China intensifica estrategias en respuesta a restricciones comerciales de EE.UU.

China intensifica estrategias en respuesta a restricciones comerciales de EE.UU.

China responde a las restricciones de EE. UU. con medidas comerciales y económicas, preparando su estrategia ante una posible guerra comercial.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

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Política 11.12.2024

En un contexto donde las tensiones entre China y Estados Unidos parecen intensificarse, el país asiático ha comenzado a desplegar una serie de estrategias en respuesta a las restricciones comerciales impuestas por la administración Biden. Desde la prohibición de exportaciones de materiales raros hasta la apertura de investigaciones sobre empresas estadounidenses, Pekín ha dejado claro que no se quedará de brazos cruzados ante una posible guerra comercial. Las limitaciones que la Casa Blanca ha impuesto al acceso de China a componentes esenciales para la fabricación de chips de inteligencia artificial han sido el catalizador de esta serie de acciones por parte de Pekín. En un giro que recuerda las tácticas empleadas por Estados Unidos y sus aliados, China ha decidido expandir su régimen de control de exportaciones, lo que incluye restricciones a la venta de ciertos productos tanto a empresas chinas como a extranjeras en territorios estadounidenses. La decisión del presidente Xi Jinping de investigar a Nvidia Corp. y limitar las exportaciones de materiales estratégicos para aplicaciones militares no es un movimiento aislado. Estas acciones apuntan a enviar un mensaje claro: si se imponen aranceles, China está lista para responder con medidas que pueden afectar de manera significativa a la economía estadounidense, aunque sin poner en riesgo su propio crecimiento interno. Christopher Beddor, un analista destacado en Gavekal Dragonomics, comentó que las acciones chinas están diseñadas para crear "monedas de negociación" que pueden ser utilizadas en futuras conversaciones con Estados Unidos. Aunque no se espera que estas "fichas" se jueguen de inmediato, el gobierno chino se está preparando para una posible escalada en las negociaciones, lo que demuestra que Pekín está tomando en serio la posible confrontación. Además de estas acciones directas, el Politburó chino ha comenzado a conjugar advertencias con promesas de un mayor apoyo económico en el futuro cercano. De cara a 2025, se ha indicado que habrá un cambio en la política monetaria, lo que podría incluir estímulos tendientes a contrarrestar el efecto de las tensiones comerciales sobre la economía china. Esta estrategia podría ser crucial para mantener la estabilidad económica interna mientras se responde a la presión externa. Uno de los elementos más discutidos en el entorno económico chino es la posible devaluación del yuan. Analistas han comenzado a especular sobre la posibilidad de que Pekín permita una depreciación de su moneda hasta niveles de 7.5 por dólar como una forma de contrarrestar el impacto de los aranceles y hacer que las exportaciones chinas sean más competitivas en el mercado global. Esta estrategia podría ayudar a suavizar la recesión económica que algunos temen podría resultar de una guerra comercial prolongada. Sin embargo, la situación es delicada. A pesar de estas medidas que parecen enérgicas, el gobierno chino está tratando de calibrar su respuesta de tal manera que no se deterioren aún más las relaciones bilaterales. Las represalias adoptadas hasta ahora han sido, en gran medida, simbólicas y han buscado evitar una respuesta demasiado agresiva que pudiera desencadenar un conflicto más amplio. La administración Biden, por otro lado, se encuentra en una posición complicada. A medida que se aproxima un ciclo electoral, cualquier medida que se considere débil frente a las agresiones chinas podría tener repercusiones políticas internas. Esto obliga a los funcionarios estadounidenses a navegar con cuidado entre la necesidad de proteger los intereses económicos del país y la imperiosa necesidad de mantener la estabilidad en el escenario internacional. La cumbre económica anual programada para esta semana en Pekín podría ofrecer más pistas sobre la dirección de la política económica y comercial de China en el futuro inmediato. Observadores del mercado estarán atentos a cualquier indicio que indique cómo el liderazgo chino planea gestionar estas tensiones mientras busca mantener su crecimiento económico. En conclusión, la situación actual entre China y Estados Unidos representa un nuevo capítulo en la relación entre ambas potencias. Los movimientos estratégicos de Pekín indican que está lista para jugar sus cartas, pero también reflejan un deseo de evitar una escalada que podría resultar perjudicial para ambas economías. La manera en que ambos países se manejarán en los próximos meses será fundamental no solo para sus respectivas economías, sino también para el equilibrio del comercio global.

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