El Salvador se convierte en el país más seguro del hemisferio occidental en 2024

El Salvador se convierte en el país más seguro del hemisferio occidental en 2024

El presidente salvadoreño enfatizó que su país era antes el más inseguro del mundo.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política HACE 10 HORAS

El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, ha anunciado con orgullo que su país ha alcanzado el estatus de "más seguro del hemisferio occidental", tras finalizar el año 2024 con una tasa de homicidios de apenas 1,9 por cada 100.000 habitantes, según datos proporcionados por la Policía Nacional Civil (PNC). Este significativo descenso en la violencia es un reflejo de la implementación de estrictas políticas de seguridad que han transformado la narrativa sobre la seguridad en el país.


Históricamente, El Salvador ha sido conocido por ser uno de los países más violentos del mundo, lidiando con un legado de violencia asociada a las pandillas y un sistema de justicia a menudo ineficaz. Sin embargo, en un giro sorprendente, Bukele ha afirmado que el país ha pasado de ser el más inseguro del planeta a convertirse en un modelo de seguridad en la región. Esta transformación se ha visto acentuada por la declaración de un estado de excepción que ha permitido al gobierno adoptar medidas drásticas en su lucha contra la criminalidad.


El presidente celebró que diciembre de 2024 fue el mes más seguro en la historia de El Salvador, destacando el 31 de diciembre sin ningún homicidio registrado. Este hecho no solo es significativo desde el punto de vista estadístico, sino que también representa un cambio en la percepción de la vida diaria para los salvadoreños, quienes han vivido durante años en un clima de miedo y violencia.


Bukele no dudó en compartir su entusiasmo en redes sociales, señalando que, de haber tenido todos los meses de 2024 como diciembre, la tasa de homicidios habría sido de 0,2 por cada 100.000 habitantes, lo que posicionaría a El Salvador como contendiente para ser el país más seguro del mundo. Esta afirmación, aunque optimista, también invita a la reflexión sobre la sostenibilidad de estas medidas y su impacto en las libertades civiles.


Las políticas implementadas por el gobierno de Bukele han sido objeto de controversia y debate. La declaración de "guerra contra pandillas" y el estado de excepción han sido criticados por organizaciones de derechos humanos, que argumentan que estas medidas han llevado a violaciones de los derechos de los ciudadanos, incluyendo detenciones arbitrarias y abusos policiales. A pesar de estas críticas, el gobierno ha justificado sus acciones como necesarias para garantizar la seguridad pública.


Es importante señalar que, aunque los números son alentadores, la disminución de la violencia no necesariamente se traduce en una mejora de las condiciones de vida para todos los salvadoreños. La percepción de seguridad en el país puede estar influenciada por otros factores, como la economía y el acceso a servicios básicos. La pregunta que muchos se hacen es si esta seguridad alcanzada es sostenible a largo plazo, o si es el resultado de medidas temporales que podrían revertirse.


A pesar de las críticas, Bukele ha logrado capitalizar estos éxitos en seguridad para fortalecer su imagen política. El presidente ha utilizado estos logros como un pilar de su administración, construyendo una narrativa de un líder que ha cumplido su promesa de combatir la criminalidad. Este enfoque ha resonado con una población cansada de la violencia y la inseguridad, lo que le ha proporcionado un apoyo considerable entre los ciudadanos.


Sin embargo, el desafío que enfrenta Bukele es mantener esta tendencia a la baja en los homicidios mientras se asegura que se respeten los derechos fundamentales de la población. La forma en que el gobierno maneje la seguridad en el futuro determinará si este cambio se convierte en una realidad duradera o si, por el contrario, se desmorona ante un regreso a las viejas prácticas de violencia.


En conclusión, la declaración de Bukele sobre El Salvador como el país más seguro del hemisferio occidental representa un hito significativo en la historia reciente del país. No obstante, es crucial seguir de cerca la evolución de esta situación y el impacto de las políticas de seguridad en la vida cotidiana de los salvadoreños. La esperanza es que esta nueva era de seguridad se traduzca en un bienestar real y sostenible para todos los ciudadanos, y no solo en cifras impresionantes.

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