Turbulencia política en Argentina: Milei denuncia golpe institucional tras votación clave

Turbulencia política en Argentina: Milei denuncia golpe institucional tras votación clave

Por unanimidad, los senadores opositores aprueban una subida de las pensiones y dan media sanción a proyectos que otorgan más fondos a las provincias

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política HACE 5 HORAS

El clima político en Argentina se torna turbulento tras la reciente votación en el Senado, donde la oposición ha unido fuerzas para aprobar un paquete de leyes que incrementan el gasto fiscal, un hecho que ha llevado al presidente Javier Milei a denunciar un “intento de golpe institucional”. Esta situación marca la mayor derrota política del mandatario desde que asumió el poder hace 18 meses, cuando la oposición logró reunir los dos tercios necesarios para la aprobación de la legislación, desafiando así la autoridad del Gobierno.


Entre las leyes aprobadas se destaca una subida del 7,2% en las pensiones, así como la media sanción de proyectos que buscan reforzar los fondos destinados a las provincias. Esta decisión provocó una rápida reacción del Ejecutivo, que considera que estos cambios amenazan su objetivo de mantener un superávit fiscal, uno de los pilares de su campaña electoral. Con una postura desafiante, Milei anunció su intención de vetar las normas y llevar la cuestión a la justicia, en un esfuerzo por retrasar su implementación hasta después de las elecciones de octubre.


La votación fue interpretada como un golpe devastador no solo para Milei, sino también para su partido, La Libertad Avanza, que ahora se enfrenta a un Congreso en el que la oposición parece haber encontrado un nuevo aliento. Los 24 gobernadores del país, que hasta ahora habían mantenido una relación relativamente cordial con el Gobierno, se manifestaron en desacuerdo con la política fiscal del Ejecutivo, que ha sido criticada por financiar el superávit con recortes en las transferencias a las provincias.


La reacción de los gobernadores ha sido contundente, indicando que ya no están dispuestos a aceptar la centralización de recursos en Buenos Aires a expensas de sus jurisdicciones. En este contexto, la oposición kirchnerista ha sabido capitalizar el descontento provincial, apoyando la iniciativa que permite una mayor llegada de fondos y mejorando la situación de personas con discapacidad, así como creando un fondo para Bahía Blanca, una ciudad afectada por inundaciones.


La situación ha llevado a un quiebre en la relación entre Milei y muchos de sus antiguos aliados, quienes ahora parecen haber perdido la paciencia con un Gobierno que prioriza su agenda ideológica sobre las necesidades de las provincias. Esta desafección se agrava por la decisión de La Libertad Avanza de presentar candidatos en las elecciones legislativas en distritos que antes eran considerados aliados.


En un intento por revertir la narrativa, Milei se ha aferrado a la idea de que los resultados legislativos serán percibidos por el electorado como un ataque de “la casta” en contra de su Gobierno, al que describe como “el mejor de la historia”. Sin embargo, este discurso enfrenta el reto de una realidad política que se presenta cada vez más hostil.


Las acusaciones de golpe institucional no han tardado en llegar por parte del Gobierno, con la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, señalando que el kirchnerismo organizó un plan para socavar los logros económicos del Ejecutivo. La estrategia de defensa del Gobierno se centra en cuestionar la legalidad de la sesión en la que se aprobó el paquete legislativo, argumentando que se trató de una autoconvocatoria que carecía de validez.


La vicepresidenta, Victoria Villarruel, se encuentra en el centro de esta tormenta política, con Milei y sus aliados arremetiendo contra ella por su papel en la sesión del Senado. La relación entre ambos se deteriora cada vez más, con acusaciones mutuas de traición y falta de lealtad. Villarruel, por su parte, ha defendido la autonomía del Senado y la capacidad de este para sesionar independientemente de las decisiones del Ejecutivo.


En medio de esta agitación, los ecos de la ultraderecha se dejan sentir con fuerza en las redes sociales, donde voces extremistas han llamado a la acción violenta, lo que ha generado un clima de tensión y riesgo de escalada en el discurso público. La senadora peronista Juliana Di Tullio ha anunciado acciones legales contra aquellos que han incitado a la violencia y amenazado la estabilidad del sistema democrático.


La situación en Argentina se encuentra en un punto crítico, con un Gobierno que lucha por mantener su agenda y un Congreso que se ha vuelto un campo de batalla entre diferentes visiones sobre el futuro del país. La capacidad de Milei para revertir esta situación dependerá no solo de su habilidad para negociar con los gobernadores y la oposición, sino también de su capacidad para conectar con el electorado en un clima de creciente descontento.

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