Crisis del VIH en Trinidad: alarmante aumento de casos entre jóvenes y adultos mayores

Crisis del VIH en Trinidad: alarmante aumento de casos entre jóvenes y adultos mayores

Trinidad enfrenta un alarmante aumento de VIH, con casi 2,000 casos desde 1990. La falta de uso de preservativos entre jóvenes agrava la situación.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Salud 14.04.2025

La situación del VIH en Trinidad, capital del departamento del Beni, ha alcanzado niveles alarmantes, con un total de 1.885 casos registrados desde el primer diagnóstico en 1990 hasta marzo de 2025. De estos, casi la mitad, es decir, 998 casos, han sido identificados en el municipio de Trinidad, lo que lo convierte en la zona con mayor incidencia del virus en la región. Esta realidad ha generado una creciente preocupación entre las autoridades sanitarias, quienes han señalado un aumento constante de nuevos casos, con 211 reportados solo en 2024 y 63 en los primeros tres meses de 2025. El director departamental del Programa ITS-VIH, Gustado Sossa, ha señalado que el principal problema radica en la falta de uso de preservativos entre los jóvenes. "Los jóvenes están teniendo relaciones sexuales pero no están utilizando lo que es el preservativo", afirmó Sossa, subrayando que este simple acto puede ser la clave para evitar tanto infecciones de transmisión sexual como la propagación del VIH. Este llamado a la prevención se hace aún más relevante dado que, según las estadísticas, el 97% de las transmisiones del virus ocurren a través de relaciones sexuales desprotegidas. El fenómeno es preocupante, ya que el grupo más afectado por el virus está compuesto por jóvenes de entre 15 y 25 años. Sin embargo, los datos también revelan que personas mayores de 50 años están siendo diagnosticadas con VIH, subrayando la falta de discriminación del virus en términos de edad y condición social. Esta situación pone de manifiesto la urgencia de una educación sexual adecuada que informe a todos los grupos etarios sobre los riesgos y la prevención del VIH. Además, las autoridades sanitarias han advertido que un número significativo de personas portadoras del virus desconocen su situación. El VIH puede permanecer asintomático durante años, lo que facilita su propagación. Por ello, se enfatiza la importancia de realizarse pruebas de VIH, un procedimiento que es gratuito y confidencial en el centro ubicado en la calle 9, frente al Tribunal Electoral. La disponibilidad de estas pruebas durante la semana es fundamental para detectar a tiempo el virus y tomar las medidas adecuadas. El Programa ITS-VIH ha recomendado que las personas sexualmente activas, especialmente los jóvenes, se realicen pruebas de manera regular, al menos una vez cada seis meses. Este tipo de prevención es crucial para contener el avance del virus y proteger a la comunidad. Sin embargo, la salud sexual y la prevención no deben ser temas tabú. Es vital que los padres de familia se involucren en la educación sexual de sus hijos, fomentando un diálogo abierto que permita discutir la sexualidad y la prevención de enfermedades de transmisión sexual sin miedo ni vergüenza. Las autoridades han subrayado que el VIH se puede prevenir mediante el uso constante de preservativos. Este mensaje debe resonar en todas las comunidades, ya que la prevención comienza en casa y se fortalece con el acceso responsable a servicios de salud. La educación sexual integral es una herramienta poderosa que puede cambiar el rumbo de la epidemia en la región. Es fundamental que los jóvenes no solo tengan acceso a la información, sino que también se sientan empoderados para tomar decisiones informadas respecto a su salud sexual. La responsabilidad individual es clave en la lucha contra el VIH, pero también lo es el apoyo comunitario y familiar. La presión social y el estigma pueden ser barreras que impidan que las personas busquen el apoyo que necesitan. El llamado urgente de las autoridades es claro: hay que cortar la cadena de transmisión del VIH. Esto requiere un esfuerzo colectivo que englobe educación, diálogo y responsabilidad sexual. La comunidad de Trinidad tiene la oportunidad de hacer frente a esta crisis de salud pública, y es responsabilidad de todos contribuir a un cambio positivo en la cultura de la prevención y el cuidado de la salud. La batalla contra el VIH no es solo un asunto de salud pública, sino también de justicia social. La equidad en el acceso a la información y los servicios de salud es fundamental para garantizar que todos, sin importar su edad o condición, puedan vivir libres del miedo a esta enfermedad. La prevención y la educación son los pilares que sostendrán esta lucha, y cada miembro de la comunidad tiene un papel que desempeñar en la construcción de un futuro más saludable para todos.

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