Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En el corazón de Vilna, el aire estaba cargado de nostalgia y decepción la semana pasada, mientras madres e hijas salían del Teatro Nacional de Ópera y Ballet de Lituania durante el intermedio, desilusionadas por un ballet sustituto que reemplazaba al querido "Cascanueces" de Tchaikovsky. La decisión de omitir el clásico del compositor ruso, un pilar de la temporada navideña, es parte de la respuesta cultural más amplia de Lituania ante la guerra en curso en Ucrania, una postura que ha desatado intensos debates sobre la intersección entre cultura y política. Lituania, un firme aliado de Ucrania contra la agresión rusa, había declarado hace dos años una "cuarentena mental" de la cultura rusa, un acto simbólico de solidaridad que resonó en todo el país. Sin embargo, los recientes cambios políticos han reavivado las discusiones en torno a este embargo cultural. El recién nombrado ministro de Cultura, Sarunas Birutis, expresó su aprecio por Tchaikovsky, lo que levantó cejas y generó controversia entre aquellos que abogan por distanciarse de la influencia rusa en las artes. La reacción fue rápida. Muchos, como Egle Brediene, expresaron su frustración por la decisión del teatro de ópera de reemplazar "El Cascanueces" por un ballet menos conocido del compositor italiano Riccardo Drigo, declarando que la riqueza de la música, danza y narrativa de Tchaikovsky supera con creces la de la alternativa. Este sentimiento refleja un anhelo más amplio entre el público por hitos culturales que han definido las tradiciones festivas en Lituania durante generaciones. El debate se ha cristalizado en una división generacional. Los jóvenes partidarios de Ucrania abogan por una estricta separación entre el arte y una cultura que asocian con el imperialismo, mientras que las generaciones mayores, como Darius Kuolys, un veterano de la lucha por la independencia de Lituania, instan a un enfoque más matizado. Kuolys sostiene que el papel del arte es unir en lugar de dividir, y que prohibir obras basadas en la nacionalidad puede perjudicar más a Lituania que ayudarla. El espectro de la historia pesa mucho en estas discusiones. Para muchos lituanos, las cicatrices de la ocupación soviética aún están frescas, y el miedo a la hegemonía cultural rusa persiste. Arunas Gelunas, director del Museo Nacional de Arte de Lituania, argumenta que el Kremlin ha manipulado históricamente las narrativas culturales para distraer de sus acciones políticas. Esta percepción complica la apreciación de la música clásica rusa, lo que lleva a llamados para excluir a artistas y compositores rusos de las presentaciones. Sin embargo, los defensores de las obras de Tchaikovsky mantienen que su música trasciende las afiliaciones políticas. Tatiana Kuznetsova, quien tiene vínculos personales tanto con Ucrania como con Rusia, defiende apasionadamente a Tchaikovsky como una figura que pertenece al mundo, enfatizando que el arte no debe ser politizado. A medida que Lituania navega por este complicado paisaje cultural, la pregunta que persiste es: ¿Puede el arte existir verdaderamente independiente del clima político? Los comentarios del nuevo ministro de Cultura han provocado advertencias de rivales políticos y llamados a una reevaluación de las políticas culturales de Lituania, lo que lleva a una reflexión sobre la necesidad de equilibrar el patriotismo con el reconocimiento del valor universal del arte. Con la guerra en Ucrania en curso, la decisión del teatro de ópera de prescindir de "El Cascanueces" puede ser dolorosa, pero subraya un sentimiento más amplio entre aquellos que creen que en tiempos de conflicto, las líneas entre cultura y política se vuelven cada vez más difusas. El destino del querido clásico navideño de Tchaikovsky está en la incertidumbre, mientras Lituania lidia con su identidad y valores en un mundo impregnado de complejidad y conflicto.