Líderes de la Celac rechazan políticas migratorias de EE. UU. en cumbre en Honduras

Líderes de la Celac rechazan políticas migratorias de EE. UU. en cumbre en Honduras

La X Cumbre de la Celac en Honduras rechazó las políticas migratorias de EE.UU., abogando por un enfoque humanitario y soluciones estructurales.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 13.04.2025

La X Cumbre de Jefes de Estado y de Gobierno de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), celebrada este miércoles en Tegucigalpa, Honduras, estuvo marcada por un claro y contundente rechazo a las políticas migratorias implementadas por la administración de Estados Unidos, bajo el liderazgo de Donald Trump. Los líderes presentes no escatimaron esfuerzos para expresar su indignación frente a las deportaciones masivas y el encarcelamiento de migrantes, prácticas que consideran inhumanas y perjudiciales para la dignidad de las personas. Durante el encuentro, prácticamente todos los mandatarios latinoamericanos aprovecharon la oportunidad para criticar la actual política migratoria estadounidense. El presidente colombiano, Gustavo Petro, fue uno de los más vehementes al hacer una comparación impactante entre los migrantes deportados y los esclavos africanos que fueron traídos al continente en condiciones deplorables durante la época colonial. Esta analogía no solo enfatizó la gravedad de la situación actual, sino que también puso de relieve la raíz de la migración: la desigualdad geográfica y las crisis climáticas que afectan a los países más pobres. Por su parte, Xiomara Castro, presidenta anfitriona de Honduras, subrayó que muchos jóvenes latinoamericanos, en busca de mejorar sus condiciones de vida, se ven obligados a migrar, solo para ser devueltos a sus países de origen de manera abrupta y sin consideración. Castro instó a todos los países de la Celac a ser un "espacio de paz", sugiriendo que se debe asegurar el respeto a los derechos de los migrantes en su búsqueda de un futuro mejor. El mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel, también se unió al coro de críticas. No solo condenó las deportaciones y las condiciones en las que son encarcelados los migrantes, sino que también destacó la gravedad de que algunos de estos sean enviados a la base naval de Guantánamo, un símbolo de la política de represión que afecta a numerosos ciudadanos latinoamericanos. Luis Arce, presidente de Bolivia, fue más allá al señalar que la "criminalización de la migración" y las políticas de deportación no solo son inhumanas, sino que también ignoran las causas estructurales que impulsan a miles a dejar sus hogares. Arce enfatizó que estas prácticas vulneran derechos fundamentales y deben ser abordadas con urgencia y seriedad. Durante la cumbre, muchos líderes adoptaron un enfoque más humanitario al abordar la situación de los migrantes. Claudia Sheinbaum, presidenta de México, abogó por un enfoque cooperativo que atienda la migración desde una perspectiva humanista, haciendo hincapié en la necesidad de abordar las causas de la migración, como la desigualdad, el desempleo y la violencia en la región. El mandatario guatemalteco, Bernardo Arévalo, concordó con esta visión y destacó que las políticas deben reconocer que la migración es, en gran medida, resultado de la falta de atención a las necesidades fundamentales de la población. Arévalo enfatizó la importancia de abordar la migración con dignidad y respeto hacia los derechos humanos de los migrantes. Luiz Inácio Lula da Silva, presidente de Brasil, también expresó su preocupación por la criminalización de los migrantes. Resaltó que en un mundo sin reglas acordadas, la libertad de autodeterminación es uno de los más grandes perdedores, y que la imposición de aranceles arbitrarios está desestabilizando la economía internacional, lo que a su vez afecta la movilidad de las personas a nivel global. A medida que la cumbre avanzaba, el tema de la migración se convirtió en el hilo conductor de las intervenciones de los líderes, quienes coincidieron en que es imperativo encontrar soluciones a largo plazo que aborden las causas raíz del fenómeno migratorio, en lugar de aplicar políticas represivas que solo agravan la situación. En última instancia, la IX Cumbre de la Celac en Honduras no solo sirvió como un espacio para la crítica a la política migratoria estadounidense, sino también como un llamado a la unidad y la acción concertada entre los países de la región. Los líderes latinoamericanos están cada vez más conscientes de que el futuro de sus pueblos depende de su capacidad para cooperar y buscar soluciones justas y humanas en un contexto tan complejo como el de la migración.

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