Juan Brignardello Vela
Juan Brignardello, asesor de seguros, se especializa en brindar asesoramiento y gestión comercial en el ámbito de seguros y reclamaciones por siniestros para destacadas empresas en el mercado peruano e internacional.
La carrera presidencial en Estados Unidos ha tomado un giro inesperado con el lanzamiento de la candidatura de Kamala Harris, quien ha logrado posicionarse por encima de Donald Trump en tres estados clave: Michigan, Pensilvania y Wisconsin. Estos estados, fundamentales para cualquier aspiración presidencial, son ahora el escenario de un combate electoral que promete ser feroz y de alta intensidad. Mientras tanto, la campaña de Trump ha minimizado la relevancia de los resultados de una reciente encuesta del New York Times, sugiriendo que su divulgación busca desincentivar el apoyo al ex presidente. A pesar de su desdén, los datos indican que la percepción de Harris entre los votantes es notablemente positiva. La mayoría la considera honesta, inteligente y con la capacidad de liderar el país, mientras que su imagen no se presenta como excesivamente liberal, lo que podría atraer a un espectro más amplio de votantes indecisos. En una reciente aparición en Arizona, ante una multitud de 15,000 personas, Harris hizo un llamado a la comunidad hispana al criticar a Trump por bloquear iniciativas clave de reforma migratoria. Su mensaje busca no solo abordar la problemática de la inmigración, sino también posicionarse como una líder que entiende las necesidades de las comunidades diversas en Estados Unidos. Esta estrategia se alinea con su intención de forjar una conexión más fuerte con un electorado que ha sido históricamente importante para los demócratas. Trump, por su parte, ha optado por centrarse en otros estados y ha desestimado la posibilidad de que Biden retome su campaña. En un reciente discurso en Montana, sugirió que el actual presidente demócrata podría estar considerando una reelección, lo que evidencia una estrategia de distracción en lugar de una confrontación directa con Harris. Sin embargo, esta táctica podría estar demostrando ser ineficaz dado el dinamismo que Harris ha traído a la contienda. Analistas políticos como Juan Pablo Toro señalan que la rápida consolidación de apoyo hacia Harris dentro del Partido Demócrata ha sido clave para su ascenso. La ex fiscal general ha sabido movilizar rápidamente recursos y alianzas, lo que le permite presentar un frente fuerte contra un Trump que enfrenta múltiples desafíos legales y de imagen. La narrativa de la "fiscal contra el criminal" resulta clara y resonante en un electorado que comienza a cuestionar la viabilidad de Trump como candidato viable. Además, la edad ha pasado de ser un punto de ataque contra Biden a convertirse en una debilidad para Trump. A sus 78 años, la comparación con la más joven Harris (59 años) presenta un nuevo paradigma en el que los votantes pueden considerar la capacidad de liderazgo de estos candidatos a través de una lente diferente, favoreciendo a la nueva generación representada por Harris. Mientras los republicanos buscan atacar a Harris desde flancos de progresismo, la campaña de la vicepresidenta parece estar muy bien estructurada para desmantelar esas críticas, apelando a la sensatez y a la practicidad en sus propuestas. La percepción de que Harris representa un cambio necesario y refrescante podría jugar a su favor a medida que se acerca el día de las elecciones. La incertidumbre política y económica que enfrenta el país, incluyendo los recientes datos de desempleo y tensiones internacionales, podría influir en el electorado de maneras inesperadas. Toro advierte que los tiempos de campaña en Estados Unidos son impredecibles, y una semana puede significar un cambio radical en la dinámica de la carrera. Con los portaaviones estadounidenses en el Medio Oriente, y los debates sobre políticas internas aún candentes, el escenario electoral se presenta más como una maratón que como una carrera de velocidad. A pesar de las proyecciones optimistas para Harris, el New York Times señala que su nueva posición la someterá a un mayor escrutinio. Si bien hasta ahora ha gozado de una cobertura mediática favorable y apoyo popular, no se puede subestimar la capacidad de los adversarios de Trump para lanzar ataques que podrían socavar su imagen. A medida que avanza la contienda, la pregunta persiste: ¿se mantendrán los buenos números de Harris, o estos son simplemente un fenómeno temporal? La respuesta puede definirse en los próximos meses, a medida que ambos candidatos intensifiquen sus esfuerzos por captar la atención y el apoyo de los votantes en este complejo y competitivo escenario político.