Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La contienda electoral en Uruguay ha tomado un giro significativo tras la primera vuelta, donde han quedado solo dos candidatos en la lucha por la presidencia: Yamandú Orsi, del Frente Amplio, y Álvaro Delgado, del Partido Nacional. La atención se centra ahora en cómo ambos candidatos planean atraer a los votantes indecisos y a aquellos que apoyaron a los demás partidos que quedaron fuera de la competencia. Con el balotaje programado para el 24 de noviembre, el país se prepara para casi un mes de intensas campañas y negociaciones. Orsi y Delgado, aunque representan corrientes ideológicas diferentes, comparten la necesidad de construir alianzas que les permitan garantizar la gobernabilidad en un Parlamento fracturado. Los resultados de la primera vuelta revelan que el Frente Amplio tiene una mayoría absoluta en el Senado con 16 senadores de 30, mientras que en la Cámara de Representantes la situación es más compleja, con 48 de las 99 bancas repartidas entre varios partidos, lo que complica la formación de una mayoría clara. En entrevistas recientes, Orsi ha enfatizado su habilidad para negociar y formar consensos, argumentando que su experiencia como intendente de Canelones le otorga la ventaja necesaria para liderar el país. "Lo principal es que mi campaña no va a ser contra el Partido Nacional o el Partido Colorado, sino a favor de un proyecto del país", afirmó, destacando su enfoque en la unidad y el diálogo. Delgado, por su parte, ha adoptado un discurso que también aboga por la colaboración entre partidos, incluso con el Frente Amplio, en un intento por atraer a los votantes que buscan un gobierno más inclusivo y menos polarizado. Su mensaje se centra en la idea de que es posible encontrar un terreno común que trascienda las diferencias partidarias. "No solo llegar a acuerdos, sino que la gestión de algunos temas no necesariamente sea con miembros de la coalición", explicó, reflejando un deseo de construir puentes en lugar de muros. Expertos en política uruguaya sugieren que la contienda entre Orsi y Delgado podría estar más equilibrada de lo que parece. Ignacio Zuasnabar, director de la consultora Equipos, señala que ambos candidatos tienen razones para sentir que están en una posición favorable. Según él, es probable que la elección esté definida por "microsegmentos" de votantes, lo que significa que pequeños cambios en la intención de voto podrían tener un gran impacto en el resultado final. Delgado se muestra optimista respecto a su capacidad para mantener el apoyo de los votantes de la coalición que gobernó durante los últimos cinco años, confiando en que la continuidad será el camino preferido por muchos. Al mismo tiempo, Orsi busca replicar lo que ha sido una tendencia en elecciones pasadas: el crecimiento en el apoyo al Frente Amplio en la segunda vuelta, algo que ha ocurrido sistemáticamente en balotajes anteriores. Ambos candidatos no solo deben enfocarse en atraer votantes, sino también en navegar un Parlamento donde la fragmentación podría dificultar sus agendas. La entrada de partidos como Identidad Soberana, que ha adoptado posturas antisistema, añade una nueva capa de complejidad a la dinámica legislativa. Gustavo Salle, líder de esta fuerza, ha dejado en claro que no apoyará a ninguno de los candidatos tradicionales, lo que podría limitar aún más las opciones de cooperación. A medida que se acerque la fecha del balotaje, Orsi y Delgado intensificarán sus campañas, organizando una serie de encuentros y entrevistas en medios de comunicación para llegar a los votantes. La política uruguaya es conocida por su cercanía entre candidatos y electores, y ambos aspirantes parecen dispuestos a recorrer el país en busca de apoyo. La próxima etapa electoral será crucial no solo para definir quién ocupará la Torre Ejecutiva, sino también para determinar el rumbo político de Uruguay en los próximos años. Las decisiones que tomen Orsi y Delgado, así como su capacidad para conectar con una población dividida, serán determinantes en el desenlace de esta contienda. En un contexto donde la polarización ha marcado el debate político, los votantes uruguayos tendrán la última palabra en lo que promete ser una elección repleta de sorpresas.