Extorsión en el transporte público: choferes amenazados y paralización de servicios

Extorsión en el transporte público: choferes amenazados y paralización de servicios

Las extorsiones contra empresas de transporte público se ha vuelto una situación recurrente en Lima. Esta vez, un video muestra cómo un delincuente amenaza de muerte a dos choferes de la empresa Translima si no pagan a tiempo sus cupos.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política HACE 23 HORAS

La situación de extorsión que enfrentan los conductores de la empresa de transporte público Translima se ha vuelto alarmante, especialmente tras la difusión de un video en el que se observa a un delincuente amenazando de muerte a los choferes si no cumplen con el pago de cupos. Este crimen, ampliamente documentado, ha generado una ola de temor entre los trabajadores del sector y una preocupación generalizada en la población que depende del transporte público.


El video, aparentemente grabado en el distrito de Chorrillos, muestra a un extorsionador que, con aires de impunidad, aborda a varias unidades de Translima. Las palabras del delincuente son escalofriantes: "¿Tú eres el que no quiere pagar?" lanza en un tono desafiante a un conductor, quien intenta justificar su situación afirmando que ya ha realizado el pago correspondiente. Esta dinámica de intimidación ha dejado claro que la vida de los choferes está en juego, convirtiendo su trabajo en una lucha diaria por la supervivencia.


Las amenazas no cesan ahí. En otro momento del video, el extorsionador se dirige a uno de los choferes con la inquietante pregunta: "¿Cuál es el primero que se va a morir?" La escena retrata un panorama desolador, donde los criminales, aparentemente organizados, actúan con total desprecio por la vida humana. Este tipo de conducta va en aumento y los choferes están comenzando a sentirse atrapados entre el deber de llevar el sustento a sus hogares y la necesidad de proteger su vida.


La problemática de la extorsión en el transporte público no es aislada. Ha permeado a diversas empresas de la capital, creando un ambiente de inseguridad tanto para los conductores como para los pasajeros. En este contexto, los extorsionadores operan con un modus operandi claro: exigir pagos a cambio de la seguridad en la operación de las rutas. Esta situación ha llevado a los choferes a denunciar represalias violentas en caso de que las exigencias económicas no sean cumplidas.


El miedo ha llevado a decisiones drásticas. Conductores de la empresa de transportes Santa Catalina han optado por paralizar sus actividades tras sufrir un atentado en Villa El Salvador. Esta medida no es solo una protesta, sino una cuestión de supervivencia. La empresa ha revelado que cerca de 500 choferes se verán afectados y, con ellos, alrededor de 80,000 pasajeros que dependen de sus servicios. La falta de respuesta de las autoridades ante estos actos de violencia ha dejado a los trabajadores en una situación de vulnerabilidad extrema.


Otro caso preocupante es el de los buses del Consorcio Roma, que también han decidido suspender sus operaciones debido a las severas amenazas de extorsión. El último atentado contra uno de sus vehículos, en el que un delincuente se hizo pasar por pasajero y disparó al conductor, evidencia la escalofriante realidad a la que se enfrentan a diario. La violencia ya no se limita al ámbito de las amenazas, sino que se ha vuelto una agresión tangible y letal.


Las autoridades están bajo presión para actuar. La falta de medidas efectivas para proteger a los trabajadores del transporte público ha generado críticas y preocupación entre la población. Muchos exigen que la Policía Nacional del Perú implemente estrategias más robustas para combatir la extorsión y garantizar la seguridad de todos. Las empresas de transporte están en una encrucijada: continúan operando y arriesgan la vida de sus choferes, o deciden paralizar sus servicios, afectando a miles de usuarios.


En medio de esta crisis, es fundamental recordar los canales de ayuda disponibles. La Policía Nacional del Perú ha habilitado una línea telefónica para que las víctimas de extorsión y otros delitos puedan denunciar. Esta línea, abierta las 24 horas, es un recurso vital que debe ser utilizado por quienes se ven atrapados en esta red de miedo. A través del número 105 y los contactos de WhatsApp proporcionados, los ciudadanos tienen acceso a un sistema que podría ofrecerles la protección que tanto necesitan.


La situación del transporte público en la capital es un reflejo de un problema más profundo en la sociedad. La extorsión se ha arraigado como una forma de criminalidad que no solo afecta a los choferes, sino que también pone en riesgo a toda la comunidad. La respuesta de las autoridades será crucial para frenar esta ola de violencia y restablecer la confianza tanto en el sector del transporte como en las instituciones encargadas de proteger a los ciudadanos.

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