Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
Ken Howery, un inversor tecnológico que ha preferido la discreción a la fanfarria pública, ha sido seleccionado por el presidente electo Donald Trump como su embajador en Dinamarca. La designación llega en un momento en que Trump ha reavivado su controvertido interés por la compra de Groenlandia, un territorio autónomo danés que, según el gobierno danés, no está en venta. Con esta elección, Howery se encuentra en el epicentro de una tempestad geopolítica, donde su experiencia y conexiones en el mundo empresarial se pondrán a prueba. La relación cercana de Howery con Elon Musk, el magnate detrás de empresas como Tesla y SpaceX, añade un matiz intrigante a su nueva función. Ambos se conocieron hace más de dos décadas mientras trabajaban en PayPal, y desde entonces han mantenido una amistad que ha influido en sus trayectorias profesionales. La expectativa es que Howery actúe como un enlace entre la administración Trump y Dinamarca, aunque se enfrenta al desafío de persuadir a un país que ha sido claro en que Groenlandia no está en discusión. En sus declaraciones, Trump ha manifestado que la adquisición de Groenlandia es esencial para la seguridad nacional de EE. UU. y ha depositado su confianza en Howery para que represente los intereses estadounidenses en esta compleja negociación. Sin embargo, el escenario político en el que se desenvuelve Howery es todo menos fácil, ya que el rechazo explícito de Dinamarca a la venta se ha convertido en un obstáculo significativo. La tarea de convencer a un país que se ríe de las intenciones de Trump requiere habilidades diplomáticas que van más allá de su experiencia en el sector privado. La trayectoria de Howery en el ámbito diplomático comenzó durante su mandato como embajador en Suecia, donde se enfrentó a varios desafíos, incluida la necesidad de defender las posturas de Trump en un contexto internacional a menudo hostil. Aunque su tiempo en Suecia fue abruptamente acortado por retrasos en su confirmación, logró establecer relaciones que podrían ser útiles en su nuevo puesto. Ahora, se espera que aplique esas lecciones a un entorno aún más complicado en Dinamarca. El perfil de Howery es notablemente diferente al de otros empresarios que han saltado a la política. A pesar de su amistad con Musk y su conexión con figuras prominentes de Silicon Valley, sus amigos lo describen como alguien que no se deja llevar por la fanfarronería. En lugar de ser el centro de atención, Howery parece buscar la colaboración y el consenso, lo que podría ser un atributo valioso en su nuevo rol. Sin embargo, la percepción del público sobre su relación con Musk podría complicar su misión. A menudo, Howery ha sido visto como un facilitador para Musk, asesorándolo en decisiones de inversión y ayudándolo a navegar en el mundo político. A medida que su estatus como embajador se consolida, es probable que su conexión con Musk sea examinada de cerca, especialmente en el contexto de la política exterior y la diplomacia. En sus comunicaciones sobre su nueva función, Howery ha mencionado su deseo de fortalecer los lazos entre EE. UU. y Dinamarca, pero la sombra del interés estadounidense en Groenlandia podría hacer que esa tarea sea más difícil de lo esperado. La respuesta de los líderes daneses será fundamental, y la habilidad de Howery para manejar la situación será probada en los próximos días. Además, Howery ha estado envuelto en el mundo de la recaudación de fondos políticos, donde su influencia ha crecido en paralelo a su relación con Trump. Durante la campaña electoral, estuvo presente en eventos clave y ha continuado cultivando relaciones con donantes de Silicon Valley que comparten su visión política. Esto podría ofrecerle un respaldo sólido mientras navega la política en su nuevo puesto. En un mundo donde los vínculos personales a menudo determinan el éxito, la amistad de Howery con Musk podría ser tanto un activo como una carga. La presión será significativa, no solo por las expectativas que se tienen sobre su capacidad para lograr avances en Groenlandia, sino también por su habilidad para mantener una imagen diplomática que no se vea eclipsada por la controversia que suele rodear a Trump. Por último, mientras Howery se prepara para asumir su cargo, su trayectoria sugiere que, aunque puede ser un trotamundos aventurero en su vida personal, en el ámbito político necesitará adoptar un enfoque más mesurado y estratégico. La intersección de su vida en Silicon Valley, su relación con Musk y su nueva responsabilidad como embajador en Dinamarca promete ser un fascinante, aunque desafiante, capítulo en su carrera.