
Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.




La administración del presidente Donald Trump ha optado por una estrategia arancelaria que ha generado tanto expectativas como incertidumbre. Desde que asumió su segundo mandato, Trump ha utilizado los aranceles como una herramienta de negociación en un intento de influir sobre sus socios comerciales, como México y Canadá, en cuestiones que van desde la migración hasta el tráfico de drogas. Sin embargo, el impacto de esta política a largo plazo se mantiene como un interrogante, y muchos expertos se cuestionan si esta táctica está condenada al fracaso. El presidente había amenazado con imponer un arancel del 25% a México y Canadá, una medida que se justificó como respuesta al flujo de fentanilo y la migración ilegal. Aunque la fecha de implementación de estas tarifas se ha retrasado, las negociaciones con los líderes de ambos países han llevado a la obtención de concesiones, como el envío de 10,000 elementos de la Guardia Nacional de México a la frontera. Sin embargo, analistas como Thomas Pepinsky de la Universidad de Cornell advierten que estas promesas podrían ser más simbólicas que efectivas, ya que muchas de ellas ya estaban en marcha. El impacto de esta política no se limita a los acuerdos alcanzados, sino que también ha comenzado a generar disrupciones en los mercados antes de que las tarifas sean efectivas. Un informe del Instituto Internacional de Finanzas (IIF) señala que la mera amenaza de aranceles ha creado una volatilidad que afecta la confianza de los inversores y complica la planificación empresarial. La incertidumbre en la política comercial podría forzar a las empresas a modificar sus estrategias de inversión y cadena de suministro. Además, la posibilidad de que se apliquen estos aranceles podría tener repercusiones significativas en la economía estadounidense. El IIF estima que, de implementarse, estos gravámenes podrían incrementar la inflación en hasta 0.4 puntos porcentuales, costando a los hogares estadounidenses entre 1,000 y 1,200 dólares anuales en poder adquisitivo. Este escenario plantea la pregunta de si las ventajas a corto plazo en las negociaciones se traducirán en un costo a largo plazo para los ciudadanos. En cuanto a China, la administración Trump ya ha aplicado un arancel adicional del 10% que ha desencadenado una respuesta similar por parte del gobierno chino. Las relaciones entre ambos países siguen siendo tensas, y existe una conversación pendiente entre Trump y el presidente Xi Jinping que podría definir el futuro del comercio entre las dos naciones. La falta de resolución en este frente también añade otra capa de incertidumbre a la economía global. Por otro lado, la estrategia arancelaria de Trump ha sido criticada por su falta de fundamento racional. Muchos expertos sostienen que las promesas incumplidas y el retroceso en las amenazas arancelarias debilitan la posición negociadora del presidente. Cada vez que Trump se retracta, como ha sucedido en varias ocasiones, envía un mensaje de debilidad a los líderes extranjeros, quienes han comenzado a no tomar en serio sus advertencias. La situación no se limita a América del Norte. Trump ha expresado su intención de expandir los aranceles a otros mercados, incluyendo la Unión Europea, que considera que trata a Estados Unidos de manera injusta. Esta postura agresiva y expansiva en política comercial ha llevado a algunos analistas a concluir que la estrategia de Trump podría estar agotando la influencia que históricamente ha tenido Estados Unidos sobre sus socios. Además, el creciente déficit comercial del país es otro indicador de la complejidad de la situación. En 2024, el déficit alcanzó los 918,400 millones de dólares, lo que representa un aumento del 17% en comparación con el año anterior. Este data sugiere que, a pesar de los esfuerzos de Trump, las exportaciones e importaciones continúan creciendo y complican aún más la narrativa de éxito alrededor de su política arancelaria. Con respecto a la administración actual, hay quienes argumentan que Trump ha cedido un nivel de poder político sin precedentes a figuras como Elon Musk. Este cambio en la dinámica de poder puede estar afectando la capacidad del presidente para controlar la narrativa pública y el proceso político, lo que podría tener consecuencias aún mayores en su capacidad para negociar con otros países. La administración Trump también ha mostrado signos de que no limitará sus aranceles a solo México, Canadá y China. Recientemente, se ha discutido la posibilidad de un "arancel universal" a las importaciones estadounidenses, una medida que podría abrir un nuevo frente en la guerra comercial y añadir más incertidumbre a la economía global. En un contexto de desafíos económicos y tensiones comerciales, queda por ver si la estrategia arancelaria de Trump podrá sostenerse o si se verá obligada a revaluarse en el futuro cercano.