Comparativa de precios revela que comprar en La Paz es más barato que en Lima

Comparativa de precios revela que comprar en La Paz es más barato que en Lima

El peruano visitó los supermercados Hipermaxi de Bolivia y Plaza Vea de Perú, donde analizó precios de productos equivalentes de la canasta básica familiar.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 14.12.2024

La reciente visita del youtuber Jesús García a supermercados en Perú y Bolivia ha dejado al descubierto una sorprendente realidad: hacer un mercado en La Paz resulta ser más económico que en Lima. Esta revelación surge en un contexto de creciente inflación en Perú, donde los precios de los alimentos han aumentado de manera constante, poniendo a prueba el presupuesto de muchas familias. Al comparar los precios de productos en supermercados de ambos países, García ha generado un debate sobre el costo de vida en la región.


Utilizando el supermercado Hipermaxi en Bolivia y Plaza Vea en Perú como puntos de referencia, Jesús eligió productos equivalentes para realizar una comparación directa. Los resultados de su investigación muestran que, en términos generales, los precios en Bolivia son significativamente más bajos que en Perú. La diferencia de costos en productos básicos ha llevado a García a afirmar que "es mucho más barato hacer un mercado en La Paz que en Lima". Esta afirmación resuena especialmente entre consumidores peruanos que han visto un incremento en sus gastos mensuales.


Entre los productos analizados, algunas de las diferencias son contundentes. Por ejemplo, una gaseosa personal de Seven Up cuesta 4 bolivianos (equivalentes a 2,16 soles) en Bolivia, mientras que en Perú su precio asciende a 2,2 soles. Esta tendencia se repite en prácticamente todos los productos revisados, donde las versiones bolivianas resultaron ser más asequibles. García enfatiza que, si una familia gasta aproximadamente 200 soles en Lima, podría realizar la misma compra en Bolivia por tan solo 120 a 130 soles.


Sin embargo, no todo es tan simple. Aunque la mayoría de los productos son más baratos en Bolivia, hay excepciones notables. Por ejemplo, ciertos insumos como la palta, el camote, las papas y las hamburguesas son más baratos en Perú. Aquí, el equilibrio de precios entre ambos países se hace evidente, y los consumidores deben ser cuidadosos al elegir dónde realizar sus compras.


A pesar de los precios competitivos en Bolivia, hay productos que reflejan una diferencia considerable. El kilo de carne, especialmente de cerdo, se vende en Bolivia a 29,67 soles, mientras que en Perú el precio mínimo supera los 35 soles. Este tipo de comparación pone de manifiesto la variabilidad de precios en la región, lo que puede influir en las decisiones de compra de los ciudadanos.


El análisis de García también resalta la importancia de la inflación en Perú como un factor determinante que ha impactado los costos de vida. Las alzas en los precios de los alimentos han llevado a muchas familias a buscar alternativas para cuidar su economía. En este sentido, la comparación entre ambos países podría servir como un llamado a la reflexión sobre la gestión económica y de políticas alimentarias.


La creciente popularidad de estas comparaciones entre precios de supermercados ha incentivado a otros creadores de contenido a realizar análisis similares. Esto no solo aumenta la conciencia sobre el costo de vida, sino que también motiva a los consumidores a ser más exigentes y a buscar las mejores opciones para su presupuesto.


En un contexto de globalización y libre comercio, es fundamental que los consumidores tengan acceso a esta información. Conocer las diferencias de precios entre países vecinos puede influir en sus decisiones de compra y fomentar una mayor competencia entre los mercados. Así, la experiencia de Jesús García no solo ofrece información sobre precios, sino que también destaca la necesidad de un debate más amplio sobre la economía regional.


El fenómeno de la comparación de precios también refleja una cultura de consumo más informada. Los ciudadanos están cada vez más dispuestos a investigar y evaluar sus opciones, lo que a su vez puede llevar a cambios en las políticas comerciales y de precios. Las empresas, al reconocer el poder de compra de los consumidores, podrían verse obligadas a ajustar sus estrategias para atraer y retener a sus clientes.


Finalmente, la visita de Jesús García se convierte en un microcosmos de un problema más amplio: la búsqueda de un equilibrio entre precios accesibles y la calidad de los productos. Mientras las familias continúan enfrentando el embate de la inflación, la información y el análisis detallado de precios se vuelven herramientas valiosas que pueden ayudar a aliviar la carga económica en el día a día.

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