Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El debate sobre la migración en Estados Unidos ha cobrado un nuevo impulso con la posibilidad de la reinstauración del programa "Quédate en México", un proyecto que, bajo la administración de Donald Trump, se convirtió en uno de los pilares de su política migratoria. Este programa, que obligaba a los solicitantes de asilo a esperar en México mientras sus peticiones eran procesadas, ha sido objeto de críticas por su impacto humanitario, una situación que se vislumbra como un nuevo desafío en el contexto migratorio actual. Implementado inicialmente en 2019, "Quédate en México" afectó a más de 71 mil migrantes, quienes se vieron obligados a permanecer en zonas fronterizas del país vecino, muchas veces en condiciones precarias y peligrosas. Organizaciones de derechos humanos han denunciado que esta política expone a los migrantes a la violencia y a la falta de acceso a servicios básicos, lo que ha generado una considerable preocupación por la seguridad y bienestar de estas personas. La reciente postura de Kristi Noem, gobernadora de Dakota del Sur y futura secretaria del Departamento de Seguridad Nacional, ha avivado el debate. Noem ha manifestado su respaldo a la restauración del Protocolo de Protección a Migrantes, sugiriendo que este será un componente esencial de la estrategia de Trump para abordar la migración irregular. Esta declaración resuena con el enfoque que ha caracterizado la administración Trump, centrado en medidas estrictas para contener el flujo migratorio. Desde el lado mexicano, la respuesta ha sido clara y contundente. Juan Ramón de la Fuente, canciller de México, ha subrayado que el MPP es una decisión unilateral de Estados Unidos y que el país no comparte esta política. A pesar de reconocer el derecho de Estados Unidos a llevar a cabo este tipo de medidas, el canciller ha enfatizado la necesidad de buscar alternativas que mitiguen el impacto sobre los migrantes y el territorio mexicano. Esto podría abrir la puerta a negociaciones entre ambos gobiernos, aunque el futuro es incierto y complejo. La presidenta de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha entrado también en el debate, afirmando que su administración no aceptará la reinstauración del programa. En lugar de ello, ha propuesto abrir canales de comunicación con el equipo de Trump, buscando alternativas que no coloquen a los migrantes en situaciones vulnerables. Uno de los pilares de su estrategia es la aplicación CBP One, que permite a los migrantes gestionar sus solicitudes de asilo sin tener que esperar en la frontera, una herramienta que podría verse amenazada con el regreso del MPP. La posibilidad de que "Quédate en México" vuelva a implementarse despierta inquietudes sobre las condiciones que enfrentarían los migrantes en el lado mexicano de la frontera. Muchos de ellos enfrentan desafíos significativos para acceder a recursos, atención médica y, en general, a una vida digna mientras sus solicitudes son procesadas. La inseguridad en las áreas fronterizas, especialmente en estados como Tamaulipas, sigue siendo una preocupación candente que podría complicar aún más la situación. La experiencia previa con el programa dejó una huella profunda, y las organizaciones de derechos humanos continúan alertando sobre los riesgos que conlleva obligar a los migrantes a permanecer en un entorno hostil. La reinstauración del MPP no solo representa una cuestión de política interna de Estados Unidos, sino que tiene repercusiones profundas en el tejido social y humanitario de la región. A medida que el tiempo avanza, la comunidad internacional observa con atención cómo se desarrollan estas dinámicas entre Estados Unidos y México. La gestión de la migración no es solo una cuestión de política; es un tema que afecta vidas humanas y que requiere un enfoque compasivo y humanitario. Las voces de los migrantes, que a menudo quedan silenciadas en el proceso, deben ser escuchadas para encontrar soluciones efectivas y justas. El futuro de "Quédate en México" y su posible reinstauración seguirá siendo un tema candente en las discusiones sobre migración en los próximos meses. Con las nuevas administraciones en juego, es crucial que ambos países encuentren un camino que respete los derechos humanos y garantice la seguridad y dignidad de quienes buscan asilo. La historia reciente nos recuerda que la política migratoria debe ser un reflejo de valores humanitarios y no solo de medidas restrictivas.