Juan Brignardello Vela
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Clarke Reed, una figura clave en la transformación del Partido Republicano en el Sur, falleció a la edad de 96 años debido a complicaciones de neumonía. Su muerte marca el fin de una era para la política de Mississippi, un estado en el que desempeñó un papel crucial en la construcción de un bastión conservador en un momento en que el Partido Republicano prácticamente no existía en la región. Nacido en 1928 en Ohio y posteriormente trasladándose a Missouri, Reed abrazó los ideales republicanos desde joven, votando por primera vez en las elecciones presidenciales por Dwight D. Eisenhower en 1952. En ese momento, el Sur estaba firmemente bajo control demócrata, un legado de sus vínculos históricos con la Confederación y la segregación. Sin embargo, la visión y determinación de Reed comenzaron a cambiar el panorama político de Mississippi y del Sur en general. Utilizando su hogar en Greenville como un centro para reuniones políticas, Reed trabajó diligentemente para reclutar candidatos y fomentar la lealtad al partido. Sus esfuerzos no estuvieron exentos de desafíos; el Partido Republicano en Mississippi a menudo era visto como una simple formalidad, un mero "buzón" sin influencia significativa. Aun así, con perseverancia y alianzas estratégicas, logró avances significativos. Su compromiso con los principios conservadores se reflejó en sus relaciones con pensadores y figuras políticas prominentes, incluidos William F. Buckley Jr. y Milton Friedman. Bajo el liderazgo de Reed, el Partido Republicano de Mississippi logró hitos que parecían imposibles. En las elecciones de 1964, Barry Goldwater recibió un apoyo abrumador en Mississippi, ilustrando las corrientes cambiantes que Reed había ayudado a orquestar. Para 1966, se convirtió en presidente del partido estatal y, posteriormente, en el líder de la Asociación de Presidentes Republicanos del Sur, donde amplió su influencia en toda la región. Una de las contribuciones más notables de Reed al partido fue su participación en la campaña presidencial de Richard Nixon, donde fue fundamental en la "estrategia del Sur". Esta iniciativa tenía como objetivo atraer a los demócratas sureños descontentos al redil republicano, un movimiento que reconfiguraría el partido durante décadas. La capacidad de Reed para negociar e influir en las políticas le otorgó un poder de veto no oficial en asuntos del Sur, un testimonio de su posición dentro del partido. El camino político de Reed no estuvo exento de controversias. La Convención Nacional Republicana de 1976 expuso una división dentro del partido entre moderados y conservadores. Su decisión de apoyar a Gerald Ford en lugar de Ronald Reagan, a pesar de haber respaldado inicialmente a este último, generó fricciones entre sus compañeros. Reed más tarde expresó su arrepentimiento por esta elección, reconociendo la importancia de alinearse con sus aliados ideológicos. A lo largo de su vida, Reed mantuvo una reputación como una figura afable pero influyente, a menudo organizando reuniones que difuminaban las líneas entre la política y las amistades personales. Su hogar se convirtió en un punto de encuentro para políticos y periodistas por igual, subrayando su creencia de que, si bien la política era importante, no debería convertirse en una arena combativa. El legado de Reed es uno de tenacidad y transformación, ilustrando cómo la visión de un individuo puede catalizar un cambio profundo en un paisaje político. Le sobreviven su esposa, Judy, y sus hijos, dejando atrás un legado que resonará en los anales de la política de Mississippi y del Sur durante muchos años.