Nueva norma de USCIS genera alarma y debate sobre derechos de inmigrantes indocumentados

Nueva norma de USCIS genera alarma y debate sobre derechos de inmigrantes indocumentados

USCIS implementará un registro obligatorio para indocumentados a partir de febrero de 2025, generando temor y debate social en EE.UU.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 27.02.2025
La reciente confirmación del Servicio de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (USCIS) sobre la implementación de una nueva norma obligatoria para los inmigrantes indocumentados ha generado un intenso debate en la sociedad estadounidense. Esta medida, que exige a los indocumentados registrarse formalmente ante las autoridades migratorias, ha suscitado preocupaciones significativas sobre sus implicaciones legales y humanitarias. Los inmigrantes que no cumplan con esta nueva normativa, que entra en vigor el 25 de febrero de 2025, podrían enfrentarse a cargos criminales, detenciones y, en última instancia, a la deportación. La problemática de la inmigración ha estado en el centro del debate político desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, tanto en su primer mandato como en el nuevo que comenzó en 2025. Su administración ha adoptado un enfoque cada vez más estricto hacia los inmigrantes, con un objetivo claro de frenar la llegada de indocumentados y sancionar a aquellos que ya se encuentran en el país. La reciente norma, que exige el registro, se enmarca dentro de esta agenda política, evidenciando el compromiso de la administración con políticas antiinmigrantes. Este nuevo “Requisito de Registro de Extranjeros” no es completamente novedoso, ya que se basa en una ley de 1940 que establecía por primera vez un sistema de registro para no ciudadanos en el país. Sin embargo, a lo largo de los años, este proceso se ha adaptado y ha dejado fuera a numerosos grupos de inmigrantes, lo que ha llevado a que muchos indocumentados queden desprotegidos hasta la fecha. La administración actual ha decidido reactivar esta normativa, lo que ha generado críticas tanto en el ámbito político como en el social. La orden ejecutiva de Trump, que forma parte de su política de "Protección del Pueblo Estadounidense contra la Invasión", establece que el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), el Departamento de Justicia y el Departamento de Estado deben colaborar para asegurar el cumplimiento de este registro obligatorio. Este enfoque ha sido denunciado por muchos como un intento de implementar medidas de control y vigilancia sobre la comunidad inmigrante, evocando recuerdos de políticas de discriminación histórica en el país. Para los inmigrantes indocumentados que ya residen en Estados Unidos, la nueva norma representa un desafío considerable. Muchos de ellos han vivido en el país durante años, formando lazos en sus comunidades y contribuyendo a la economía local, pero ahora se enfrentan a la posibilidad de ser sancionados severamente si no se registran. La presión legal que enfrentan podría llevar a una mayor incertidumbre y desesperación entre aquellos que ya se encuentran en situaciones vulnerables. La falta de claridad sobre el proceso de registro también ha generado preocupación. Muchos inmigrantes indocumentados pueden no tener la información necesaria para cumplir con la norma, lo que podría llevar a un amplio incumplimiento involuntario y, por ende, a consecuencias severas. Esta situación no solo afecta a los inmigrantes, sino también a las comunidades que dependen de su labor y contribución. Además, esta medida puede profundizar el miedo y la desconfianza dentro de la comunidad inmigrante, ya que el registro podría ser percibido como una herramienta de control y persecución. El temor a ser detectados y deportados puede resultar en que muchos opten por mantenerse en las sombras, lo que complica aún más su integración y acceso a servicios esenciales, como la atención médica y la educación. Las organizaciones defensoras de los derechos de los inmigrantes han manifestado su preocupación ante esta nueva normativa, argumentando que la medida no solo es injusta, sino que está diseñada para crear un clima de miedo. A medida que se intensifican las políticas de mano dura, es cada vez más crítico que la comunidad internacional y los defensores de los derechos humanos estén atentos a las posibles violaciones que puedan surgir de esta situación. A medida que el 25 de febrero se acerca, se espera que las comunidades afectadas busquen asesoramiento legal y recursos para entender sus derechos y cómo navegar el nuevo sistema. La urgencia por encontrar soluciones se hace cada vez más evidente, y muchos temen que la falta de acción pueda llevar a un aumento en las detenciones y deportaciones. En conclusión, la nueva norma impuesta por USCIS es un reflejo de las políticas migratorias actuales en Estados Unidos, marcadas por un enfoque punitivo que busca regular la presencia de inmigrantes indocumentados mediante medidas severas. La incertidumbre y el temor que esta nueva normativa genera son preocupantes, y es fundamental que se brinde apoyo a aquellos que se ven afectados para garantizar que sus derechos sean respetados en un contexto cada vez más hostil.
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