Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
El panorama electoral se calienta a medida que se acercan las elecciones generales de 2026 en Perú. Según información proporcionada por el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), entre el 1 de enero y el 12 de julio de 2024, se registraron casi 100 mil solicitudes de afiliación a partidos políticos, sumando un total de 96,970. Este número significativo de solicitudes muestra un claro interés de la población en participar activamente en el proceso político del país, a la vez que plantea una serie de interrogantes sobre el futuro del sistema de partidos en Perú. De las solicitudes recibidas, 160 padrones fueron presentados por las diversas organizaciones políticas. La dinámica de afiliación se intensificó en los meses previos al cierre del plazo, evidenciada por el aumento en la cantidad de padrones. Mientras que en enero se registraron apenas dos padrones con 300 afiliados, en julio, el mes final del periodo de inscripción, se contabilizaron 115 padrones que contaban con 56,957 afiliados. Esta evolución sugiere que los partidos políticos han estado movilizando esfuerzos para incrementar sus bases de apoyo en un contexto electoral cada vez más competitivo. El proceso de afiliación no es simplemente un formalismo; es un paso crucial para los partidos que buscan participar en las elecciones primarias que determinarán candidatos para la presidencia, la vicepresidencia, el Congreso y el Parlamento Andino. A medida que se acerca el momento electoral, la capacidad de un partido para presentar candidatos dependerá de su éxito en este proceso de inscripción y en la verificación de firmas por parte del Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec). No obstante, la confianza en el proceso electoral sigue siendo un tema candente en la opinión pública. Según una encuesta de Datum, un alarmante 63% de los encuestados manifestó desconfianza en la transparencia de los organismos electorales, un factor que podría influir en el comportamiento electoral y en la legitimidad de los resultados en 2026. Esta desconfianza plantea un desafío adicional para los partidos políticos a medida que buscan consolidar su imagen y captar el apoyo del electorado. La situación se complica aún más por la proliferación de partidos políticos en el país. Se estima que cerca de 60 organizaciones podrían estar en condiciones de participar en las elecciones de 2026. La diversidad de opciones podría llevar a una fragmentación del voto, lo que a su vez generaría un escenario más complejo para la gobernabilidad. Esta situación pone de relieve la necesidad de que los partidos no solo se enfoquen en captar afiliados, sino también en establecer plataformas políticas que resuene con las preocupaciones e intereses de la ciudadanía. Entre los actores destacados en este contexto, se encuentra la figura de Fiorella Molinelli, quien ha tomado protagonismo al unirse a Fuerza Moderna, un partido recién fundado. Su entrada en la arena política podría influir en la dinámica de las elecciones primarias, especialmente en un contexto donde las jóvenes generaciones buscan nuevas propuestas y liderazgos frescos. La movilización de figuras políticas conocidas y emergentes será clave para captar la atención del electorado. A medida que avanza el proceso, se anticipa que las elecciones primarias servirán como un termómetro para medir el apoyo y la aceptación de los partidos por parte de la población. Las organizaciones políticas deberán demostrar no solo que cuentan con un número suficiente de afiliados, sino que están preparadas para presentar propuestas viables a los problemas que enfrenta el país. La capacidad de estos partidos para articular soluciones concretas y medibles será fundamental para ganar la confianza de los votantes. Uno de los temas que también está en la mente de muchos peruanos es el futuro de figuras políticas que han enfrentado controversias. Por ejemplo, el líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, está a la espera de que la Corte Suprema anule su condena, lo que podría abrirle la puerta para postularse nuevamente como candidato presidencial en 2026. La reaparición de figuras con una carga de controversia podría polarizar aún más el ambiente político y influir en la percepción del electorado. En este contexto, el papel del JNE es crucial. La institución no solo se encarga de supervisar el proceso de afiliación, sino que también debe garantizar que se cumplan los estándares de transparencia y equidad en el proceso electoral. La confianza en el organismo electoral será vital para legitimar el resultado de las elecciones y para que los ciudadanos sientan que su voz cuenta en el proceso democrático. Finalmente, a medida que se acerca el 2026, el escenario político se torna cada vez más dinámico y multifacético. Con una gran cantidad de solicitudes de afiliación y una variedad de partidos en competencia, los ciudadanos peruanos se enfrentan a un momento decisivo. La elección no solo determinará a sus líderes, sino que también reflejará las aspiraciones, preocupaciones y esperanzas de un país ansioso por avanzar hacia un futuro más prometedor. Sin duda, el desarrollo de los próximos meses será crucial para definir el rumbo político de Perú.