Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un contexto donde más del 80% de los operadores mineros registrados en el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo) se encuentran en situaciones de suspensión o en proceso de adherirse sin cumplir los requisitos, la Red Muqui ha lanzado un llamado urgente a la acción. La situación evidencia una crisis en la formalización de la minería artesanal en el país, un sector que, aunque enfrenta retos significativos, puede convertirse en una fuente crucial de desarrollo sostenible si se gestionan adecuadamente las políticas públicas. El Grupo de Trabajo de Minería Artesanal y de Pequeña Escala (MAPE) ha resaltado la complejidad del problema, enfatizando que no se debe caer en la estigmatización de los actores locales. En lugar de generalizar, es esencial implementar estrategias inclusivas que brinden alternativas viables y sostenibles para quienes dependen de esta actividad. El interés radica en establecer un ordenamiento territorial que contemple un enfoque ecosistémico y de cuenca, priorizando la protección de las cabeceras de cuenca y otros ecosistemas frágiles. Este enfoque participativo, descentralizado y vinculante se propone garantizar el respeto de los derechos de los afectados, así como de las comunidades que viven en áreas donde se lleva a cabo la minería. La Red Muqui sugiere que el diálogo abierto con las partes interesadas es crucial para abordar las preocupaciones ambientales y sociales, y para lograr un equilibrio entre el desarrollo económico y la preservación del medio ambiente. Además, laRed Muqui pone de relieve la necesidad de revisar el actual sistema de concesiones mineras. Una nueva política podría asegurar el derecho a la consulta previa y proteger zonas sensibles, lo que permitiría un uso razonable y responsable de los recursos naturales. Esta revisión no solo beneficiaría a los operadores mineros, sino que también contribuiría a la sostenibilidad a largo plazo de los ecosistemas locales. El fortalecimiento institucional es otro pilar fundamental en este proceso. Aumentar las capacidades de los gobiernos regionales y organismos como el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) es esencial para implementar un control más efectivo y sanciones adecuadas. Sin una supervisión robusta, los esfuerzos de formalización podrían verse socavados por la continuidad de prácticas nocivas y la informalidad. La promoción del uso de tecnologías limpias en la minería formalizada es otro aspecto que la Red Muqui considera vital. Reducir la dependencia de sustancias tóxicas, como el mercurio y el cianuro, es crucial no solo para la salud de los trabajadores, sino también para la preservación de los ecosistemas que rodean las zonas mineras. La remediación de microcuencas contaminadas debe ser una prioridad para garantizar un ambiente saludable y seguro para las comunidades circundantes. Asimismo, la erradicación del trabajo infantil y la trata de personas en el sector minero son cuestiones que claman por atención. Estas problemáticas no solo afectan a la mano de obra minera, sino que también perpetúan ciclos de pobreza y vulnerabilidad en las comunidades. La creación de condiciones dignas de trabajo es fundamental para el desarrollo humano y social. Por otro lado, la falta de regulación activa en la minería informal ha llevado a que se evadan tributos significativos. Se estima que los tributos no recaudados por la minería ilegal ascienden a S/ 2,000 millones anuales, lo que pone de manifiesto la necesidad de un marco regulatorio que fomente la formalización y, a su vez, asegure que los recursos sean utilizados para el beneficio de toda la sociedad. El futuro de la minería artesanal en el país depende de la capacidad del gobierno y de las instituciones para implementar políticas efectivas que no repitan los errores del Reinfo, que ha dejado a miles en el limbo. La oportunidad de avanzar hacia un sistema más justo y sostenible está presente, y es imperativo que tanto las autoridades como los actores locales colaboren en un proceso que respete los derechos humanos y los ecosistemas. Sin un enfoque integral y humanizado, el sector seguirá enfrentando desafíos críticos que limitarán su potencial como motor de desarrollo. Al final, la creación de un marco que contemple la cooperación entre todos los actores involucrados podría significar un cambio de paradigma en la minería artesanal, transformando no solo la forma en que se extraen los recursos, sino también mejorando la calidad de vida de aquellos que dependen de esta actividad. El camino hacia la formalización y sostenibilidad está lleno de retos, pero también de oportunidades que no deben ser desaprovechadas.