional en la preparación ante la temporada de huracanes.


La temporada de huracanes de 2024 ya dejó su huella, con un total de 18 tormentas con nombre y 11 huracanes, cifras que superan la media de los últimos años. De hecho, tres nombres fueron retirados de la lista oficial debido a los daños y pérdidas de vidas que causaron, lo que subraya la seriedad con la que se deben considerar estas proyecciones. Aunque las temperaturas oceánicas han disminuido ligeramente en comparación con el año anterior, continúan por encima de los niveles históricos, manteniendo así las condiciones propicias para la formación de ciclones.


En cuanto a la nomenclatura de los huracanes, la Organización Meteorológica Mundial ha publicado la lista de nombres que se asignarán a las tormentas de 2025. Se tiene en cuenta que las tormentas reciben nombre cuando alcanzan vientos sostenidos de al menos 63 kilómetros por hora, y se convierten en huracanes al superar los 119 kilómetros por hora. La lista incluye 21 nombres, y si se superan las tormentas previstas, se recurrirá a una lista complementaria.


Es importante destacar el rol fundamental que desempeña la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) en la emisión de pronósticos de huracanes. Esta agencia, que publicará su pronóstico oficial en mayo, utiliza modelos climáticos y datos satelitales para realizar sus proyecciones. Históricamente, los pronósticos de la NOAA y CSU coinciden en general, aunque se basan en métodos distintos. Sin embargo, la actual situación de recortes presupuestarios en NOAA podría comprometer su capacidad de observación y, en consecuencia, la calidad de los pronósticos.


La temporada de huracanes del Atlántico se extiende del 1 de junio al 30 de noviembre, durante la cual se concentra la mayor actividad ciclónica en la cuenca del Atlántico Norte, el mar Caribe y el Golfo de México. Los meses de agosto, septiembre y octubre son típicamente los más activos, y la comunidad científica y las autoridades locales deben estar preparadas para responder a la probable llegada de huracanes de gran intensidad. La preparación y la concientización son claves para mitigar los impactos que estos fenómenos pueden causar.


Con una temporada de huracanes que se anticipa sobre niveles históricos, es esencial que las comunidades costeras refuercen sus planes de emergencia y estén listas para actuar en caso de que se materialicen estas proyecciones. La colaboración entre las agencias meteorológicas y las entidades gubernamentales es crucial para garantizar que la información fluya de manera eficiente y que la población esté debidamente informada sobre los riesgos y las medidas de seguridad a seguir.

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