Maduro amenaza con romper relaciones con WhatsApp por acusaciones de amenazas

Maduro amenaza con romper relaciones con WhatsApp por acusaciones de amenazas

El dictador declaró que eliminará la aplicación de su teléfono: “Fuera WhatsApp de Venezuela, porque ahí los criminales amenazan a la juventud, a los líderes populares”

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 06.08.2024

El presidente Nicolás Maduro ha levantado una nueva controversia al anunciar su intención de "romper relaciones" con la popular aplicación de mensajería WhatsApp. Durante un discurso el pasado lunes, Maduro acusó a la plataforma, que es propiedad de la empresa estadounidense Meta, de ser utilizada por "grupos fascistas" para amenazar a Venezuela. Esta afirmación se suma a la creciente retórica del régimen chavista, que ha intensificado su discurso contra las plataformas digitales y su supuesta injerencia en los asuntos internos del país.


"Yo voy a romper relaciones con WhatsApp, porque la están utilizando para amenazar a Venezuela", declaró Maduro, y añadió que planea eliminar la aplicación de su teléfono y migrar a Telegram, una plataforma que ha ganado popularidad en varios países por sus características de privacidad. En su argumentación, el mandatario insistió en que las amenazas se originan desde "teléfonos de Colombia, de Miami, de Perú y de Chile", acusando a un supuesto "enemigo exterior" de intentar desestabilizar su gobierno.


El tono de Maduro se tornó más vehemente al afirmar que la aplicación ha sido utilizada para amedrentar a la familia militar y a líderes populares en el país. En una retórica que recuerda a sus discursos más extremos, afirmó que “los delincuentes tienen chip colombianos, chilenos, gringos", enfatizando la idea de que el uso de WhatsApp es una herramienta de ataque contra el estado venezolano. Estas declaraciones resonaron entre sus seguidores, quienes vitorearon su pronunciamiento en el evento.


La decisión de Maduro de marginar WhatsApp no es un hecho aislado en el ámbito internacional. En abril de este año, la empresa Apple también tuvo que retirar la aplicación de su App Store en China, bajo órdenes de la Administración del Ciberespacio de China. Este acto fue percibido como parte de una estrategia más amplia del gobierno chino para limitar el acceso a plataformas que puedan influir en la seguridad nacional. Esta dinámica de censura ha llevado a que aplicaciones como WeChat, que colabora con el gobierno en la eliminación de contenido sensible, se conviertan en la opción preferida en el país asiático.


La situación en Venezuela se ve reflejada en otros regímenes autoritarios de la región. En Nicaragua, el líder sandinista Daniel Ortega ha prohibido a sus militantes la participación en grupos de WhatsApp que no cuenten con la autorización del partido. Esta medida, comunicada por Gustavo Porras, uno de los altos mandos del régimen, apunta a un control aún más estricto sobre la comunicación entre los miembros del partido. Las preocupaciones sobre la seguridad y la posibilidad de infiltración en sus filas han llevado a este tipo de restricciones.


A medida que las tensiones aumentan en Venezuela, la decisión de Maduro podría tener implicaciones significativas tanto a nivel interno como en la percepción internacional del régimen. La búsqueda de alternativas a WhatsApp, como Telegram y WeChat, puede ser vista como un intento de crear espacios de comunicación más controlados y menos susceptibles a las críticas externas. Sin embargo, la migración hacia estas plataformas también plantea preguntas sobre la efectividad de estos medios en el contexto de una nación donde la libertad de expresión ya está limitada.


El uso de aplicaciones de mensajería se ha vuelto crucial en la comunicación moderna, tanto en contextos personales como políticos. El hecho de que un líder como Maduro decida renunciar a una de las principales herramientas de comunicación digital refleja la creciente paranoia del régimen ante las voces disidentes. La afirmación de que las aplicaciones pueden ser utilizadas por "criminales" para amenazar a los ciudadanos es un claro indicador de la percepción de vulnerabilidad que tiene el gobierno frente a la oposición.


La situación en Venezuela, marcada por la crisis política y económica, se hace cada vez más compleja con este tipo de declaraciones. La comunidad internacional observa con atención cómo el régimen de Maduro busca consolidar su control a través de la censura y la limitación de herramientas de comunicación. Si bien la retórica de la amenaza externa puede resonar con algunos sectores de la población, es evidente que la realidad en el país está lejos de ser una narrativa de seguridad y estabilidad.


Maduro ha apelado a un sentido de unidad nacional contra lo que él considera un ataque externo, pero esta estrategia podría no ser suficiente para desviar la atención de los problemas internos que enfrenta el país. La libertad de expresión y la posibilidad de una comunicación abierta son fundamentales para cualquier democracia, y las restricciones impuestas por el régimen solo profundizan el aislamiento y el descontento en la población.


En resumen, la decisión de Maduro de distanciarse de WhatsApp es una manifestación del creciente control que buscan imponer sobre la información y la comunicación en Venezuela. Con esta medida, el régimen chavista no solo intenta deslegitimar a la aplicación, sino que también busca crear un entorno en el que el control sobre la narrativa política se mantenga a través de plataformas más manejables y menos expuestas a la crítica. Sin embargo, el desafío que enfrenta el gobierno es significativo, ya que la realidad del pueblo venezolano sigue siendo una lucha por derechos fundamentales, incluyendo el derecho a la información y a la libre expresión.

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