Kennedy demanda para eliminar su nombre de la boleta, temiendo un papel de spoiler en las elecciones.

En un giro sorprendente de los acontecimientos, Robert F. Kennedy Jr. ha presentado una demanda en el Tribunal Superior del Condado de Wake en Carolina del Norte, buscando que su nombre sea eliminado de la boleta para las próximas elecciones. La decisión de emprender acciones legales surge de su creencia de que su candidatura podría beneficiar inadvertidamente a los candidatos demócratas en estados clave, una preocupación que ha expresado desde que suspendió su campaña presidencial. El desafío legal de Kennedy se produce después de que la Junta de Elecciones, mayoritariamente demócrata, de Carolina del Norte rechazara su solicitud a principios de esta semana. La junta argumentó que eliminar su nombre sería impráctico, dado que muchos condados ya han comenzado a imprimir las boletas de voto por correo. Además, indicaron que una reimpresión incurriría en costos significativos, estimados en cientos de miles de dólares. En contraste, los dos miembros republicanos de la junta expresaron su desacuerdo con la decisión, sugiriendo que el estado podría retrasar razonablemente los plazos legales para la distribución de boletas de voto por correo. En su demanda, Kennedy afirma que el estado le ha "dañado irreparablemente" al negarse a eliminarlo de la boleta, alegando que infringe su derecho a la libertad de expresión. Enfatiza la urgencia de su situación, señalando que con los plazos de las boletas acercándose, no tiene "otra opción que recurrir a este Tribunal para obtener alivio inmediato". El resultado de esta batalla legal podría determinar si su nombre permanece en la boleta de noviembre en Carolina del Norte, donde su presencia podría influir en los votos en una carrera muy reñida. Los esfuerzos de Kennedy por eliminar su nombre de las boletas no se limitan a Carolina del Norte. Ha hecho solicitudes similares en otros estados clave como Michigan y Wisconsin, que también han sido denegadas. Este cambio de estrategia marca un notable alejamiento de principios de año, cuando Kennedy defendía activamente su candidatura contra desafíos legales destinados a removerlo de las boletas en estados como Pensilvania y Nevada. La figura política de 70 años, que tiene una larga historia con el Partido Demócrata, ha reorientado ahora su apoyo hacia el expresidente Donald Trump. Tras su retirada de la carrera, Kennedy ha indicado que tiene la intención de trabajar en contra del Partido Demócrata en estados clave, expresando su preocupación de que su candidatura podría actuar como un spoiler, entregando finalmente la elección a los demócratas en cuestiones que él se opone con pasión. Curiosamente, mientras lucha por eliminar su nombre de las boletas en estados clave, Kennedy sigue persiguiendo su candidatura en Nueva York, un bastión tradicionalmente demócrata donde cree que su presencia tendría un impacto menor en alterar el resultado de la elección. A medida que se desarrollan los procedimientos legales, las implicaciones de las solicitudes de Kennedy podrían resonar más allá de Carolina del Norte, afectando potencialmente la dinámica de las próximas elecciones a medida que ambos partidos navegan por la compleja interacción entre el sentimiento de los votantes y la campaña estratégica en un panorama político altamente polarizado.