Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En un giro inesperado en la política exterior de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO) ha decidido "pausar" su relación con las embajadas de Estados Unidos y Canadá. Esta medida surge a raíz de las advertencias emitidas por los diplomáticos sobre los potenciales riesgos asociados con la reforma judicial que el mandatario ha propuesto, la cual contempla la elección por voto popular de jueces, magistrados y ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Durante su conferencia matutina, AMLO subrayó que esta medida no implica un rompimiento total de relaciones. "La relación continúa, pero ojalá y haya de parte de ellos una ratificación de que van a ser respetuosos de la independencia de México", afirmó, dejando claro que la pausa se limita a los embajadores de Estados Unidos y Canadá, Ken Salazar y Graeme C. Clark, respectivamente. Esta decisión sugiere un leve endurecimiento en la postura de México frente a las críticas externas sobre sus políticas internas. La reforma judicial en cuestión, que podría llevar a los mexicanos a las urnas en 2025 para elegir a sus jueces y magistrados, ha generado un intenso debate entre diversos sectores de la sociedad y el gobierno. Mientras algunos la ven como un avance hacia una mayor democratización del sistema judicial, otros critican la posible politización de la justicia y la falta de garantías para el debido proceso. En este contexto, la intervención de embajadores extranjeros ha sido interpretada por AMLO como una injerencia en asuntos internos, lo que ha incrementado las tensiones diplomáticas. Cabe destacar que la pausa en las relaciones no afectará las conexiones con los gobiernos de Estados Unidos y Canadá, un matiz que el presidente se ha esforzado por aclarar. Sin embargo, este episodio plantea interrogantes sobre el futuro de las relaciones bilaterales, especialmente en un momento crítico en el que México está a punto de enfrentar la revisión del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) en 2026. Este tratado exige un marco de seguridad jurídica que podría verse comprometido si la reforma se implementa sin un consenso claro. AMLO también se refirió a la importancia de la soberanía mexicana y el respeto a la Constitución, que establece en su artículo 89 que el presidente debe actuar conforme a los principios de no intervención. Esta defensa de la soberanía se ha convertido en un tema recurrente en la administración de AMLO, quien ha abogado por una política exterior que priorice los intereses nacionales por encima de las presiones externas. En un contexto más amplio, es relevante considerar cómo esta "pausa" podría impactar a la población migrante. Recientemente, se anunció que los migrantes podrán gestionar sus citas de asilo con Estados Unidos desde la frontera sur de México, lo que representa un cambio significativo en el manejo de la crisis migratoria. Sin embargo, la relación tensa con los embajadores podría complicar estos esfuerzos, ya que una mayor presión diplomática podría surgir en torno a cuestiones de derechos humanos y acceso a asilo. La administración de AMLO enfrenta desafíos complejos que requieren un delicado equilibrio entre la soberanía nacional y las relaciones internacionales. Mientras el presidente defiende su reforma judicial, también se encuentra en un entorno donde las percepciones externas sobre la gobernanza en México son cruciales para mantener la inversión y la cooperación entre los países norteamericanos. La falta de un diálogo constructivo con Estados Unidos y Canadá podría llevar a un aislamiento diplomático, un escenario que nadie desea. Mientras tanto, el debate interno sobre la reforma judicial continuará, y es probable que las voces tanto a favor como en contra se intensifiquen en los próximos meses. En conclusión, la decisión de AMLO de pausar su relación con las embajadas plantea un momento decisivo en la política exterior de México. A medida que el país se prepara para enfrentar importantes decisiones políticas y económicas, la manera en que se manejen las relaciones con sus vecinos del norte será fundamental para el futuro de la nación y su estabilidad en la región.