Juanjo Mena comparte su lucha contra el Alzheimer y su amor por la música

Juanjo Mena, un nombre emblemático en el mundo de la música clásica, ha hecho un anuncio conmovedor que ha resonado en los corazones de muchos. En un video emotivo, el reconocido director de orquesta de 59 años reveló que padece Alzheimer, una enfermedad que, aunque se encuentra en una fase incipiente, le presenta un desafío único y personal. “He dirigido muchas partituras en mi vida y la que me toca ahora es, seguro, la más difícil de todas”, afirmó Mena, demostrando su valentía al enfrentar esta nueva y dura etapa.

A pesar de la noticia, Mena se mantiene optimista y determinado. Durante el último año, no ha disminuido su actividad profesional y ha decidido continuar con sus compromisos artísticos en la presente temporada. “Tengo mucho ánimo y mucha fuerza para seguir adelante”, expresó, destacando la música como su gran aliada en esta nueva batalla. Según él, la música no solo es su pasión, sino el motor que activa sus neuronas en un momento en el que más lo necesita. Para Mena, la música y su familia se convierten en el mejor tratamiento para afrontar el futuro.

La trayectoria de Juanjo Mena es un testimonio de dedicación y talento. Nacido en Vitoria, su carrera despegó tras haber coincidido en su infancia con un profesor que despertó su vocación musical. Su decisión de no continuar como contratenor, para dejar ese camino a su hermano Carlos, fue el primer paso en una carrera que lo llevaría a ser uno de los directores más reconocidos a nivel internacional. Desde sus inicios en el coro hasta su formación en los conservatorios de Vitoria y Madrid, Mena ha trabajado incansablemente para perfeccionar su arte.

A lo largo de su carrera, ha alternado repertorios barrocos con obras contemporáneas, lo que ha enriquecido su versatilidad como director. Su paso por la enseñanza de maestros renombrados, como Sergiu Celebidache, le permitió adquirir una visión profunda sobre la música, considerándola no solo un sonido, sino una experiencia estética que trasciende lo tangible. Estas lecciones han influido en su estilo de dirección y en la forma en que se relaciona con los músicos a su cargo.

Mena comenzó a destacar en el ámbito internacional desde su papel como titular en la Orquesta Sinfónica de Bilbao en 1999. Desde entonces, su carrera ha sido un continuo ascenso, dirigiendo orquestas y participando en festivales de gran renombre en Europa y Estados Unidos. Su debut con la Sinfónica de Baltimore en 2004 marcó un hito en su carrera, abriendo las puertas a nuevas oportunidades y consolidando su reputación en el mundo de la música clásica.

Una de las proezas más notables de su trayectoria fue su debut en 2016 con la Filarmónica de Berlín, un logro que muy pocos directores españoles han conseguido a lo largo de la historia. Este hecho resalta la importancia de su figura en el ámbito musical y el impacto que ha tenido en el desarrollo de la dirección orquestal en España. Mena ha demostrado que se puede alcanzar un nivel de excelencia y reconocimiento en un campo que, tradicionalmente, ha estado dominado por músicos de otras nacionalidades.

Además de su trabajo en Europa y Estados Unidos, Mena mantiene una relación constante con la NHK Symphony Orchestra en Tokio, así como con la Orquesta Sinfónica de Euskadi y la Nacional en España. Su compromiso con estas orquestas ha perdurado a lo largo de tres décadas, consolidando su lugar en la historia de la música clásica en nuestro país.

El anuncio de Mena sobre su enfermedad ha generado una ola de apoyo y solidaridad entre colegas, músicos y aficionados a la música. Su capacidad para enfrentar la adversidad con dignidad y optimismo es un ejemplo inspirador para todos, no solo en el ámbito artístico, sino también en la vida cotidiana. La música, como él mismo ha dicho, será su mejor terapia, y su historia sirve como un recordatorio de la fuerza del espíritu humano frente a los desafíos.

El legado de Juanjo Mena en la música es innegable, y su voluntad de continuar dirigiendo a pesar de su diagnóstico resuena como un acto de valentía. A medida que enfrenta esta nueva partitura en su vida, Mena se convierte en un símbolo de resistencia y pasión, demostrando que la música puede ser un refugio y una fuente de esperanza incluso en los momentos más difíciles. Su viaje no termina aquí; de hecho, podría ser solo el comienzo de un nuevo capítulo lleno de significado y belleza.