Milicias de extrema derecha ansiosas por unirse al plan de deportación de Trump, generando alarmas en todo el país.

Milicias de extrema derecha ansiosas por unirse al plan de deportación de Trump, generando alarmas en todo el país.

Las milicias de extrema derecha expresan su disposición a ayudar con el plan de deportación de Trump, lo que genera preocupaciones sobre la violencia y problemas legales en medio de las tensiones de la política de inmigración.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 11.12.2024
A raíz de las recientes elecciones, la ola de entusiasmo entre los grupos de milicias de extrema derecha para ayudar en el plan de deportación masiva propuesto por el presidente electo Donald J. Trump ha levantado cejas y preocupaciones entre diversos actores. William Teer, el líder de los Texas Three Percenters, extendió una oferta directamente a Trump, sugiriendo que su organización podría colaborar con las fuerzas del orden locales para mejorar la efectividad de la iniciativa de deportación. La carta de Teer enfatiza un compromiso con "prácticas de inmigración legales" mientras busca también reforzar la seguridad y protección de Texas. A pesar del acercamiento de Teer, un portavoz del equipo de transición de Trump indicó una preferencia por utilizar recursos estatales y federales en lugar de asistencia de milicias privadas. Sin embargo, esto no ha disuadido a otros grupos de extrema derecha de expresar su deseo de desempeñar un papel en la aplicación de políticas migratorias que se alinean estrechamente con la retórica y los planes propuestos por Trump durante su campaña. Richard Mack, una figura prominente entre los alguaciles de extrema derecha, declaró públicamente que la participación de su organización podría agilizar el proceso de deportación, haciéndolo más eficiente y rentable. La disposición de los grupos de milicias a ofrecer sus servicios destaca cómo las propuestas de aplicación de la inmigración de Trump resuenan con ciertas facciones que operan en los márgenes de la política convencional. Estos grupos han asumido históricamente la responsabilidad de patrullar la frontera, lo que a menudo conduce a confrontaciones e incluso incidentes trágicos, como lo demuestra el pasado de encuentros violentos que involucran acciones de vigilantes. Las complejidades del plan de deportación de Trump no pueden ser subestimadas. Los expertos estiman que llevar a cabo una iniciativa tan amplia requeriría un aumento significativo en el personal, probablemente superando los 30,000 nuevos agentes de inmigración. Además, existen temores de que el enfoque agresivo podría resultar en la fragmentación de innumerables familias de "estatus mixto", lo que plantea preocupaciones éticas y humanitarias. Los críticos son particularmente cautelosos respecto al potencial de involucramiento militar, que Trump ha insinuado, utilizando leyes arcaicas como la Ley de Enemigos Extranjeros de 1798, lo que podría crear una militarización sin precedentes de la aplicación de la inmigración. Tom Homan, un ex funcionario de inmigración recientemente nominado para supervisar el esfuerzo de deportación, ha sugerido que la administración podría considerar personal no tradicional para la operación. Señaló un interés significativo por parte de agentes de la patrulla fronteriza retirados y veteranos militares que desean ofrecer su tiempo y experiencia para ayudar en la iniciativa, una noción que complica aún más la cuestión de la autoridad y la responsabilidad cuando individuos privados están involucrados en la aplicación federal de la inmigración. Los defensores de los inmigrantes y las organizaciones de derechos civiles han expresado una fuerte oposición a la posible participación de las milicias, destacando el riesgo elevado de violencia contra inmigrantes indocumentados y la ambigüedad legal que rodea dicha participación. Heidi Beirich, cofundadora del Proyecto Global Contra el Odio y el Extremismo, articuló los peligros significativos que plantea permitir que milicias privadas operen junto a agentes federales, enfatizando la falta de supervisión legal que enfrentarían estos grupos. En respuesta a las preocupaciones sobre las intenciones de su grupo, Teer intentó minimizar los temores en torno a la participación de las milicias al centrarse en la identificación de individuos con antecedentes penales, mientras enmarca el esfuerzo como un medio para apoyar a los agentes federales en lugar de reemplazarlos. Afirmó que su organización tiene experiencia relevante de operaciones pasadas de patrullaje fronterizo. Mientras tanto, otros grupos de milicias en estados como Arizona y California han expresado de manera similar su entusiasmo por contribuir. Tim Foley, el líder de Arizona Border Recon, indicó que las discusiones con el equipo de transición de Trump están en curso, afirmando que estos grupos poseen conocimientos locales que podrían mejorar las operaciones federales. Las discusiones que tienen lugar dentro de los círculos de milicias, incluidos los comentarios en plataformas como Telegram, revelan un ferviente deseo entre algunos miembros por la participación civil en la aplicación fronteriza. Sin embargo, tales sentimientos subrayan las divisiones sociales y tensiones que rodean la política migratoria, así como la delgada línea entre la aplicación legal y el vigilantismo. A medida que la nueva administración se prepara para abordar uno de sus temas más controvertidos, la intersección de las milicias de extrema derecha y la política federal de inmigración presenta un panorama complejo y potencialmente volátil. Sin una navegación cuidadosa, la administración corre el riesgo no solo de exacerbar las tensiones a lo largo de la frontera, sino también de profundizar las fracturas sociales que caracterizan el clima político actual.
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