Desafíos y oportunidades de la política tributaria en el Perú ante el cambio tecnológico

Desafíos y oportunidades de la política tributaria en el Perú ante el cambio tecnológico

Perú enfrenta retos en su política tributaria ante la informalidad y el cambio tecnológico, requiriendo adaptaciones para un futuro sostenible.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política HACE 16 HORAS

En un mundo en constante evolución, la intersección entre el cambio tecnológico y la política tributaria se vuelve más crítica que nunca. El Perú, con su baja presión tributaria en comparación con el resto de América Latina, enfrenta un desafío significativo: la necesidad de financiar bienes y servicios públicos en un contexto de creciente informalidad y deterioro de la seguridad ciudadana. Esta situación no solo afecta la capacidad del Estado para recaudar ingresos, sino que también pone en riesgo el bienestar de la población que depende de estos servicios. La informalidad es un fenómeno arraigado en la economía peruana, creando un "forado fiscal" que se agrava en tiempos de incertidumbre política. En este escenario, la ampliación de la base tributaria es fundamental, pero debe ser acompañada de un enfoque que simplifique la vida del contribuyente. Los reclamos del sector empresarial, aunque diversos en su fundamento, indican la necesidad de un diálogo constructivo entre el Estado y el sector privado para encontrar soluciones viables. Sin embargo, el contexto actual nos invita a mirar más allá de las soluciones inmediatas. La rapidez del cambio tecnológico, impulsado por innovaciones como la inteligencia artificial, plantea retos que requieren una reflexión profunda sobre el futuro de la política tributaria. La automatización de tareas repetitivas podría generar una transición compleja en el mercado laboral, donde muchos puestos de trabajo podrían desaparecer, mientras que otros nuevos surgirán. Este reacomodo laboral implicará un forado temporal en los ingresos fiscales, lo que demanda una planificación anticipada y una política tributaria adaptativa. Una solución simplista podría ser gravar la inteligencia artificial y sus herramientas, pero tal decisión sería contraproducente. Las tecnologías emergentes son motores de productividad que, al ser incentivados, pueden generar mayores ingresos fiscales a largo plazo. Un enfoque más inteligente sería promover el uso de estas herramientas, permitiendo que el crecimiento económico compense la caída en la recaudación a corto plazo. La intervención estatal será clave para garantizar la empleabilidad y mitigar los efectos de estas transformaciones en el mercado laboral. El caso de los servicios digitales es otro claro ejemplo de la necesidad de una política tributaria flexible. La reciente controversia en torno a los impuestos sobre plataformas de entretenimiento demostró la tensión entre la necesidad de recaudar y el impacto en los consumidores. En este contexto, es fundamental encontrar un equilibrio que permita gravar adecuadamente a sectores como las apuestas digitales, que están en auge pero carecen de una regulación tributaria adecuada. Además, el sector del alojamiento temporal presenta desafíos similares, donde las plataformas que operan en este ámbito deben ser sujetas a impuestos que aseguren una competencia justa con hoteles que cumplen con sus obligaciones fiscales. La discusión sobre cómo regular adecuadamente estas nuevas formas de comercio es esencial para garantizar que el crecimiento del turismo beneficie a todos los actores involucrados. Asimismo, el avance hacia vehículos eléctricos y la reducción de la recaudación del Impuesto Selectivo al Consumo (ISC) sobre combustibles plantea un escenario donde las externalidades positivas de la sostenibilidad deben ser reconocidas. Promover el uso de vehículos eléctricos puede justificar la creación de subsidios que fomenten su adopción, al tiempo que se ajustan las políticas tributarias para evitar la caída abrupta de ingresos fiscales. La necesidad de establecer un marco fiscal que contemple estas realidades emergentes es inminente. Es crucial que el debate se abra desde ahora, anticipándose a los cambios que se avecinan. Aquellos Estados que logren adaptarse con rapidez a los nuevos paradigmas tecnológicos estarán en mejor posición para atender las necesidades de sus poblaciones y garantizar un desarrollo sostenible. En conclusión, el futuro de la política tributaria en el Perú requiere una visión proactiva que considere el impacto del cambio tecnológico. A medida que el mundo avanza, los desafíos se multiplican y la capacidad del Estado para recaudar recursos debe adaptarse a la nueva realidad. La reflexión y el diálogo son fundamentales para construir un sistema tributario que no solo responda a las demandas actuales, sino que también se prepare para los retos venideros. La clave está en actuar con anticipación y flexibilidad, garantizando que los cambios tecnológicos se conviertan en oportunidades de crecimiento y desarrollo para el país.

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