Marita Barreto denuncia amenazas tras su destitución en lucha contra la corrupción

Marita Barreto denuncia amenazas tras su destitución en lucha contra la corrupción

Marita Barreto, destituida, denuncia amenazas y defiende su lucha contra la corrupción, mientras la seguridad para su equipo es retirada.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política HACE 17 HORAS

La situación alrededor de la fiscal Marita Barreto y su equipo del Eficcop ha tomado un giro inesperado tras su reciente destitución. En un emotivo pronunciamiento, Barreto no solo defendió la labor de su grupo, sino que también denunció presuntas amenazas y chantajes que habrían recibido durante su gestión. A pesar de las adversidades, Barreto se mostró firme en su compromiso con la lucha contra la corrupción, afirmando que su equipo ha sido víctima de una "venganza del poder corrupto". Barreto, que coordinó el Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder, expresó su reconocimiento y agradecimiento a los fiscales, policías y personal administrativo que trabajaron junto a ella. "Hemos cumplido nuestra labor con lealtad a nuestras instituciones, con mística, firmeza, eficiencia y eficacia", afirmó, enfatizando el papel crucial que su equipo desempeñó en la lucha contra la corrupción en el país. Estas palabras resuenan no solo como un reconocimiento interno, sino también como un llamado a la sociedad para que no olvide la importancia de esta lucha. La fiscal de la Nación, Delia Espinoza, decidió cesar a Barreto en un contexto de reorganización del Ministerio Público, lo que ha generado múltiples interrogantes sobre la motivación detrás de esta medida. Esta reestructuración ha suscitado críticas y suspicacias, especialmente entre los sectores que consideran que podría estar relacionada con el intento de silenciar voces críticas dentro del sistema judicial. La continuidad de la lucha contra la corrupción se ve ahora en la cuerda floja, ante la incertidumbre sobre el futuro del Eficcop. En su pronunciamiento, Barreto fue clara al señalar que su equipo no solo se enfrentó a la corrupción, sino que también se convirtió en blanco de ataques por parte de aquellos a quienes investigaban. Denunció que han sido "perseguidos, amenazados, chantajeados, desprestigiados, difamados y denunciados", lo que sugiere un ambiente de hostilidad hacia quienes buscan justicia. Este tipo de presión puede tener un efecto paralizante en cualquier institución, y es un recordatorio del costo que implica desafiar a poderes establecidos. La situación de Marita Barreto y su equipo se agrava con la decisión de la Policía Nacional del Perú de retirar la seguridad personal a la fiscal suspendida. Este acto, que podría interpretarse como una falta de protección hacia una funcionaria que ha estado en la línea de fuego contra la corrupción, genera preocupación sobre el bienestar de quienes se encuentran en posiciones similares de riesgo. La seguridad de los funcionarios públicos de este calibre debe ser una prioridad, especialmente en un contexto de amenazas y represalias. El contexto de la lucha contra la corrupción en Perú es complejo. A medida que emergen nuevos casos y denuncias, la confianza pública en las instituciones judiciales se ve comprometida. La resistencia que ha mostrado Barreto se puede considerar no solo un acto de valentía, sino también un llamado a la sociedad para que se mantenga vigilante y exigente con sus autoridades. "La justicia llegará", sentenció Barreto, instando a sus colegas y a la ciudadanía a no rendirse en esta lucha. Sin embargo, la pregunta que queda en el aire es: ¿quién protegerá a aquellos que se atreven a desafiar al poder? La respuesta a esta inquietud es fundamental, sobre todo en un país donde la corrupción ha permeado diversas instituciones y ha desdibujado la línea entre justicia y poder político. La necesidad de crear un entorno seguro para quienes luchan contra la corrupción es más urgente que nunca. La situación de Barreto también pone de manifiesto la importancia de la independencia del sistema judicial. La presión política y las represalias pueden tener un efecto devastador no solo en la moral de los investigadores, sino también en la efectividad del sistema judicial en su conjunto. La capacidad de los fiscales para actuar sin temor a represalias es crucial para restaurar la confianza de la ciudadanía en las instituciones. A medida que se desarrollan estos acontecimientos, la comunidad jurídica y la sociedad civil deben permanecer atentas. La defensa de la integridad y el respeto por el debido proceso son esenciales para cualquier democracia. La historia de Marita Barreto es una advertencia, pero también una fuente de inspiración para aquellos que creen en la justicia y en la necesidad de un cambio real en el país. La lucha contra la corrupción es un camino largo y peligroso, pero cada paso tomado hacia la verdad es un paso hacia un futuro más justo.

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