Guyana denuncia incursión de buque militar de Venezuela en territorio en disputa

Guyana denuncia incursión de buque militar de Venezuela en territorio en disputa

Guyana denunció el sábado la presencia de un buque militar venezolano en el territorio en disputa, un hecho que Estados Unidos tachó de “inaceptable”.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 03.03.2025

Las tensiones geopolíticas en América del Sur se intensifican una vez más tras la reciente denuncia por parte de Guyana sobre la incursión de un buque militar venezolano en aguas que ambas naciones reclaman como propias. El presidente guyanés, Irfaan Ali, informó que el incidente ocurrió el sábado a primera hora, cuando un patrullero de la Armada de Venezuela entró en lo que Guyana considera su zona económica exclusiva, un área rica en recursos naturales y que ha sido motivo de disputas desde hace décadas.


La disputa territorial gira en torno a la región de Esequibo, un vasto territorio de 160.000 kilómetros cuadrados que ha cobrado un nuevo significado tras el descubrimiento de importantes yacimientos de petróleo en 2015 por parte de ExxonMobil. Este hallazgo no solo ha elevado las expectativas económicas de Guyana, sino que también ha exacerbado las fricciones con Venezuela, que reclama parte de este territorio como suyo. Ali subrayó que el buque venezolano se acercó a operaciones legales de plataformas de producción en el bloque Stabroek, lo que pone de manifiesto la gravedad del incidente.


El mandatario guyanés aseguró que la incursión ha sido comunicada a sus socios internacionales, buscando apoyo en un momento de creciente tensión. Mientras tanto, Washington, un aliado importante para Georgetown, se ha manifestado en contra de la acción venezolana, calificándola de "inaceptable". Desde la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental de EE.UU., se advirtió que cualquier provocación adicional por parte del régimen de Nicolás Maduro podría tener consecuencias severas.


A pesar de las tensiones, Ali ha reiterado el compromiso de Guyana con la paz y la resolución pacífica de los conflictos. En su declaración, enfatizó que el país no tolerará amenazas a su soberanía y que se continuará buscando soluciones diplomáticas. Esta postura refleja un enfoque equilibrado, buscando evitar un conflicto abierto mientras se defienden los intereses nacionales.


El incidente del sábado no es un evento aislado. En febrero, Guyana también denunció un ataque a su Fuerza de Defensa, donde varios soldados resultaron heridos. Este ataque, atribuido a miembros de una banda criminal venezolana, fue descalificado por Caracas como un “vil montaje”, lo que ha contribuido aún más a la desconfianza entre ambos países. Esta escalada de incidentes se produce en un contexto histórico marcado por el Acuerdo de Ginebra de 1966, que establece un marco para la resolución pacífica de la disputa, pero que Guyana considera obsoleto al haber solicitado la intervención de la Corte Internacional de Justicia.


Las reacciones internacionales, especialmente de aliados clave como el Reino Unido y Estados Unidos, añaden un nivel adicional de complejidad a esta situación. El envío del buque militar británico "HMS Trent" a Guyana en 2024 fue considerado por Caracas como una provocación, desencadenando un despliegue militar venezolano que incluyó aviones y barcos de guerra. Este tipo de maniobras militares destaca la fragilidad de la situación en la región y el potencial para un conflicto abierto.


A medida que se desarrollan estos eventos, se hace evidente que el riesgo de escalada es real. Las promesas de diálogo entre los presidentes Ali y Maduro, realizadas en diciembre del año pasado, parecen estar en la cuerda floja frente a la realidad de las incursiones militares y los ataques armados. Las palabras de compromiso de no uso de la fuerza se ven desafiadas por las acciones en el terreno, lo que genera incertidumbre sobre el futuro de las relaciones entre ambos países.


La comunidad internacional observa con atención, consciente de que cualquier conflicto en esta región podría tener repercusiones más allá de las fronteras de Guyana y Venezuela. La interdependencia económica y los intereses estratégicos en juego hacen que la situación sea aún más delicada. Las decisiones que tomen ambos gobiernos en las próximas semanas serán cruciales para determinar el rumbo de esta contienda que, durante mucho tiempo, ha afectado la estabilidad y el desarrollo en América del Sur.


En un contexto donde los recursos naturales son cada vez más valiosos, las disputas territoriales se convierten en un campo de batalla no solo de armas, sino también de intereses económicos y políticos. La historia ha demostrado que las tensiones no resueltas pueden llevar a conflictos prolongados, y el caso de Guyana y Venezuela es un claro ejemplo de cómo la ambición por los recursos puede desatar reacciones en cadena.


La comunidad guyanesa, al igual que el resto del mundo, espera que prevalezcan la diplomacia y el respeto por el derecho internacional, pero la reciente incursión militar sugiere que el camino hacia la paz será arduo y complicado. La incertidumbre y el miedo a la escalada militar son ahora parte del paisaje político de América del Sur, y solo el tiempo dirá si se podrá evitar un conflicto mayor.

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