Avances médicos contra el VIH: el estigma y la falta de educación persisten

Avances médicos contra el VIH: el estigma y la falta de educación persisten

El VIH sigue estigmatizado en México, afectando la salud de quienes lo portan. Se requiere educación y acceso equitativo a tratamientos.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Salud HACE 18 HORAS

A lo largo de las últimas cuatro décadas, el VIH ha sido el protagonista de una lucha constante entre avances médicos y una lucha social aún pendiente. David Alvarado, presidente de la Fundación Mexicana para la Lucha contra el Sida (Fundasida), subraya que pese a los tratamientos antirretrovirales que han transformado la vida de quienes viven con el virus, el estigma que lo rodea persiste. Este fenómeno no solo afecta la percepción social del VIH, sino que también influye en la salud y el bienestar de las personas que lo portan. Alvarado señala que, a pesar de los logros en el tratamiento y la comprensión de la enfermedad, “tenemos el reto de entender qué es el virus, cómo se transmite y qué pasa en una persona que tiene esta condición de vida”. Al parecer, la falta de información adecuada ha alimentado mitos que son profundamente dañinos, y que a menudo se traducen en un acceso limitado a pruebas y tratamientos. Una realidad que es más urgente que nunca de abordar. El VIH sigue siendo una infección de transmisión sexual, en la que la mayoría de los contagios se producen a través de prácticas sexuales desprotegidas. Según datos recientes, nueve de cada diez casos se deben a la falta de protección durante las relaciones sexuales, lo que expone a todos, sin importar su orientación sexual, al contagio. Sin embargo, la epidemia en México se concentra especialmente en hombres que tienen sexo con hombres, un grupo que se ha visto severamente afectado por la falta de prevención y educación sobre el virus. Aunque también existe un riesgo considerable en relaciones heterosexuales, la narrativa predominante sigue siendo que el VIH es un problema aislado de ciertos grupos. Esta visión excluyente no solamente es errónea, sino que contribuye a la estigmatización de todas las personas que viven con el virus. “Las prácticas sexuales desprotegidas son las que elevan el riesgo de contagio”, enfatiza Alvarado, quien advierte que todos los que tienen una vida sexual activa deben ser conscientes de esta realidad. Uno de los mitos más nocivos es la creencia de que una vez que se desarrolla el SIDA, no hay marcha atrás. La medicina ha avanzado de tal manera que es posible revertir esta condición si se atienden de inmediato las enfermedades oportunistas asociadas. Esto ha contribuido a una disminución en las complicaciones y defunciones relacionadas con el SIDA, demostrando que un diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden cambiar la vida de las personas afectadas. El estigma que rodea al VIH tiene un impacto significativo en la salud mental y física de quienes lo portan. Muchas personas evitan hacerse pruebas de detección por miedo a ser juzgadas, y otras, incluso cuando conocen su estado, optan por no recibir tratamiento. Alvarado menciona que “los mismos pacientes llegan a estigmatizar al VIH”, un ciclo que se perpetúa si no se desmantelan los mitos existentes y se brinda educación accesible y veraz. La situación se complica aún más en el caso de las mujeres, quienes a menudo enfrentan la doble carga del estigma: no solo son juzgadas por su estado de salud, sino que también se les asocia con una imagen de promiscuidad. Esto crea barreras adicionales para acceder a la atención médica y a la prevención del VIH. La educación y la difusión de información precisa son esenciales para combatir este fenómeno. A pesar de los avances médicos, México aún enfrenta serias limitaciones en el acceso a tratamientos innovadores. Mientras que en otros países se están utilizando medicamentos como el lenacapavir, que no solo reduce la carga viral sino que también puede prevenir el contagio, muchos en México todavía no tienen acceso a estos avances. La falta de recursos y la desigualdad en la atención de salud son factores que deben ser abordados de inmediato. El futuro del VIH presenta tanto desafíos como oportunidades. Si bien los tratamientos actuales han mejorado la calidad de vida de muchas personas, la lucha por erradicar el estigma y proporcionar acceso equitativo a la atención médica sigue siendo un camino largo. Como sociedad, debemos comprometernos a informar, educar y apoyar a quienes viven con el VIH, porque al final, nadie está exento de este virus. La batalla contra el VIH no es solo una cuestión médica, sino una cuestión de derechos humanos. Erradicar el estigma y ofrecer información clara y accesible es fundamental para garantizar que todas las personas tengan la oportunidad de vivir una vida plena, independientemente de su estado serológico. Si no abordamos estos problemas sociales, los avances médicos quedarán incompletos, y con ello, seguiremos perpetuando el dolor y la discriminación.

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