Alemania se prepara para elecciones decisivas en medio de crisis social y económica

Alemania se prepara para elecciones decisivas en medio de crisis social y económica

Las elecciones alemanas del 23 de febrero de 2025 representan un crucial punto de inflexión entre el SPD y el CDU/CSU en medio de tensiones sociales.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 21.02.2025
En el contexto político alemán, las elecciones del 23 de febrero de 2025 se perfilan como un punto de inflexión crucial. Los principales contendientes, el canciller Olaf Scholz del Partido Socialdemócrata (SPD) y Friedrich Merz del partido conservador CDU/CSU, se encuentran inmersos en una intensa disputa por el poder en un país que ha experimentado tensiones económicas y sociales en los últimos años. A medida que la recesión se ha afianzado y el descontento social se ha incrementado, Scholz se enfrenta a la difícil tarea de mantener su puesto ante un rival que ha prometido un giro radical hacia la derecha. Scholz, a lo largo de su carrera política, ha cultivado una imagen de moderación y estabilidad, cualidades que le han permitido ganar el favor de una Alemania tradicionalmente reacia a los cambios drásticos. Sin embargo, en esta última fase de su mandato, su estilo mesurado se enfrenta a un paisaje electoral donde el electorado parece demandar respuestas más contundentes y efectivas. Los sondeos apuntan a que Scholz podría perder frente a Merz, un político que ha sabido capitalizar la incertidumbre reinante, posicionándose como un líder que promete devolver a Alemania a tiempos de mayor certidumbre y orden. El contraste entre ambos candidatos es notable. Mientras Scholz es conocido por su enfoque metódico y su rechazo a la retórica pomposa, Merz se presenta como un orador carismático y asertivo, dispuesto a tomar decisiones audaces para abordar la crisis actual. Este último, exabogado de inversiones y con una fuerte trayectoria empresarial, ha prometido políticas más estrictas en materia de inmigración y una revalorización del papel de Alemania en el contexto internacional, lo cual apela a una franja del electorado que busca una respuesta contundente a los desafíos contemporáneos. La guerra en Ucrania y su impacto en la economía alemana han marcado el mandato de Scholz, quien, pese a su apoyo decidido a Ucrania, ha sido criticado por no lograr mitigar el aumento de los precios de la energía y otros problemas económicos. Esto ha alimentado el descontento en su coalición con Los Verdes y el FDP, que se ha visto debilitada, lo que ha puesto en jaque su liderazgo en un momento en que la cohesión es vital. En su defensa, Scholz ha argumentado que la experiencia y la prudencia son esenciales, especialmente en tiempos de crisis, aunque sus palabras no han logrado convencer a un electorado que se siente cada vez más frustrado. Por su parte, Merz ha adoptado tácticas más agresivas en su campaña, arremetiendo contra Scholz y su administración. En un reciente discurso, comparó a los socialdemócratas con directivos de una empresa en quiebra, sugiriendo que es hora de un cambio radical. Esta retórica ha resonado en un electorado cansado de promesas incumplidas y que busca un liderazgo más decidido. Sin embargo, Merz también debe navegar cuidadosamente su propuesta de acercamiento a la formación ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD), lo que podría poner en riesgo su imagen moderada. A medida que la fecha de las elecciones se acerca, el clima político se vuelve más tenso. Scholz ha pasado a la ofensiva, tratando de deslegitimar a Merz y cuestionando su capacidad para manejar el ascenso de la ultraderecha. Además, sus esfuerzos por diferenciarse de Merz se centran en mantener un "cordón sanitario" en torno a la AfD, algo que muchos consideran crucial para la estabilidad política del país. Por otra parte, la visión de Merz de cerrar fronteras y adoptar una postura de "tolerancia cero" en temas de orden público, junto a su desdén por las políticas "woke", ha encontrado eco en un sector de la población que se siente desprotegido ante la crisis migratoria y social. El desenlace de esta contienda no solo determinará quién liderará Alemania en los próximos años, sino que también sentará las bases de cómo el país enfrentará desafíos históricos como el cambio climático, la economía digital y el auge del populismo. Con el cambio climático y otros temas sociales como grandes ausentes en la campaña, el escenario actual pone de relieve la necesidad de que ambos candidatos aborden estos asuntos críticos de manera más contundente. El futuro de Alemania está en juego, y la elección del próximo canciller será determinante para el rumbo del país. Con un electorado dividido y ansioso por respuestas, tanto Scholz como Merz enfrentarán el desafío de conectar con una población que busca liderazgo y dirección en tiempos inciertos. Las próximas semanas serán cruciales, no solo para sus respectivas campañas, sino también para el futuro de la democracia y la estabilidad en Alemania. Las decisiones que se tomen ahora podrían reconfigurar el paisaje político alemán durante años, lo que añade un nivel de urgencia y atención a un proceso electoral que promete ser uno de los más disputados de la historia reciente del país.
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