Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La sostenibilidad ha dejado de ser un concepto abstracto para convertirse en una realidad palpable en el mundo empresarial, especialmente en el ámbito de las pequeñas y medianas empresas (pymes) en España. Constituyendo el 99% del tejido empresarial del país, las pymes tienen un papel crucial en la adopción de prácticas sostenibles que no solo benefician su crecimiento, sino que también contribuyen al bienestar del entorno y al desarrollo socioeconómico de sus comunidades. En este contexto, la responsabilidad social corporativa (RSC) se ha integrado de manera cada vez más firme en la estrategia de las empresas, destacándose como un elemento clave en su desarrollo. Un reciente informe presentado por la Cámara de Comercio de España revela que el 40% de las pymes ya ha comenzado a implementar criterios de sostenibilidad ASG (Ambiental, Social y de Gobernanza) en su gestión. Este dato representa un avance significativo en comparación con años anteriores, donde las acciones en pro de la sostenibilidad eran menos comunes. La madurez media de estas empresas en materia de sostenibilidad se ha establecido en 2,52 puntos sobre 4, lo que indica un compromiso creciente con las prácticas responsables. La adopción de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y el Acuerdo de París han establecido un marco claro que impulsa a las empresas a actuar. En este sentido, el 87,8% de las pymes españolas están llevando a cabo acciones concretas de desarrollo sostenible, un notable incremento respecto al 54% registrado en 2018. Esta transformación no solo se basa en una necesidad ética, sino también en un imperativo económico, ya que el 84% de las pymes considera que la sostenibilidad puede ofrecer ventajas competitivas en el mercado actual. Sin embargo, a pesar de estos avances, muchas pymes enfrentan desafíos significativos en su camino hacia la sostenibilidad. Las empresas más pequeñas, en particular, a menudo carecen de los recursos y herramientas necesarias para medir su desempeño en materia de sostenibilidad. La falta de indicadores clave de rendimiento (KPIs) puede dificultar la evaluación de sus esfuerzos y, por ende, limitar su acceso a financiamiento sostenible, un aspecto vital en la actualidad. Para enfrentar estos desafíos, las finanzas sostenibles emergen como una alternativa atractiva. Con condiciones de financiación más favorables que las tradicionales, estas opciones permiten a las pymes acceder a créditos y programas de ayudas destinadas a proyectos ambientales. Datos del Observatorio Español de la Financiación Sostenible (Ofiso) indican que en 2023 los préstamos sostenibles crecieron un 11%, lo que subraya la tendencia positiva en este ámbito. El Plan de Acción de Finanzas Sostenibles de la UE y el Mecanismo de Recuperación y Resiliencia (MRR) son iniciativas clave que canalizan fondos hacia las pymes. En este contexto, se prevé que se destinen más de 84.000 millones de euros a pymes y autónomos hasta 2026, facilitando así la transformación hacia modelos productivos más sostenibles. Estos fondos se canalizarán a través de instituciones como el ICO y el Fondo Europeo de Inversiones, asegurando que las empresas tengan acceso a los recursos necesarios para llevar a cabo sus proyectos. La colaboración entre el sector financiero y las instituciones públicas es vital para el éxito de estas iniciativas. Sonia Quibus, directora general de Banco Sabadell, enfatiza la necesidad de integrar la sostenibilidad en el ADN de las empresas. Este enfoque no solo promueve la responsabilidad social, sino que también mejora la competitividad empresarial en un mercado cada vez más exigente y consciente de la importancia de la sostenibilidad. El papel de las entidades financieras no debe subestimarse en este proceso de transformación. Estas instituciones son fundamentales para acelerar la adopción de prácticas sostenibles en las pymes, proporcionando acceso a financiación y asesoramiento específico que facilite la implementación de estrategias responsables. En 2024, más de la mitad de la financiación de medio y largo plazo se destinará a proyectos sostenibles, lo que subraya un cambio de paradigma en la forma en que se percibe la financiación empresarial. En conclusión, la sostenibilidad se presenta tanto como una obligación moral como una ventaja competitiva para las pymes en España. A medida que estas empresas continúan integrando criterios de sostenibilidad en su gestión, se perfilan como actores clave en la lucha por un futuro más sostenible. Con el apoyo adecuado en términos de financiación y recursos, las pymes no solo podrán cumplir con las regulaciones medioambientales, sino que también contribuirán al desarrollo de un entorno empresarial más responsable y resiliente.