Maduro llama a la calma tras nuevo apagón y crisis eléctrica en Venezuela

Maduro llama a la calma tras nuevo apagón y crisis eléctrica en Venezuela

Maduro pide calma tras un apagón que señala como "ataque criminal". La crisis eléctrica y la política tensionan aún más la situación en Venezuela.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 30.08.2024

El presidente Nicolás Maduro ha convocado a la ciudadanía a mantener la "calma" tras lo que ha calificado como un nuevo "ataque criminal" al sistema eléctrico nacional, que provocó un apagón que comenzó a las 4:50 de la tarde hora local este viernes. En un mensaje difundido a través de Telegram, Maduro reafirmó su compromiso con el pueblo, asegurando que está al frente de la situación y demandando "nervios de acero" a sus compatriotas ante esta crisis. La situación se presenta en un contexto político tenso, ya que el país atraviesa una crisis institucional marcada por la proclamación de Maduro como ganador de unas elecciones cuyos resultados aún no se han desagregado. Esta proclamación ha sido objeto de críticas por parte de la oposición, que denuncia un posible fraude electoral. El partido político que lidera la oposición, la Plataforma Unitaria Democrática (PUD), ha insistido en que la victoria debería corresponder a su candidato, González Urrutia, y ha acusado al gobierno de Maduro de "persecución política". Este apagón, que ha afectado a diversas regiones del país, se produce a pesar de que el gobierno había implementado un "plan especial de patrullaje y vigilancia" en instalaciones eléctricas, ordenado a finales de junio por el propio Maduro. El presidente había advertido previamente sobre una supuesta "guerra eléctrica" orquestada por "grupos de la extrema derecha fascista" con el fin de desestabilizar al país. Sin embargo, la efectividad de este plan ha sido puesta en tela de juicio, ya que los apagones siguen siendo una constante en la vida diaria de los venezolanos. Los reportes de usuarios de diferentes estados indican que los cortes de electricidad ocurren de manera habitual, en algunos casos extendiéndose hasta una semana. Las quejas son frecuentes, especialmente en áreas menos favorecidas de Caracas y en regiones del interior del país, donde el acceso a servicios básicos se ha vuelto cada vez más precario. La recurrente falta de electricidad no solo afecta la vida cotidiana, sino que también repercute en la salud, la educación y la economía de los ciudadanos. El último gran apagón nacional se registró en marzo de 2019, cuando millones de venezolanos quedaron sin luz durante cuatro días. En esa ocasión, el gobierno de Maduro también culpó a la oposición y a gobiernos extranjeros, especialmente a Estados Unidos y Colombia, de haber provocado la crisis eléctrica. Este patrón de atribuir culpas externas parece ser una estrategia recurrente del gobierno para desviar la atención de las fallas en la infraestructura y la gestión pública. A pesar de los esfuerzos del gobierno por presentar un frente unido y firme ante la adversidad, la realidad es que el malestar social se siente en cada rincón del país. La falta de electricidad impacta no solo el confort de los hogares, sino también el acceso a servicios de salud y la productividad económica. En un país donde la crisis humanitaria se ha agudizado en los últimos años, la escasez de energía eléctrica agrava aún más la situación. Las críticas hacia el gobierno no solo provienen de la oposición, sino también de organismos internacionales que han señalado la falta de transparencia en las gestiones del ejecutivo. El silencio sobre los detalles de los resultados electorales y la carencia de información clara sobre el estado del sistema eléctrico alimentan la desconfianza entre la población. Muchos venezolanos viven en un estado de incertidumbre sobre el futuro del país y su capacidad para restablecer un servicio eléctrico confiable. Maduro ha llamado a su base a mantenerse firme y a hacer frente a lo que considera un ataque a la soberanía del país. Sin embargo, el desafío que enfrenta es monumental, ya que la percepción de un estado fallido se ha arraigado profundamente en la conciencia colectiva de los venezolanos. La política de culpar a enemigos extranjeros parece no ser suficiente para calmar la frustración que siente la población. Mientras la situación eléctrica sigue sin resolverse, la demanda de respuestas claras y soluciones efectivas se hace más urgente. Los venezolanos exigen no solo la restauración del suministro eléctrico, sino también un cambio en la forma en que se gestiona el país. La presión social podría obligar al gobierno a replantear sus estrategias, tanto en materia eléctrica como en el ámbito político.

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