
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




La reciente victoria de Friedrich Merz en las elecciones federales del 23 de febrero ha marcado un punto de inflexión en la política alemana. Con su partido, la Unión Demócrata Cristiana (CDU), obteniendo un 28,5% de los votos, Merz se perfila como el próximo canciller de Alemania, un rol que ha ambicionado durante más de dos décadas. Su regreso a la primera línea política es notable, especialmente después de haber estado apartado del poder durante la era de Angela Merkel, y su ascenso a la Cancillería podría significar un cambio significativo en la dirección del país. Un aspecto destacado de su campaña es su enfoque en la 'realpolitik', un estilo pragmático que se distancia de las posturas más idealistas que han prevalecido en tiempos recientes. Con el telón de fondo de un mundo en constante cambio, marcado por la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y el aumento de tensiones internacionales, Merz ha tomado la iniciativa de fortalecer la defensa alemana y revitalizar la economía. Su propuesta de anular el freno de la deuda para permitir un gasto superior al 1% del PIB en defensa es un reflejo de su compromiso con un enfoque más robusto en asuntos internacionales. El impulso de Merz hacia una mayor inversión en infraestructura y en la industria no solo busca reactivar la economía alemana, sino también recuperar el papel de liderazgo que Alemania ha tenido en la Unión Europea. Esta estrategia se alinea con los esfuerzos recientes de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que también ha defendido un plan de rearme y revitalización económica a nivel continental. A medida que Merz avanza en la formación de su coalición de Gobierno, su habilidad para negociar y construir alianzas será crucial para llevar a cabo su agenda. Su trayectoria política, marcada por su primera elección al Bundestag en 1994 y su posterior salida en 2009, es testimonio de su perseverancia. A pesar de haber pasado años en el sector privado como abogado corporativo y presidente del consejo de supervisión de BlackRock Alemania, Merz nunca se alejó completamente de la política. Su retorno no solo ha revitalizado al CDU, sino que también ha generado un renovado interés en su visión para Alemania. Sin embargo, su estilo directo y, a menudo, beligerante ha suscitado críticas. A pesar de ser acusado de imitar el tono agresivo del partido de extrema derecha Alternativa para Alemania, muchos de sus seguidores valoran su franqueza como una cualidad necesaria en tiempos de incertidumbre. Carsten Linnemann, secretario general del CDU, ha defendido la necesidad de un enfoque pragmático que priorice la efectividad sobre la moralización en un clima político polarizado. Las tensiones en la política alemana han aumentado desde que Olaf Scholz disolvió su coalición de gobierno, creando un vacío que Merz parece estar listo para llenar. Su retórica ha resonado con el electorado que busca un liderazgo más asertivo y una respuesta más decidida a los desafíos que enfrenta Alemania, tanto dentro como fuera de sus fronteras. Sin embargo, sus comentarios controversiales sobre los refugiados y los inmigrantes han llevado a acusaciones de que su estilo puede ser divisivo en lugar de unificador. Pese a las críticas, Merz ha logrado superar las expectativas. Muchos habían pronosticado que su pasado empresarial y su estilo directo podrían ser un obstáculo en una Alemania que tradicionalmente no ha favorecido a los magnates en el poder. Sin embargo, su victoria demuestra que hay un deseo de cambio y una búsqueda de un liderazgo más enérgico y decidido. Los analistas políticos son escépticos, pero también reconocen la singularidad de la situación actual. "Es un luchador", señala el politólogo Wolfgang Schröder, aludiendo a la determinación de Merz de alcanzar la Cancillería. Este deseo, posiblemente alimentado por años de aspiraciones frustradas, podría ser un impulso poderoso en su nuevo papel. La era de Merz como canciller, si se confirma, seguramente estará marcada por un enfoque renovado en la política internacional, una economía revitalizada y un intento de reintegrar a Alemania en un papel de liderazgo en Europa. La historia ha mostrado que los cambios en la política a menudo suceden en momentos de crisis, y con los desafíos que enfrenta el continente, la elección de Merz podría ser el catalizador que Alemania, y Europa, necesitan para avanzar.