Fallo del CIADI cierra caso de Oro Negro y plantea retos en inversión energética mexicana

Fallo del CIADI cierra caso de Oro Negro y plantea retos en inversión energética mexicana

El tribunal arbitral desestimó el caso de Oro Negro, cerrando un conflicto que implicaba 270 millones de dólares contra México. La Secretaría de Energía celebra este fallo.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 29.08.2024

El reciente pronunciamiento del tribunal arbitral en el caso de Integradora de Servicios Petroleros Oro Negro, S.A.P.I. de C.V., representa un giro significativo en un conflicto que ha captado la atención de la opinión pública y del sector energético en México. El 19 de agosto pasado, el tribunal, administrado por el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (CIADI), dictó una resolución unánime en la que determinó no tener jurisdicción para tomar decisiones sobre las reclamaciones presentadas por la mencionada empresa, desestimando así el caso por completo. Este fallo no solo cierra un capítulo en un proceso legal que inicialmente buscaba recuperar más de 270 millones de dólares en contra del Estado mexicano, sino que también impone una carga financiera a los demandantes en forma de costos del arbitraje, que ascienden a aproximadamente 400 mil dólares. La Secretaría de Energía de México celebró esta decisión, calificándola como un notable triunfo para el Estado mexicano y un importante precedente en el ámbito del arbitraje de inversión. La resolución del tribunal se basa en la consideración de que los demandantes, que poseen doble nacionalidad, carecían de legitimidad para presentar reclamaciones contra su propio país. Este aspecto de la decisión resalta la complejidad de los casos de arbitraje internacional, donde los intereses de inversores y la soberanía del Estado a menudo entran en conflicto. El caso de Oro Negro es particularmente emblemático dentro del contexto de la Reforma Energética de 2013, que permitió la apertura del sector energético a la inversión privada. Fundada en 2012 por Gonzalo Gil White y José Antonio Cañedo White, la empresa obtuvo contratos multimillonarios que, sin embargo, se vieron comprometidos por la posterior crisis financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex). La situación de la empresa se complicó cuando, tras la disminución de la demanda de plataformas marítimas, Oro Negro se declaró insolvente y tuvo que iniciar un concurso mercantil. La administración de Oro Negro ha estado rodeada de controversias y acusaciones de fraude, lo que ha llevado a investigaciones judiciales que han salpicado a varios de sus directivos. Las irregularidades financieras salieron a la luz en 2018, cuando se denunció un manejo fraudulento de recursos por parte de Gonzalo Gil White y otros ejecutivos de la empresa. Este contexto de crisis y acusaciones ha complicando aún más la imagen de la empresa que, en su apogeo, logró acumular más de 18 mil millones de pesos en contratos de arrendamiento de plataformas. La relación entre los directivos de Oro Negro y los altos mandos de Pemex en los años de la Reforma Energética también ha sido objeto de análisis y críticas. Carlos Morales Gil, quien firmó gran parte de los contratos de la empresa, fue director de Pemex Exploración y Producción durante un periodo crítico. La dualidad de roles y la conexión familiar entre los ejecutivos de Oro Negro y figuras prominentes de la política mexicana han suscitado interrogantes sobre la transparencia y la ética en la asignación de contratos en el sector energético. Con la declaración de la quiebra de Oro Negro y las recientes decisiones judiciales, la situación de la empresa parece haber llegado a un punto más bajo. Las órdenes de aprehensión emitidas en contra de algunos de sus directivos reflejan la gravedad de las acusaciones en su contra. Se les acusa de abuso de confianza y administración fraudulenta, y las denuncias apuntan a un posible desvío de fondos de cientos de millones de pesos. El abogado Guillermo Barradas, representante de cinco empresas afectadas por las acciones de Oro Negro, ha señalado que las irregularidades cometidas por la firma podrían alcanzar cifras astronómicas y justificarían penas de prisión. Esta situación deja entrever no solo el impacto económico en la inversión privada en el país, sino también la urgente necesidad de fortalecer las regulaciones y mecanismos de supervisión en el sector. A medida que se revisa el laudo del tribunal, la Secretaría de Energía ha señalado que se llevará a cabo un análisis para identificar posibles información confidencial antes de su publicación oficial. Este proceso es crucial, ya que la transparencia en la resolución de conflictos de inversión es esencial para fomentar un clima de confianza entre los inversores y el Estado. En conclusión, el fallo del CIADI y los acontecimientos relacionados con Oro Negro generan un debate importante sobre la integridad del mercado energético en México y la necesidad de salvaguardias adecuadas para proteger tanto a los inversores como a los recursos públicos. Este caso no solo simboliza los desafíos actuales en la regulación de la inversión, sino que también plantea preguntas sobre la relación entre el sector público y privado en un contexto de reformas profundas.

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