Crecen las dudas sobre Carlos Guillén y su vínculo con la presidenta Boluarte

Crecen las dudas sobre Carlos Guillén y su vínculo con la presidenta Boluarte

La investigación sobre Carlos Guillén se intensifica por su supuesta conexión con la presidenta Boluarte y denuncias de corrupción en Qali Warma.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política HACE 14 HORAS

La situación en torno a Carlos Guillén Anchayhua se ha intensificado a medida que el Ministerio Público ha solicitado información adicional sobre su supuesta conexión con la presidenta Dina Boluarte y su entorno, en el marco de las investigaciones por las denuncias de corrupción en el programa Qali Warma. Guillén, quien es acusado de ser un emisario del Gobierno para presionar a Noemí Alvarado, la mujer que ha denunciado irregularidades en dicho programa, ha hecho declaraciones que revelan una red de relaciones políticas y personales que podrían complicar aún más su situación. Guillén, un comunicador de 56 años, ha reconocido una amistad con Nicanor Boluarte, hermano de la presidenta, desde la segunda vuelta de la campaña electoral. En una entrevista con Cuarto Poder, Guillén afirmó que su cercanía con Nicanor fue facilitada por el ex viceministro de Desarrollo e Inclusión Social, William Contreras. Esta conexión ha sido vista con escepticismo, dado el contexto de las acusaciones de corrupción y la necesidad de transparencia en el Gobierno actual. Las pruebas presentadas por un programa periodístico muestran a Guillén ingresando a la casa de Nicanor Boluarte durante su cumpleaños, acompañado de Adolfo Ramírez, primo de la presidenta. Esta imagen ha alimentado las especulaciones sobre su cercanía con el círculo presidencial, aunque Guillén sostiene que su amistad con la presidenta es superficial. "La conozco, pero no tengo una amistad", declaró, a pesar de haber sido visto en varias ocasiones en su compañía. El escenario se complica aún más con las acusaciones de Alvarado, quien ha presentado audios a la Fiscalía que supuestamente evidencian intentos de presión por parte de Guillén. A pesar de estas acusaciones, el comunicador ha negado cualquier intento de influir en Alvarado, afirmando que no podría ofrecerle una reunión con el ministro Julio Demartini, dado su estatus y la dificultad de acceder a tales encuentros. Sin embargo, se ha revelado que Guillén sí tuvo una reunión con Demartini en enero, aunque sostiene que no se discutieron temas relacionados con las denuncias de Alvarado. Guillén también ha manifestado su descontento con la actitud de Alvarado, a quien consideraba una amiga. En un intento de defender su honor, ha instado a Alvarado a retractarse de sus acusaciones. "Yo la llamé a la señora Noemí y en la llamada me invita para yo ir a su casa en esa reunión estuvimos conversamos", explicó Guillén, sugiriendo que su visita estaba relacionada con temas personales más que políticos. El hecho de que Guillén visite a Alvarado, quien está en el centro de la tormenta mediática y judicial, podría ser interpretado como un intento de acercamiento que, a su vez, podría dificultar su defensa. Las contradicciones en sus declaraciones han suscitado dudas sobre su credibilidad y su verdadera relación con el Gobierno. Los vínculos de Guillén con figuras del Gobierno y su presencia en eventos cercanos a la presidenta han llevado a muchos a cuestionar la naturaleza de su actividad. A medida que el Ministerio Público profundiza en la investigación, la presión aumenta sobre él para que proporcione una narrativa coherente y veraz sobre sus interacciones con las figuras del poder. En un contexto en el que la corrupción ha sido un tema recurrente en la política peruana, la situación de Guillén podría ser un indicativo de las luchas internas dentro del Gobierno y de la necesidad de una mayor transparencia. Las acusaciones de Alvarado y la respuesta de Guillén podrían ser solo la punta del iceberg en un entramado de relaciones que merece un escrutinio más profundo. El futuro de Carlos Guillén Anchayhua no solo depende de sus declaraciones, sino también de la capacidad de la Fiscalía para establecer un vínculo claro entre sus acciones y las acusaciones de corrupción que pesan sobre él. Mientras tanto, la opinión pública observa atentamente, esperando una resolución que podría tener amplias repercusiones en el panorama político actual. A medida que avanza la investigación, la pregunta permanece: ¿qué tan lejos llega la red de complicidades en el Gobierno y quiénes serán los verdaderos responsables de las irregularidades denunciadas en programas tan sensibles como Qali Warma? La respuesta a esta interrogante podría definir el futuro político de varios involucrados, incluyendo al propio Guillén.

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