La lucha por la ciudadanía de hijos de indocumentados en EE.UU. se intensifica

La lucha por la ciudadanía de hijos de indocumentados en EE.UU. se intensifica

La agenda migratoria de Trump revive el debate sobre ciudadanía en EE.UU., afectando a hijos de indocumentados y generando temor de apatridia.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 02.02.2025

La reciente agenda migratoria de la administración Trump ha reavivado un debate candente sobre la ciudadanía en Estados Unidos, especialmente en lo que respecta a los hijos de inmigrantes indocumentados. Desde el inicio de su mandato, el presidente ha enfatizado la necesidad de revisar y, en algunos casos, limitar las políticas que garantizan la ciudadanía por derecho de nacimiento. Esta situación ha elevado la angustia entre los padres indocumentados, quienes temen que sus hijos se conviertan en apátridas, es decir, ciudadanos sin patria. La propuesta de Trump, que busca reinterpretar la Decimocuarta Enmienda de la Constitución, ha generado un tumulto no solo en las comunidades inmigrantes, sino también en los círculos legales y políticos. La citada enmienda, ratificada en 1868, establece claramente que "toda persona nacida o naturalizada en los Estados Unidos, y sujeta a su jurisdicción, es ciudadana de los Estados Unidos". Sin embargo, la administración ha argumentado que esta cláusula debe ser revisada para incluir solo a aquellos nacidos de padres que sean ciudadanos o residentes permanentes, dejando en una situación precaria a los hijos de inmigrantes indocumentados. El temor de los padres es palpable. Leidy Pérez, abogada y directora de políticas en un proyecto de defensa de solicitantes de asilo, explica que la negación de la ciudadanía podría dejar a los niños en un limbo legal. “Si un bebé nace en EE.UU. pero sus padres son indocumentados y no hay un consulado de su país de origen, ese niño no tendrá la posibilidad de obtener un pasaporte para salir del país”, comenta Pérez, lo que podría dar lugar a situaciones extremas en las que el niño no tenga acceso a ninguna nacionalidad. Además de la crisis de identidad que podría resultar de ser apátrida, los efectos prácticos en la vida cotidiana de estos niños también son alarmantes. Sin la ciudadanía, no tendrían acceso a beneficios fundamentales como la atención médica y la educación pública. Podrían verse excluidos de oportunidades vitales, como acceder a una beca universitaria o enlistarse en las fuerzas armadas, limitando sus perspectivas de futuro y desarrollo personal. El impacto no solo afectaría a los individuos, sino que también podría tener repercusiones en la estructura familiar. Las decisiones difíciles que tendrían que tomar los padres, como abandonar el país para buscar asilo o permanecer en una situación de incertidumbre, son cuestiones que reflejan la angustia emocional y el estrés que enfrentan las familias inmigrantes. La discusión sobre la ciudadanía y el estatus de estos niños toca varios aspectos de la política migratoria de EE.UU. Al buscar cambiar la interpretación de la ley, la administración Trump se enfrenta a desafíos legales, ya que muchos defensores de derechos civiles argumentan que tal movimiento es inconstitucional y va en contra de los principios fundacionales del país. La lucha por los derechos de los inmigrantes ha sido una constante en la historia de EE.UU., y esta nueva propuesta podría llevar a un retroceso en las conquistas logradas a lo largo de los años. Los niños nacidos en Estados Unidos bajo estas circunstancias no solo serían privados de su derecho a la ciudadanía, sino que también podrían ser vistos como un grupo vulnerable, creciendo en una nación que les niega los derechos que sus pares ciudadanos disfrutan. La cuestión de la identidad se vuelve crítica, pues la falta de un estatus claro podría afectar su sentido de pertenencia. En el contexto de un país dividido sobre el tema de la inmigración, es esencial que las voces de las comunidades afectadas sean escuchadas. Los padres de estos niños han levantado sus voces, expresando su temor a que sus hijos queden atrapados en un sistema que los margina. En este ambiente socio-político complejo, la pregunta que queda es: ¿cómo se garantizarán los derechos de estas futuras generaciones, que ya enfrentan el estigma y la exclusión desde el momento de su nacimiento? Con el futuro de millones de niños en juego, la sociedad estadounidense debe reflexionar sobre el valor de la inclusión y la justicia. La historia de este país ha estado marcada por la inmigración y la diversidad, y ahora más que nunca, es crucial luchar por una interpretación de la ley que asegure que todos los niños, sin importar el estatus de sus padres, tengan un lugar en la sociedad que los vio nacer. La ciudadanía no debería ser un privilegio, sino un derecho inherente a todos los que nacen en territorio estadounidense.

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