Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
En una escalada dramática de un enfrentamiento en curso, las autoridades están intensificando sus esfuerzos para apprehender a Apollo Quiboloy, el controvertido pastor conocido como el "Hijo de Dios". En los últimos días, las tensiones han aumentado tras las redadas policiales en el complejo del Reino de Jesucristo (KOJC) en Davao City, donde supuestamente Quiboloy se ha estado refugiando. Quiboloy, quien ha ganado un seguimiento de aproximadamente siete millones a través de diversos canales de medios, ha estado en la fuga durante meses, evadiendo a las fuerzas del orden. A medida que la policía se acercaba, él declaró desafiantemente que "no será capturado vivo", lo que ha generado preocupaciones sobre el potencial de violencia en medio de esta atmósfera tensa. Las autoridades han informado que durante la reciente redada, recurrieron al uso de gas lacrimógeno contra los seguidores de Quiboloy, quienes supuestamente se volvieron "indisciplinados y violentos" en defensa del pastor. En una muestra de solidaridad, cientos de sus seguidores salieron a las calles, bloqueando una carretera principal en Davao en un intento por interrumpir el tráfico hacia el complejo. Insisten en que las acusaciones contra Quiboloy son infundadas y fabricadas, retratándolo como una víctima de una conspiración mayor. Trágicamente, durante el caos de la redada policial, un seguidor sufrió un ataque al corazón y murió, subrayando las altas apuestas emocionales involucradas en este enfrentamiento. Según fuentes policiales, se cree que Quiboloy se esconde en un búnker subterráneo, con las fuerzas del orden utilizando equipos sofisticados capaces de detectar señales de pulso desde detrás de las paredes. Esta búsqueda tecnológica solo ha añadido drama al caso, mientras las autoridades buscan poner fin a la prolongada cacería. Las acusaciones contra Quiboloy son graves. Enfrenta serias imputaciones por traficar a sus seguidores a los Estados Unidos para solicitar donaciones para organizaciones benéficas inexistentes. Además, se le acusa de coaccionar a algunas de sus seguidoras, incluidas menores de edad, a realizar actos sexuales bajo el pretexto de un deber religioso. Quiboloy ha negado estas acusaciones, afirmando que un "demonio" malévolo está detrás de sus problemas legales y expresando su deseo de mantener al FBI de Estados Unidos fuera de la situación. A medida que el enfrentamiento continúa, Quiboloy sostiene que no está huyendo de la justicia, sino más bien "preservándose". "No me estoy escondiendo de los cargos porque sea culpable. Eso no es cierto. Solo me estoy protegiendo", afirmó en una reciente declaración. Esta retórica refleja una convicción firme entre sus seguidores, quienes lo ven como una figura de autoridad espiritual en lugar de un criminal. Las implicaciones políticas del caso de Quiboloy no pueden pasarse por alto. Como exasesor espiritual del expresidente Rodrigo Duterte, la influencia de Quiboloy en el panorama político de Davao ha sido significativa. Con la administración de Duterte ahora en el pasado, la presión sobre Quiboloy se ha intensificado, llevando a un complejo juego de fe, política y fuerzas del orden en la región. A medida que ambas partes se preparan para lo que podría ser un enfrentamiento prolongado, el resultado de este estancamiento sigue siendo incierto, con muchos observando de cerca cómo se desarrolla la situación en los próximos días. Las implicaciones del destino de Quiboloy podrían repercutir no solo a través de su extenso seguimiento, sino también en el clima socio-político más amplio en Filipinas.