Perú retrocede en equidad de género laboral: una realidad que exige acción urgente

Perú retrocede en equidad de género laboral: una realidad que exige acción urgente

El Perú retrocede en equidad de género laboral, con una brecha salarial del 24.5%. Se requieren políticas urgentes para mejorar esta situación.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 10.03.2025
El análisis del estado actual de la equidad de género en el mercado laboral peruano revela una realidad preocupante que aún no ha sido abordada de manera efectiva. Según el último informe del Foro Económico Mundial, el Perú ha descendido en su posición en el Índice Global de Brecha de Género, cayendo del puesto 33 al 40 entre 146 países. Esta disminución no solo es un indicador de retroceso, sino que subraya una brecha persistente y alarmante de 24.5 puntos porcentuales en detrimento de las mujeres en varios aspectos, incluyendo el ámbito económico, educativo y político. Uno de los aspectos más críticos en esta evaluación es la equidad salarial, donde el país ocupa una posición desalentadora en el puesto 103. Este dato es un claro reflejo de las dificultades que enfrentan las mujeres en el acceso a salarios justos y equitativos. Aunque se han logrado avances en términos de educación, donde las cifras de matrícula y asistencia han mejorado, estas no se han traducido en cambios significativos en el mercado laboral. La brecha salarial ajustada se ha mantenido en torno al 17% en los últimos años, lo que indica que las mujeres siguen enfrentando barreras estructurales que perpetúan la desigualdad. La Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (Sunafil) ha emitido 106 actas de infracción entre 2020 y 2023, evidenciando que muchas empresas aún no cumplen con la normativa de igualdad salarial. Esto pone de manifiesto la urgencia de fortalecer las políticas de equidad de género y mejorar el sistema de fiscalización para reducir la brecha salarial. Además, se requiere que los empleadores informen a sus empleados sobre la política salarial para fomentar un entorno laboral más transparente. Otro aspecto que debe ser atendido es la situación de las trabajadoras en sectores feminizados, como el trabajo doméstico. A pesar de la promulgación de la Ley 31047 en 2020, que busca regular y proteger los derechos de los trabajadores del hogar, la informalidad laboral y el incumplimiento de condiciones salariales siguen siendo un problema grave. En Perú, la realidad es que el 89% de los trabajadores son informales y solo el 3% de las empleadas del hogar están afiliadas a un sistema de pensiones, lo que coloca a estas mujeres en una situación de vulnerabilidad económica. La experiencia de Brasil en la formalización del trabajo doméstico ofrece valiosas lecciones. Con la implementación de sistemas como el programa Super Simples, se logró aumentar la cobertura de seguridad social en este sector, lo que podría replicarse en Perú. La simplificación de procesos a través de herramientas digitales, como el sistema eSocial, podría ser una solución efectiva para abordar la informalidad y mejorar las condiciones laborales de las trabajadoras del hogar. Además, es importante considerar la implementación de políticas de permisos parentales que incentiven la equidad de género en el empleo. En países como Noruega, el diseño de licencias parentales ha incentivado la participación de los hombres en el cuidado infantil, permitiendo a las mujeres reincorporarse al trabajo sin perder oportunidades. Sin embargo, el éxito de políticas similares en Perú dependerá de su estructura y de los incentivos que promuevan la corresponsabilidad en el cuidado. Asimismo, es esencial fomentar modelos de trabajo flexible y remoto que permitan a hombres y mujeres equilibrar sus responsabilidades laborales y familiares. Esto no solo facilitaría la participación femenina en el mercado laboral, sino que también contribuiría al crecimiento profesional de todos los trabajadores. La capacitación y los programas anti-sesgo dentro de las organizaciones son vitales para promover la inclusión de mujeres en posiciones de liderazgo y en sectores predominantemente masculinos. Por último, es crucial resaltar que la equidad de género en el ámbito laboral no es solo responsabilidad del Estado. Una articulación efectiva entre el gobierno, el sector privado y la sociedad civil es necesaria para generar un cambio cultural que valore la contribución de las mujeres en la economía. Reconocer su acceso a oportunidades en igualdad de condiciones debe ser un pilar fundamental para el desarrollo sostenible y la competitividad del país. El camino hacia la equidad de género en el mercado laboral peruano es un desafío que requiere acciones concretas y colaboración entre todos los actores de la sociedad. Solo a través de un enfoque integral que aborde las múltiples dimensiones de la desigualdad se podrá avanzar hacia un futuro más justo y equitativo para todas las mujeres en el Perú.
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