Estados Unidos hará redadas en 3 ciudades cada semana, con 1.200 detenidos diarios como objetivo

Estados Unidos hará redadas en 3 ciudades cada semana, con 1.200 detenidos diarios como objetivo

El Gobierno de Trump ha puesto, a los agentes que tiene el ICE distribuidos en sus 25 oficinas, un objetivo de entre 1.200 y 1.500 inmigrantes detenidos cada día.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 28.01.2025

La reciente intensificación de las redadas migratorias en Estados Unidos ha generado una gran preocupación entre las comunidades inmigrantes, que ven amenazada su seguridad y estabilidad en el país. El Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) ha anunciado que centrará sus esfuerzos en tres ciudades cada semana, con el ambicioso objetivo de detener al menos 1.200 inmigrantes diariamente. Esta estrategia se enmarca dentro de las políticas de inmigración más estrictas impulsadas por la administración de Donald Trump, quien asumió el cargo apenas hace una semana.


Las operaciones de ICE comenzaron este domingo en Chicago, donde un alto número de detenciones se produjo en medio de un clima de temor e incertidumbre. En la mañana del martes, las redadas se trasladaron a Nueva York, donde la nueva secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, lideró las acciones sobre el terreno. Este despliegue de fuerzas ha llevado a muchos a cuestionar no solo la legalidad de las redadas, sino también la ética detrás de la separación de familias y la desestabilización de comunidades enteras.


Además de Chicago y Nueva York, la tercera ciudad que será objeto de estas redadas esta semana es Aurora, un suburbio de Denver con una considerable población hispana. Este enfoque estratégico de concentrar los esfuerzos en áreas con una alta densidad de inmigrantes plantea interrogantes sobre la discriminación racial y el perfilamiento étnico que podrían estar presentes en estas operaciones. Las organizaciones de derechos humanos han denunciado que tales tácticas pueden generar un clima de miedo que desincentiva a las personas a buscar ayuda o presentar denuncias por delitos.


La administración de Trump ha reiterado su compromiso con la deportación masiva, un tema que fue central durante su campaña electoral. A medida que el ICE incrementa el número de redadas, el impacto en las comunidades puede ser devastador. La reciente detención de 1.179 personas, la cifra más alta desde el retorno de Trump, indica una escalada en la agresividad de las políticas migratorias. De los detenidos, solo 613 eran considerados "arrestos criminales", lo que sugiere que más de la mitad de las detenciones involucran a individuos sin antecedentes penales graves.


La respuesta de la comunidad inmigrante ha sido de resistencia y organización. Muchas familias temen la separación y están buscando maneras de protegerse, mientras que las organizaciones locales están movilizando recursos para ofrecer asistencia legal y apoyo emocional a quienes pueden verse afectados por estas redadas. En este contexto, la solidaridad entre comunidades se ha vuelto esencial para enfrentar lo que muchos consideran un ataque directo a los derechos humanos.


Mientras tanto, el debate sobre la política de inmigración en Estados Unidos se intensifica. Los defensores de los derechos de los inmigrantes argumentan que estas redadas no solo son ineficaces para abordar el problema de la inmigración ilegal, sino que también generan un daño colateral significativo en las comunidades. Al mismo tiempo, los grupos que apoyan una inmigración más restrictiva ven estas acciones como un paso necesario para garantizar la seguridad nacional y el orden público.


Con la promesa de continuar con estas redadas en diferentes ciudades cada semana, el ICE parece decidido a mantener el ritmo de las deportaciones. Sin embargo, la resistencia de las comunidades afectadas y la presión de organizaciones de derechos humanos podrían frenar el avance de estas políticas. A medida que la situación evoluciona, la atención del público se centrará en cómo reaccionará el gobierno y cuál será el impacto a largo plazo de estas acciones en la sociedad estadounidense.


En este clima de incertidumbre, es fundamental que los ciudadanos se mantengan informados y activos en la defensa de los derechos de todos los individuos, independientemente de su estatus migratorio. La situación actual representa no solo un desafío para las comunidades inmigrantes, sino también una prueba de los valores fundamentales de justicia y equidad que definen a la nación. La historia de Estados Unidos siempre ha estado entrelazada con la de los inmigrantes, y el futuro del país dependerá de cómo se aborde esta crisis en los meses y años venideros.

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