Tensión política en Brasil tras denuncia contra Jair Bolsonaro por intento de golpe

Tensión política en Brasil tras denuncia contra Jair Bolsonaro por intento de golpe

Tras la denuncia de la Policía, el expresidente de Brasil es acusado de «liderar» la trama golpista que acabó con la invasión en Brasilia de las sedes del Congreso Nacional, de la Corte Suprema y del Palacio de Planalto

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

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Política 19.02.2025

La tensión política en Brasil ha alcanzado niveles sin precedentes tras la denuncia formal presentada contra el expresidente Jair Bolsonaro por su presunta implicación en un intento de golpe de Estado. La Fiscalía General del país ha acusado al líder ultraderechista de «liderar» una conspiración que culminó con la invasión violenta de las sedes del Congreso Nacional, la Corte Suprema y el Palacio de Planalto el pasado 8 de enero. Esta acusación se suma a un contexto de polarización política y desconfianza en las instituciones democráticas que ha caracterizado la vida política brasileña en los últimos años.


La denuncia fue entregada a la Corte Suprema y se basa en una exhaustiva investigación policial que ha identificado a Bolsonaro como el principal instigador de una trama que buscaba deslegitimar el proceso electoral que resultó en la victoria de Luiz Inácio Lula da Silva en 2022. Además del exmandatario, se incluyen en la denuncia a otras 33 personas, muchas de ellas miembros de su círculo más cercano, lo que pone de relieve la amplitud de la supuesta conspiración.


En el documento remitido a la Corte, la Fiscalía ha descrito las acciones de los acusados como una «tentativa de abolición violenta del Estado Democrático de Derecho» y ha subrayado la gravedad de los crímenes imputados, entre los que se encuentran «organización para delinquir armada» y «golpe de Estado». Este enfoque legal resalta la intención de las autoridades de abordar de manera contundente las amenazas a la democracia en Brasil.


El actual magistrado relator del caso, Alexandre de Moraes, quien ha enfrentado ataques constantes por parte de sectores bolsonaristas, jugará un papel crucial en el avance de este proceso judicial. De Moraes ha sido un objetivo de descalificaciones desde que presidió el Tribunal Superior Electoral durante las elecciones de 2022, y su posición como parte de la Primera Sala de la Corte Suprema añade una capa adicional de tensión a un proceso que ya está cargado de implicaciones políticas.


La denuncia no solo se limita a Bolsonaro; también incluye a su exministro de Defensa, Walter Braga Netto, quien es señalado como co-líder de la conspiración. La implicación de figuras militares de alto rango y exministros refleja la profundidad del descontento que se ha gestado en ciertos sectores de las Fuerzas Armadas, que muchos temen que esté asociado a un intento de desestabilizar el actual gobierno.


La Policía Federal ha encontrado evidencia que sugiere un plan estructurado para perpetuar a Bolsonaro en el poder, incluyendo borradores de decretos que pretendían declarar un estado de sitio y anular los resultados de las elecciones. Testigos han afirmado que Bolsonaro, incluso, revisó documentos que podrían haber facilitado la ejecución del golpe, lo que sugiere una planificación meticulosa detrás de las acciones de su grupo.


La situación se complica aún más debido a que Bolsonaro enfrenta múltiples investigaciones adicionales. Desde la apropiación de joyas estatales hasta la manipulación de certificados de vacunación contra la covid-19, el exmandatario se encuentra en una encrucijada legal que podría afectar gravemente su futuro político. La inhabilitación que le impuso la Justicia Electoral hasta 2030 por deslegitimar las instituciones democráticas añade un peso significativo a su ya tambaleante imagen pública.


Pese a la gravedad de las acusaciones, Bolsonaro ha manifestado su confianza en que el Congreso, dominado por fuerzas conservadoras, podría apoyarlo en la búsqueda de una amnistía para él y los demás implicados en los eventos del 8 de enero. Este movimiento podría ser visto como un intento de reescribir la narrativa alrededor de sus acciones y recuperar su posición en la arena política brasileña.


Las reacciones a la denuncia han sido variadas. Algunos sectores de la sociedad civil y opositores al bolsonarismo han celebrado la acción de la Fiscalía como un paso necesario para proteger la democracia en Brasil. Sin embargo, otros advierten del peligro que representa la polarización y la ruptura del diálogo entre las diferentes corrientes políticas, lo que podría llevar a un ambiente aún más volátil.


En este contexto, Brasil se enfrenta a un futuro incierto. La decisión de la Corte Suprema sobre la aceptación de la denuncia y las posibles repercusiones políticas que podría tener en la próxima elección presidencial de 2026 no solo afectarán la carrera de Bolsonaro, sino que también definirán el rumbo de la democracia en el país. La atención está centrada en cómo se desarrollarán los acontecimientos en los próximos meses, y si la justicia prevalecerá ante las maniobras políticas que han caracterizado la era bolsonarista.

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