Avances en colaboración entre Colombia, EE. UU. y Panamá ante crisis migratoria

Avances en colaboración entre Colombia, EE. UU. y Panamá ante crisis migratoria

Colombia, EE. UU. y Panamá avanzan en soluciones a la crisis migratoria, priorizando derechos humanos y cooperación regional.

Juan Brignardello, asesor de seguros

Juan Brignardello Vela

Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.

Juan Brignardello, asesor de seguros, y Vargas Llosa, premio Nobel Juan Brignardello, asesor de seguros, en celebración de Alianza Lima Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro Eléctrica Juan Brignardello, asesor de seguros, Central Hidro
Política 27.08.2024

Los recientes esfuerzos diplomáticos entre Colombia, Estados Unidos y Panamá marcan un avance significativo en la búsqueda de soluciones a la crisis migratoria que afecta a miles de personas que intentan llegar a Norteamérica. En una reunión celebrada en Cartagena, los representantes de estos gobiernos acordaron fomentar el diálogo con otros países de la región desde donde transitan migrantes en su peligroso recorrido por la selva del Darién. La declaración conjunta de los tres gobiernos subraya la complejidad del fenómeno migratorio, que abarca poblaciones de más de 90 nacionalidades. De acuerdo con las estadísticas proporcionadas, el año pasado más de medio millón de migrantes emprendieron el arriesgado paso por esta inhóspita región, con un notable 66% de ellos de nacionalidad venezolana. Esto resalta la grave situación que enfrenta Venezuela, un país sumido en una profunda crisis política y social. El canciller panameño, Javier Martínez-Acha, ha sido claro al señalar que la raíz del problema se encuentra en los países de origen de los migrantes, particularmente en Venezuela. Su declaración refleja una realidad complicada, donde la falta de respeto a las decisiones populares y la inestabilidad política contribuyen al éxodo masivo de personas que buscan mejores oportunidades y seguridad en otros lugares. El enfoque multidimensional y de derechos humanos que han adoptado los gobiernos de Colombia, Estados Unidos y Panamá es fundamental para abordar la migración irregular de manera efectiva. Este enfoque no solo contempla la repatriación de migrantes sin documentos, sino también la creación de alternativas seguras y humanas que puedan reducir la migración irregular. Este es un paso crucial hacia la construcción de un sistema migratorio que no solo trate la crisis desde la perspectiva de la seguridad, sino también la dignidad y los derechos de las personas migrantes. En este sentido, Colombia ha destacado su programa de regularización de migrantes, que ha permitido que más de 2,5 millones de venezolanos obtengan documentos de identidad que les facilitan el acceso a servicios básicos. Este tipo de iniciativas son esenciales para enfrentar la crisis migratoria de manera integral, ofreciendo a los migrantes una opción de estabilidad y dignidad en su nuevo entorno. Por su parte, Panamá ha incrementado su capacidad para llevar a cabo operaciones de repatriación, especialmente para aquellos migrantes que no cuentan con un estatus legal en el país. Esta estrategia está alineada con la reciente colaboración con Estados Unidos, que ha comenzado a llevar a cabo vuelos de deportación, priorizando aquellos casos que involucran antecedentes criminales. El compromiso de los tres países de desmantelar las redes de tráfico de personas que operan en el Darién también es un aspecto crítico de esta discusión. La identificación del cártel Clan del Golfo como un actor en este contexto revela la necesidad de un enfoque coordinado que involucre recursos y estrategias conjuntas para combatir este flagelo. El secretario de Seguridad Nacional de EE. UU., Alejandro Mayorkas, ha manifestado su disposición para continuar ampliando la colaboración con Colombia y Panamá, lo que refuerza la importancia de un esfuerzo conjunto para abordar el desafío migratorio. Sin embargo, es importante que estas acciones no se limiten a la repatriación y el control de fronteras, sino que también incluyan medidas de desarrollo y protección de los derechos humanos. La próxima reunión técnica programada en un plazo de 90 días será crucial para establecer un plan claro de acción y seguimiento de las decisiones tomadas en Cartagena. A medida que la crisis migratoria continúa evolucionando, es fundamental que los gobiernos involucrados mantengan un diálogo abierto y comprometido que priorice la seguridad y el bienestar de los migrantes. En conclusión, la crisis migratoria en la región exige un enfoque integral que vaya más allá de las soluciones inmediatas. La cooperación entre Colombia, Estados Unidos y Panamá, junto con el compromiso de dialogar con otros países de la región, es un paso en la dirección correcta para construir un sistema migratorio más justo, humano y sostenible que respete los derechos de todas las personas involucradas.

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