Desaprobación de Dina Boluarte alcanza el 92 % y genera crisis de confianza en Perú

Desaprobación de Dina Boluarte alcanza el 92 % y genera crisis de confianza en Perú

El descontento es particularmente marcado en la región sur del país, donde la cifra se eleva al 94 %.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 15.10.2024

La reciente encuesta realizada por Datum para el diario El Comercio ha desvelado un panorama sombrío para la presidenta Dina Boluarte, quien se enfrenta a un nivel de desaprobación del 92 % a nivel nacional. Este resultado, el más alto registrado en su gestión, refleja un descontento generalizado entre la población, donde la confianza en su liderazgo ha caído a niveles alarmantes. La situación es particularmente severa en el sur del país, donde la desaprobación asciende a un impactante 94 %, lo que sugiere una crisis de legitimidad en su mandato.


El descontento no se limita a una región específica. En Lima y Callao, así como en el norte y centro del país, la desaprobación se mantiene en un preocupante 92 %. Estos números indican que la insatisfacción con la administración de Boluarte trasciende las fronteras territoriales, sugiriendo que la percepción negativa hacia su gobierno es ampliamente compartida entre los distintos estratos de la sociedad peruana.


Incluso en la zona oriente, donde la desaprobación es ligeramente menor, con un 87 %, se evidencia que la presidenta enfrenta un rechazo generalizado. Este panorama plantea serias interrogantes sobre las decisiones políticas tomadas y la falta de conexión con las necesidades y expectativas de la ciudadanía. La gestión de la presidenta Boluarte ha estado marcada por una serie de crisis políticas y sociales que han dejado a muchos peruanos desilusionados y frustrados.


La encuesta también revela que el descontento no se limita a la figura de la presidenta. El jefe del Gabinete Ministerial, Gustavo Adrianzén, ha visto un aumento en su desaprobación, que ha pasado del 65 % al 78 % en solo un mes. Este incremento refleja no solo el descontento hacia las decisiones de Adrianzén, sino también la falta de confianza en el Gobierno en su conjunto. Las dificultades para manejar la crisis política y social han dejado una huella profunda en la percepción pública del Ejecutivo.


A medida que la desaprobación se eleva en el Gobierno, el Congreso de la República sigue siendo objeto de críticas. Con un 88 % de desaprobación, este órgano legislativo se mantiene como una de las instituciones más cuestionadas por la ciudadanía. La constancia de esta cifra en los últimos meses sugiere que la frustración con el Congreso no es un fenómeno pasajero, sino una realidad que indica una desconexión entre los legisladores y las preocupaciones del pueblo.


Este aumento en la desaprobación de las principales figuras del Gobierno y del Congreso plantea serias dudas sobre la capacidad de estas instituciones para gobernar efectivamente. La falta de un liderazgo sólido y la percepción de ineficacia han llevado a un creciente descontento social, que, en el contexto de un país con profundas desigualdades y demandas insatisfechas, podría tener repercusiones significativas.


La situación actual también se ve agravada por la creciente polarización en el país. La incapacidad del Gobierno para encontrar soluciones a problemas críticos como la economía, la seguridad y la salud ha exacerbado el clima de tensión social. Las protestas y manifestaciones han sido una respuesta directa a esta falta de acción efectiva, reflejando el malestar generalizado de un pueblo cansado de promesas incumplidas.


Además, la creciente desaprobación del Gobierno puede tener implicaciones para futuras elecciones y la estabilidad política en el Perú. Un panorama político marcado por la inestabilidad y la falta de confianza en las instituciones puede resultar en un ciclo de crisis que continúe afectando el desarrollo del país. Si la situación no mejora, muchos peruanos podrían optar por alternativas más radicales en sus opciones políticas, lo que podría complicar aún más el ya frágil equilibrio institucional.


En resumen, la encuesta de Datum no solo refleja la desaprobación de Dina Boluarte, sino que también pone de relieve una crisis de confianza en el sistema político peruano en su conjunto. La creciente insatisfacción, tanto con el Ejecutivo como con el Congreso, exige una reflexión profunda por parte de los líderes y responsables de la gestión política. Solo a través de un cambio genuino y una conexión renovada con la ciudadanía será posible revertir esta tendencia alarmante y restablecer un mínimo de confianza en las instituciones.

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