Mark Carney asume liderazgo del Partido Liberal en un Canadá en transformación

Mark Carney asume liderazgo del Partido Liberal en un Canadá en transformación

Mark Carney, exgobernador de los bancos centrales de Canadá y de Inglaterra que tomará posesión en unos días como primer ministro canadiense, promete firmeza ante los embates proteccionistas estadounidenses

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política HACE 19 HORAS

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha traído consigo una serie de cambios inesperados en la política canadiense, donde el hockey sobre hielo, tradicionalmente considerado un deporte nacional, ha cobrado un nuevo significado como símbolo de un nacionalismo resurgente. En este contexto, el Partido Liberal de Canadá ha decidido dar un giro radical al elegir a Mark Carney, un economista con un amplio currículum y experiencia en la banca central, como su nuevo líder y, por ende, como candidato a primer ministro en las próximas elecciones. La votación que tuvo lugar este domingo resultó en un contundente respaldo del 89,6% a Carney, quien ahora enfrentará un camino complicado pero lleno de oportunidades.


El exgobernador del Banco de Canadá y del Banco de Inglaterra no solo es conocido por su enfoque pragmático frente a los desafíos económicos, sino que también se ha posicionado como un firme opositor de Trump y su política comercial. En su discurso de aceptación, Carney utilizó una metáfora del hockey, sugiriendo que los canadienses siempre se llevan la victoria, una declaración que resonó tanto en el ámbito deportivo como en el político. Este comentario subraya la importancia del deporte en la identidad canadiense y cómo puede ser utilizado como un medio para expresar resistencia frente a la adversidad.


Mark Carney, quien además es un apasionado del hockey y ha sido jugador en su juventud, es percibido como un outsider en la política, un tecnócrata que en un contexto de creciente tensión con Estados Unidos busca reforzar los valores canadienses. Con su formación académica en prestigiosas instituciones como Harvard y Oxford, y una carrera en grandes instituciones financieras, Carney llega a la política con un enfoque centrado en la economía y la innovación. "Los nuevos retos requieren de un nuevo liderazgo", afirmó Carney, reflejando su visión de un país en busca de un rumbo claro en medio de incertidumbres internacionales.


La elección de Carney ocurre en un momento crítico para el Partido Liberal, que ha visto cómo su popularidad ha disminuido con el tiempo, especialmente bajo la dirección de Justin Trudeau. El carisma que llevó a Trudeau al poder en 2015 se ha desvanecido, dejando tras de sí un legado de fricciones internas y bajas cuotas de popularidad. Carney, en contraste, promete un enfoque más técnico y menos mediático, con un énfasis en la resolución de problemas complejos mediante la experiencia y el diálogo, en lugar de los espectáculos políticos.


El nuevo líder liberal no ha tardado en enfrentarse a sus principales rivales. Pierre Poilievre, líder del Partido Conservador, es visto como su mayor adversario, y las encuestas recientes sugieren que las expectativas de victoria para los conservadores, que parecían aseguradas, ahora están en entredicho. Carney ha atacado tanto a Poilievre como a Trump, prometiendo que su gobierno no cederá ante la presión y mantendrá los aranceles impuestos a las importaciones estadounidenses hasta que Washington muestre un respeto genuino por Canadá.


Además de sus planes para la economía, Carney ha planteado la necesidad urgente de "reconducir la economía del país", basando sus propuestas en la experiencia adquirida durante la crisis financiera de 2008 y el Brexit. Su enfoque incluye la reducción de impuestos y un manejo más equilibrado del presupuesto, buscando distanciarse de las políticas de Trudeau y demostrando que está dispuesto a hacer los cambios necesarios para revitalizar la confianza en el Partido Liberal.


Con el Parlamento canadiense reanudando sus actividades a finales de marzo, Carney se encuentra ante la crucial decisión de cuándo y cómo presentar su plan gubernamental. Con la presión de la oposición y la posibilidad de una caída del gobierno en caso de no lograr un voto de confianza, tiene la difícil tarea de asegurar que los liberales mantengan el poder. Los analistas sugieren que podría ser ventajoso para Carney convocar elecciones anticipadas, aprovechando la reciente disminución de la ventaja conservadora, en un intento por revertir la tendencia negativa que ha arrastrado al partido en los últimos meses.


El futuro político de Carney y del Partido Liberal dependerá de su capacidad para navegar en un clima de incertidumbre y competencia feroz. La posibilidad de que su gobierno sea efímero lo convierte en una figura a la que los canadienses deben observar con atención, ya que sus decisiones en los próximos meses podrían determinar no solo su carrera política, sino también el rumbo que tomará Canadá en el contexto internacional. Así, el hockey, como símbolo de unión y resistencia, se convierte en una metáfora del desafío que enfrenta Carney en su misión de llevar a los liberales de regreso a la cima del panorama político canadiense.


Mientras tanto, los canadienses están atentos a cómo se desarrollan los acontecimientos, sabiendo que el liderazgo de Carney podría significar tanto un nuevo capítulo en la política canadiense como la oportunidad de reafirmar su identidad nacional en un mundo cada vez más polarizado. Su enfoque pragmático y su disposición a enfrentar a los poderosos podrían ser lo que Canadá necesita en este momento de incertidumbre, y su éxito o fracaso podría dejar una huella duradera en la historia del país.

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