Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En su último Informe de Gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció un panorama optimista sobre su gestión y el estado actual de la democracia en México. En un acto celebrado en el Zócalo de la Ciudad de México, ante una multitud de simpatizantes, el mandatario proclamó que el país vive "una auténtica democracia" y que ha logrado revertir la decadencia asociada al neoliberalismo que, según él, imperó durante las últimas tres décadas. López Obrador se despidió de su función con un discurso que resonó con la retórica de la Cuarta Transformación, un concepto central en su administración. En este contexto, el presidente subrayó la importancia de la herencia cultural indígena como un factor fundamental en la construcción de esta nueva etapa para México. "Lo mejor de México es su pueblo, heredero de civilizaciones que florecieron antes de la llegada de los invasores europeos", afirmó, haciendo un llamado al nacionalismo y a la identidad cultural. En su discurso, el presidente no solo hizo un recuento de sus logros y reformas, sino que también se refirió a figuras emblemáticas de la historia mexicana, como Miguel Hidalgo y Benito Juárez, para reforzar su mensaje de que su administración representa una continuidad del legado de lucha por la justicia social. De acuerdo con López Obrador, sus reformas constitucionales han sido fundamentales para restaurar el sentido revolucionario de la carta magna y contrarrestar lo que calificó como un periodo "nefasto" de políticas neoliberales. Sin embargo, su afirmación de que la economía mexicana ha crecido un promedio del 1% anual y que el país ha ascendido en el ranking mundial hasta el lugar 12, en comparación con el 15 que ocupaba anteriormente, ha suscitado reacciones mixtas. Críticos del gobierno han señalado que estos números no reflejan la realidad cotidiana de millones de mexicanos, quienes aún lidian con la pobreza y la desigualdad en un contexto post-pandemia. López Obrador también se refirió a los avances en el sistema de salud, declarando que el IMSS Bienestar, con cerca de 12,000 unidades médicas, es "mejor que el de Dinamarca". Esta afirmación ha generado controversia, ya que muchos observadores sostienen que, aunque ha habido mejoras en la atención médica, la infraestructura y la calidad de los servicios todavía enfrentan retos significativos. El presidente mencionó que la pobreza en México ha disminuido de 34.3 millones a 24.7 millones durante su mandato, argumentando que 9.5 millones de personas han salido de esta condición en los últimos cinco años. Sin embargo, algunos economistas advierten que estos datos deben ser analizados con cautela, ya que las cifras pueden no reflejar el impacto real de las políticas implementadas ni las dificultades económicas que muchas familias todavía enfrentan. A pesar de los logros que López Obrador pretende resaltar, su gobierno también ha estado marcado por controversias, especialmente en lo que respecta a la justicia y el estado de derecho. La crítica sobre una posible venganza judicial en su administración ha crecido, con analistas sugiriendo que podría haber repercusiones a largo plazo en el sistema judicial mexicano. Esta situación plantea interrogantes sobre la sostenibilidad de los logros mencionados por el presidente y si las transformaciones propuestas realmente se consolidarán. En las últimas semanas, se ha incrementado el debate sobre el papel del poder judicial y su independencia, así como su relación con el ejecutivo. La preocupación por el respeto a los derechos humanos y la separación de poderes se ha vuelto un tema candente entre la oposición y varios sectores de la sociedad civil, lo que añade un nivel de complejidad a la narrativa del gobierno sobre el avance democrático en el país. A medida que López Obrador se prepara para entregar la presidencia a Claudia Sheinbaum, su legado se encuentra en un delicado equilibrio entre el optimismo que él proyecta y las críticas que surgen desde diversos frentes. La realidad política y social en México invita a una reflexión más profunda sobre a dónde se dirige el país y cómo se gestionarán las expectativas de los ciudadanos en el futuro. La próxima administración de Sheinbaum representa la continuidad de muchos de los principios de López Obrador, pero también enfrentará el desafío de navegar en un entorno político cada vez más polarizado. Las decisiones que tome en los próximos meses serán cruciales para determinar si la "auténtica democracia" que promueve su predecesor se materializa, o si, por el contrario, se verá amenazada por las divisiones y las luchas de poder que han caracterizado la política mexicana en años recientes.