
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




El mundo de las criptomonedas se encuentra en una encrucijada crítica, impulsada por la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca y su enfoque hacia los activos digitales. Desde que fue electo, el precio del bitcoin ha fluctuado notablemente, pasando de 69,733 dólares el día de su victoria electoral a un récord de 109,000 dólares en enero de este año. Sin embargo, actualmente el bitcoin se encuentra en torno a los 83,000 dólares, reflejando un aumento del 19% desde su elección, pero también una caída del 23% desde su pico. Este vaivén pone de manifiesto la volatilidad intrínseca de las criptomonedas, un fenómeno que ha sido exacerbado por las declaraciones y políticas del nuevo presidente. El Crypto Fear and Greed Index, que mide el sentimiento del mercado cripto, ha caído drásticamente, pasando de 55, que indica un estado neutral, a 21, que denota un temor extremo en menos de una semana. Simon Peters, analista de eToro, comenta que tal inestabilidad es comprensible, aunque recuerda que las correcciones son parte del ciclo natural de cualquier activo financiero. A pesar de las dudas actuales, el bitcoin aún muestra un crecimiento del 70% en comparación con el año pasado, lo que sugiere que, a largo plazo, puede haber una recuperación. Uno de los anuncios más significativos de la Administración Trump ha sido la inclusión del bitcoin y otras criptomonedas en la propuesta de creación de una reserva estratégica de activos digitales. Esto generó un entusiasmo temporal en el mercado, pero también suscitó preocupaciones, sobre todo entre los miembros de la Reserva Federal, quienes no ven viable la custodia de criptoactivos. La firma de una orden ejecutiva el pasado 7 de marzo formalizó esta reserva, pero las restricciones impuestas, que prohíben la compra de nuevos bitcoins con dinero público, dejaron a muchos en la comunidad cripto decepcionados. Las expectativas de adquisiciones masivas se desvanecieron y, en consecuencia, los precios de los activos digitales cayeron. El bitcoin sigue liderando el mercado, con una capitalización de 1.63 billones de dólares, distanciándose notablemente de otras criptomonedas como Ethereum, Ripple y Solana. Lapo Guadagnuolo, de S&P Global Ratings, señala que el bitcoin ha sido visto como "oro digital" por su naturaleza deflacionista, mientras que otras criptomonedas están más asociadas con aplicaciones prácticas y contratos inteligentes. Guadagnuolo también opina que la nueva administración podría traer más claridad y estabilidad a la criptoindustria, lo que a su vez podría favorecer una diferenciación clara entre los distintos tipos de criptomonedas. La industria parece estar madurando, pasando de la pura especulación a una fase de adopción institucional. Marcos Carrera, profesor en la Universidad Internacional de Valencia, destaca que la clave para el futuro radica en innovar con propósito y adaptarse a un entorno regulatorio cambiante. Esto se refuerza con el crecimiento de proyectos centrados en la identidad digital y la tokenización de activos, que prometen aportar valor a la sociedad y al mercado. Otro aspecto notable en la evolución de las criptomonedas es la creación de fondos cotizados (ETF) que permiten a los inversores estadounidenses comprar y vender bitcoin y ether. Estos ETF ya han acumulado 136,000 millones de dólares en activos y se prevé que superen a los de metales preciosos, convirtiéndose en una de las clases de activos más relevantes. La aceptación de estos productos por parte de la SEC podría abrir la puerta a nuevos fondos y a una mayor inversión en el espacio cripto. Sin embargo, la incertidumbre sigue presente. Trump, quien lanzó su propia criptomoneda, el $Trump, ha visto como esta pasó de un precio máximo de 75 dólares a solo 11 dólares en un corto periodo, recordando a los inversores que la especulación en este sector todavía puede resultar en pérdidas significativas. A pesar de su papel como promotor de la criptoindustria, la realidad del mercado puede ser despiadada. A nivel de percepción, las críticas que recibía el bitcoin de parte de grandes inversores, como Warren Buffett, están comenzando a desvanecerse. Expertos como Juan Pablo Mejía Caicedo defienden al bitcoin como la verdadera innovación del espacio cripto, destacando su descentralización y seguridad. Aseguran que, a largo plazo, se consolidará como una reserva de valor, especialmente en un contexto de monedas inflacionarias y sistemas financieros inestables. Alejandro San Nicolás, profesor de finanzas, también resalta que el bitcoin ha sido aceptado como una forma legítima de reserva de valor. No obstante, la fascinación por otras criptomonedas, como Ethereum y Solana, aún genera escepticismo en algunos sectores. La gestión futura de estas criptomonedas, en un entorno regulado y con un enfoque en la adopción institucional, será crucial para determinar su trayectoria en los próximos años. Así, mientras el mundo cripto busca encontrar su camino, la figura de Trump continúa siendo un factor de tensión y expectativa en un mercado en constante evolución.