Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
A medida que crece la anticipación por los cuartos de final del inaugural Playoff de Fútbol Americano Universitario de 12 equipos, los aficionados disfrutan de una serie de enfrentamientos que evocan tanto nostalgia como emoción. La programación de este año presenta ángulos intrigantes, destacándose el choque entre Oregon y Ohio State, que muchos están llamando una posible previa del campeonato nacional. El escenario está preparado en el Rose Bowl en Pasadena, California, donde los Buckeyes y Ducks se enfrentarán por tercera vez en este icónico lugar. Históricamente, este enfrentamiento ha producido concursos emocionantes, siendo el más reciente en 2010, cuando Ohio State superó a Oregon en un reñido partido 26-17. Sin embargo, los Ducks llegan a este cuarto de final con una ligera ventaja, habiendo vencido a los Buckeyes anteriormente esta temporada en un final apretado 32-31. Ambos equipos están cargados de talento, y la partida de ajedrez entre el coordinador defensivo de Ohio State, Jim Knowles, y el estratega ofensivo de Oregon, Will Stein, será digna de seguir. Con ambas ofensivas mostrando su destreza, la defensa tendrá que dar un paso adelante si alguno de los equipos espera avanzar. Sin ser pasado por alto, el Fiesta Bowl promete ser una batalla cautivadora también, con Penn State enfrentándose a Boise State. Estos equipos nunca se han enfrentado, pero cada uno trae una rica historia en Arizona, donde victorias significativas han quedado grabadas en el legado de sus programas. Penn State degustó la gloria del campeonato nacional aquí por última vez en 1987, mientras que Boise State produjo uno de los momentos más inolvidables en la historia del fútbol universitario durante el Fiesta Bowl de 2007. Esta temporada, Ashton Jeanty de Boise, un finalista del Heisman y máximo corredor, representa un desafío formidable para los Nittany Lions, que han mostrado vulnerabilidades contra ofensivas de carrera de primer nivel. Con Penn State como favorito por 9.5 puntos, los Broncos necesitarán una actuación destacada para lograr la sorpresa. El Peach Bowl presenta un enfrentamiento inusual entre Texas y Arizona State, ya que ambos equipos estarán pisando terreno desconocido en Atlanta. Texas, recién salido de una derrota en el Juego de Campeonato de la SEC, busca recuperar su impulso contra un equipo de los Sun Devils que llega al partido con una racha de seis victorias consecutivas. Bajo la dirección del entrenador de segundo año Kenny Dillingham, Arizona State ha demostrado resiliencia y adaptabilidad. Sin embargo, se enfrentarán a una formidable defensa de los Longhorns, liderada por el ganador del premio Thorpe, Jahdae Barron. Texas entra al encuentro como favorito por 13.5 puntos, pero la energía y entusiasmo de los Sun Devils podrían hacer de este enfrentamiento uno a seguir de cerca. Finalmente, el Sugar Bowl presenta un choque histórico entre Notre Dame y Georgia. Este enfrentamiento no solo reúne a dos programas legendarios, sino que también presenta un momento crucial en la narrativa de cada equipo. Bajo la dirección del entrenador Marcus Freeman, Notre Dame busca afirmarse tras años de cierres ajustados contra la competencia de élite. Mientras tanto, Georgia, que cuenta con posiblemente la plantilla más talentosa en el fútbol universitario, necesitará enfrentar el desafío sin su mariscal de campo titular, Carson Beck. Con la línea establecida en 1.5 puntos a favor de los Bulldogs, los aficionados pueden esperar una batalla reñida que muestre las capacidades defensivas de ambos equipos. A medida que se acerca el Día de Año Nuevo, los aficionados al fútbol universitario están de enhorabuena con estos cautivadores cuartos de final. Cada partido lleva consigo un conjunto de historias, legados y posibles sorpresas, haciendo de este un momento crucial para los equipos involucrados. La emoción que rodea al Playoff es palpable, y aunque la primera ronda puede no haber ofrecido los finales emocionantes que los aficionados esperaban, los enfrentamientos que se avecinan prometen una mayor intensidad y competencia. A medida que comienza la cuenta regresiva para el inicio, una cosa es cierta: estos juegos tendrán implicaciones que resonarán mucho más allá de una simple victoria o derrota en el campo.